jueves, 1 de abril de 2010

La Semana Santa es para recogimiento y sobretodo de reflexión en relación a la conducta que se ha practicado hacia los demás.



La Semana Santa, esperada por mucha gente como una época propicia para fiestas y ocio, no son, para los católicos, propiamente unas vacaciones, sino una época para recordar la pasión, muerte y resurección de Jesús, a quien consideran el hijo de Dios. Los creyentes hablan de fiesta, pero espiritual, no material.
Para quienes cumplen con rigurosidad los preceptos de la Iglesia Católica, estos días recuerdan la crueldad a la que fue sometido Jesús, su detención pocos días después de llegar a Jerusalén, la traición en su contra por uno de sus apóstoles, su apresamiento, el juicio encabezado por el gobernador romano Poncio Pilatos, su condena, crucifixión, muerte y resurrección.
Jesús – consideran sus seguidores – murió en la cruz para redimir a todos los seres humanos de sus pecados.
Por ello, la Semana Santa es época de recogimiento y, sobre todo, de reflexión en relación a la Tamaño de fuenteconducta que se ha practicado hacia los demás seres humanos, al tiempo que momento para asumir el compromiso de ser cada día una mejor persona.
En consecuencia, la Semana Santa es el momento más propicio para renovar los lazos sociales: con la familia, los vecinos, toda la comunidad. Y en ese marco, renovar la práctica para eliminar las desigualdades como la pobreza y la exclusión social.
La celebración de la Semana Santa o Semana Mayor es la culminación a los 40 días de la Cuaresma, que comienza el Miércoles de Ceniza y tiene su fin antes de la “Misa de la Cena del Señor”, el Jueves Santo.
El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma simboliza el cambio de vida, el rechazo a los pecados y errores cometidos en el pasado, por medio de la toma de conciencia que representa la ceniza. Por esto, los temas que tratan los encuentros católicos de la época tienen que ver con el pecado, el arrepentimiento y el perdón.
La semana, en sí, se inicia el Domingo de Ramos y finaliza el domingo siguiente, de Pascua o Resurrección. Comienza con las alabanzas a Jesús a su entrada a Jerusalén.
En el Jueves Santo, de importancia capital para las celebraciones de la iglesia, los católicos recuerdan la “Última Cena” que celebró con sus seguidores. De aquí surgen las referencias que se hacen en la misa católica al pan y al vino, al cuerpo y la sangre. Ese día también se recuerda que Jesús fue traicionado por Judas Iscariote y detenido por los soldados romanos.


fuente Victor Lopez

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