jueves, 5 de agosto de 2010

Juan Luis Guerra dice"Me siento orgulloso de ser dominicano y de representar a los dominicanos en el mundo".


Aprovechando que Juan Luis Guerra se encuentra en visita de promoción por Latinoamérica, con motivo del lanzamiento de su último disco “A son de Guerra”, se reproducen aquí algunos de sus interesantes conceptos, vertidos en una reciente entrevista que tuve la oportunidad de hacerle. Guerra, que hace pocos días pidió “más compasión” a Arizona por los latinos, en vísperas de la entrada en vigor de la ley antiinmigrante, siempre acostumbra a hacer hincapié en la problemática migratoria.

Tú has vendido muchos discos, has llenado estadios, has compartido escenario con los Rolling Stones, con Sting. Sin embargo, en tus letras resaltas esas cosas sencillas de la vida, el despertarte todas las mañanas junto a tu mujer de toda la vida, la familia. ¿Es eso lo importante para ti, para Juan Luis Guerra?

Lo que está ahí en el corazón habla la boca. Esa es mi vida, eso es lo que yo estoy viviendo. Y también creo que ha llegado el tiempo de ser romántico y hablar positivamente. Canciones negativas hay muchísimas. Yo quiero que las canciones mías tengan un sentido y que puedan despertar el deseo de vivir y el deseo de tener una buena relación entre pareja. Yo creo que ahí hay canciones tan románticas que, bueno, sé de casos de esposos que le han regalado por ejemplo “Sólo tengo ojos para ti” como regalo a la esposa y la esposa por poco se muere (se ríe). Porque en realidad ese es el sentido, resaltar el amor en pareja y volver al romanticismo, que en cierta forma lo estamos perdiendo. La bachata es sinónimo de romanticismo, la bachata es sinónimo de bolero y el bolero es sinónimo de intimidad. El merengue puede ser muy romántico, es un poco más bailable, pero puede ser muy romántico también.

Tú dices que cuando cantas, cantas lo que siente tu corazón. Mirando la realidad de tu país, ¿qué le cantarías a la República Dominicana?

Yo siempre soy muy esperanzador con la República Dominicana. Le cantaría “Ojalá que llueva café” (se ríe). Yyy, tenemos problemas, tenemos problemas como cualquier otro país, pero tenemos soluciones también. Creo que estamos avanzando, en muchas partes estamos avanzando, el turismo está avanzando inmensamente, creo que se están haciendo trabajos en la salud también porque he sido partícipe de eso a través de mi Fundación y me gusta ver a mi país con esperanza y con fe. Hay muchos otros problemas que espero que se solucionen también.

Con respecto al tema migratorio, hay muchos latinoamericanos buscando un futuro más promisorio, que en su país no lo han logrado, y hay gente que tal vez escuchando tu música se siente más cerca de su país de origen o le da alegría, ¿qué se siente poder ayudar, o ser como un alivio para toda esa gente que está luchando?

Yo siempre lo que doy es aliento y esperanza a una mejor vida, aún cuando entiendo la problemática y entiendo lo que está sucediendo. Vamos a poner el caso específico de Puerto Rico, que es hacia donde hay más migración: viajes en yola, ilegales. Lo que trato de realzar es esa condición nuestra de que aquí se puede e inclusive hice un spot publicitario para evitar los viajes ilegales. Por supuesto siguen todavía y lo lamentable de todo esto es que tú escuchas “Visa para un sueño” y parece como si fue compuesta ayer, pero tenemos que tener fe y seguir hacia delante.

Y “Elena” también, esa canción...

Y “El Niágara en bicicleta”, parece que fue ayer.

Y “El costo de la vida”.

“El costo de la vida” es muy parecido a lo que está sucediendo. En realidad, cuando me dicen que si las canciones cambian a la gente, en realidad los que cambian son los hombres que escuchan las canciones y ellos son los que pueden cambiar la problemática. Creo que hay muchas cosas que cambiar y debe ser paso a paso.

Juan Luis, tú ya has pasado los 50 años, has tenido tus períodos de descanso en algunos momentos, tal vez agobiado por giras o demasiado éxito. ¿Qué es lo que lleva a un artista a volver al ruedo? ¿Qué es lo que lo motiva a seguir cantando?

Yo creo que la misma música. Es como un hijo nuevo. Cuando se tiene un hijo nuevo lo que uno quiere es que todo el mundo lo conozca y le hable bien de su hijo. Y también yo creo que sin misión perecen los pueblos, yo me he trazado la misión de que la música mía llegue a todo el mundo. Yo tengo la esperanza, tengo la certeza de que esta música va a gustar en Japón, va a gustar en muchísimos otros sitios y ese es mi rol, para el que voy. Entonces me trazo una misión y la cumplo.

Hay muchos músicos latinoamericanos, que les interesa entrar al mundo de la música, y son buenos: ¿qué les dirías a esos jóvenes y qué podrías hacer por ellos si en algún momento alguno te solicitara un empujoncito?

Mira, por mi mente inclusive ha pasado el hecho de una disquera y no lo hago, no lo voy a hacer, porque yo soy artista ante todo y no puedo tratar... Las disqueras tienen que ver mucho con negocios, con el mercado, yo no puedo tratar a un artista de esa forma, yo soy artista y me sería muy difícil. Lo único que puedo hacer es recomendar, recomendar, si puedo recomendar artistas que veo con talento lo hago, inclusive en Santo Domingo tenemos tres, cuatro artistas súper talentosos y cada vez que puedo los recomiendo.

¿Qué ha supuesto para Juan Luis Guerra, cuál es tu consideración de España, qué te ha supuesto musicalmente hablando?

Figúrate, el primer país de Europa que abrió sus puertas a nuestra música fue España. Yo me acuerdo cuando fuimos la primera vez con “Ojalá que llueva café” debajo del brazo y la gente comenzó a aceptarlo. En ese tiempo había como... no estaba claro lo que era salsa, lo que era merengue y lo que era bachata, todo era salsa. Por eso decían y me daba mucha gracia: la salsa de Juan Luis Guerra, y yo pensaba: ¿cuál será la salsa? Entonces entendí que la salsa era como la música caribeña que envolvía todo, hasta que fuimos explicando poco a poco lo que era merengue, lo que era salsa, lo que era bachata, hasta el punto que ahora hay bailadores que, o salen o son mejores que los nuestros, de verdad. Yo no sé si algún cubano, algún dominicano les ha enseñado a bailar, o un puertorriqueño, pero bailan muchísimo, y entienden muchísimo el ritmo y a mí me impresiona. Ya entienden perfectamente nuestro ritmo y para mí es un placer y un honor también haber servido de pionero y abrir puertas a la música nuestra.

En todos tus discos siempre tienes canciones dedicadas a República Dominicana, hablas por ejemplo de Sammy Sosa, de San Pedro de Macorís, de cosas que representan a la República Dominicana. ¿Es lo dominicano parte de tu inspiración aparte de la música?

Claro que sí. O sea, yo descubrí hace mucho tiempo que lo mejor que yo podía hacer era sacar las cosas nuestras dominicanas, empezando por la música, empezando por las letras. Fíjate bien que hay palabras específicas en mis canciones, que son endémicas, propias de la República Dominicana. En “El Niágara en bicicleta”, por ejemplo: “tranquilo bobby”, que es una expresión. Voy a cruzar el Niágara en bicicleta yo lo oía cuando era niño, cuando la persona iba a pasar un problema se decía: “está cruzando el Niágara en bicicleta”. O sea, son expresiones puramente dominicanas y, por supuesto, son las que nos identifican y las que nos hacen originales y eso es lo que yo saco en las canciones. Lo de San Pedro de Macorís, todos sabemos que es la cuna de los peloteros en República Dominicana y Sammy Sosa ya ha dado sus 600 jonrones.

Juan Luis, ¿cuál es el mensaje para los dominicanos que están fuera de su país y que lo anhelan?

Principalmente que siempre seamos ejemplo, de la integridad, del trabajo y que tengamos siempre en alto nuestra República Dominicana. Me siento orgulloso de ser dominicano y de representar a los dominicanos en el mundo.


loyds@observadorglobal.com
@superloyds
GUERRA CONCEPTUAL
El lanzamiento de un disco nuevo:
Siempre tengo la fe que cuando saco una canción va a gustar mucho. El corazón habla de lo que tiene la boca (se corrige), la boca habla de lo que tiene el corazón. Siempre doy lo que tengo y me gusta hacer cosas nuevas, originales, me gusta ser innovador y eso es parte del éxito.

La música latina:
Bueno, hay grandes exponentes en la actualidad, veo una aceptación, con muchos intérpretes, en especial con Juanes que ha tenido aceptación en muchas partes del mundo, y creo que los exponentes siempre son buenos, yo creo que es un momento especial para la música latina y caribeña, yo tengo la misión de que el merengue y la bachata lleguen a lugares donde todavía no han podido penetrar con fuerza como es el caso de Japón, Asia y algunos países europeos, yo creo que tenemos una cultura muy vasta, muy amplia y ya ha llegado la hora.

La composición:
Cuando yo tengo ya la maqueta completa entonces comienzo a trabajar lo que es la letra. Siempre me preguntan mucho por las letras, yo digo que mis letras son atraídas por la melodía. Primero la música y luego la letra. Esa es mi forma de componer, no quiere decir que todo el mundo componga así, pero mi forma es así.

El fenómeno reggaetón:
Es un movimiento musical en boga, tiene sus buenos exponentes. Cuando me preguntan si voy a hacer reggaetón digo no, yo no voy a hacer reggaetón, reggaetón es para los reggaetoneros, yo voy a hacer merengón (se ríe) o bachatón. Pero sí, tiene buenos exponentes, Daddy Yankee, Don Omar, hay muchos buenos y muchos otros, no los conozco a todos.

Dios:
Yo no soy religioso, yo tengo una relación con Jesús que la encontré hace casi 20 años. Abrí mi corazón a él y él entró y cambió mi vida y la relación sigue mejor que nunca. En Santo Domingo tenemos nuestra iglesia, los cultos son martes, miércoles y domingos y están abiertos a todo aquel que quiera oír la palabra de Dios. Hay muchas personas que necesitan de la palabra de Dios en estos momentos, hay muchos matrimonios con problemas, hay muchas personas en drogas y yo lo que quiero hablarles es que conozcan que Jesús puede sacarlos de ese problema, como me sacó a mí. Yo creo que mi rol es más en el testimonio que en la palabra hablada. Cuando me preguntan, pues sí, inmediatamente hablo de las maravillas que él ha hecho en mi vida.

La ansiedad:
Yo sufría de ataques de ansiedad, tenía que beber pastillas para dormir y tenía que beber pastillas para la ansiedad. La gente normalmente cae en eso sin darse cuenta, mucha gente sufre de ansiedad en estos días. Pero fueron solamente pastillas, gracias al Señor.

La comunidad hispana en otros países:
Tienen problemas migratorios, muchísimos, pero el problema es que cuando uno sale de su país tiene que adaptarse a las normas del otro. Si estuviéramos en República Dominicana yo podría hablar más concretamente.

La política:
No entraría en política. Yo siempre digo que gobernar una orquesta de 17 músicos es dificilísimo, imagina tú un país de 9 millones, yo me quedo con mi orquesta

La Fundación Juan Luis Guerra:
La Fundación la tenemos en Santo Domingo. En realidad trabajamos con la salud, con niños con problemas, estamos trabajando mucho con el hospital principal de la República Dominicana de niños. En la actualidad queremos construir un ala que dependa totalmente de nosotros, queremos hacer un ala para niños hidrocefálicos, que ellos dependan específicamente de la Fundación, o sea, que nosotros cubramos todo.

República Dominicana:
Yo creo que sí, que mi país me ha devuelto lo que yo le he dado. Yo creo que estamos orgullosos de nuestra música, de lo que hago. Yo me siento como un embajador de República Dominicana.

La piratería:
Creo que hay que concientizar a las personas que cada vez que se graba un disco se hace piratería y es en contra de nosotros, de esta industria y que hay miles de personas que trabajamos y vivimos de la industria del disco. Yo diría que lo mejor es concientizar a la gente, que la gente sepa que cada vez que se hace eso es literalmente un robo. Es un delito. Seas rico o pobre, el robar es un delito, eso no lo cambia, no puede cambiar, porque a nosotros nos están robando nuestra base, nuestra materia, es como si a un arquitecto le robaran los planos por internet. Es lo mismo.

Su vida en Santo Domingo:
Tengo dos hijos, uno que está estudiando cine y una niña que está estudiando en el colegio, la más chica va a ser compositora, ya de pequeña me da esas muestras. Y mi esposa en Santo Domingo también. Vivo en la capital, Arroyo Hondo y llevo una vida bien hogareña, lo que me gusta es prácticamente estar en mi casa, cuando no estoy de gira y promoción. Nunca me planteé cambiar de residencia, no, no, a mí me encanta Nueva York pero una semana (se ríe).

Sobre el escenario:
Cuando estoy en el escenario, lo que yo tengo en la cabeza es hacer sentir bien a la gente. Simple y llanamente. Esa gente vino a verme, esa gente vino a pasar un buen momento y yo tengo que dar todo y hacer todo lo posible, inclusive en contra de mi forma de ser, para que la gente la pase bien. A mi hija le preguntan: ¿qué hace tu papá? Y ella dice: mi papá hace feliz a la gente. Entonces ese es mi propósito en la vida, hacer feliz a la gente.

fuente observadorglobal.com

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