lunes, 4 de octubre de 2010

Luis Miguel tiene un doble con el fin de realizar “el despiste de fans”, y también desarrolla varias giras como solista por Latinoamérica.



“Un regalo de Dios”. Así define Andrés Rey su trabajo. Tenía como meta inicial convertirse en ingeniero, pero parecido físico, contacto estratégico y propuesta de la productora Aries se combinaron para dar lugar a una labor inesperada.
Hace doce años que ejerce como doble de Luis Miguel con el fin de realizar “el despiste de fans”, y también desarrolla varias giras como solista por Latinoamérica.
Jamás pensó en dedicarse a la actuación, pero la propuesta cayó del cielo, y optó por aceptar. Convencerlo no resultó tarea fácil, pero “insistieron tanto” que acabó por dar el sí. Arrancó de “menos cero”, sin saber nada de canto. Hoy el personaje está armado a la perfección: “Cuido cada detalle, desde ropa, ‘look’, luces. No me puede fallar nada”, alega.
No tiene cirugías ni usa maquillaje. Sólo toma sol o asiste a sesiones de cama solar para lograr cierto bronceado. Aunque tampoco descarta pasar por el quirófano si fuera necesario:

“No digo ni que sí ni que no. He dicho esto no lo haría ni loco y lo terminé haciendo al final”.
Entrar en Luis Miguel le insume apenas una hora de preparación: se baña, se afeita, se viste y a otra cosa. “El pelo es mío, no tengo peluca”, declara quien concurre una vez por mes al estilista para retocarse. “Muto a medida que el artista va cambiando”, agrega.
No existe una lista de personajes imitados en su carrera porque lo suyo es “muy puntual”. Armoniza visión con acústica para crear esa “magia, encanto y romanticismo propio Luis Miguel”, explica quien elige “La incondicional” como tema preferido.
casi iguales

Así le dicen aquellos que se aproximan a Andrés Rey confiados en que realmente están delante del cantante mexicano. La reacción de los fanáticos es siempre positiva y alentadora cuando advierten que no es el verdadero.
“Por ahí se acercan creyendo que sos el personaje y cuando se dan cuenta se ríen de sí mismos, te piden una foto y les produce gracia”, relata quien nunca se había propuesto “explotar” o sacar rédito económico de esa similitud física tan popular entre sus conocidos. “De muy chico siempre me cargaban con que era muy parecido a Luis Miguel”, remarca.
Hay quienes imitan apelando a la burla, otros con el habla, algunos con el cuerpo, y también aquellos que combinan físico y voz. La caracterización que Andrés Rey hace de Luis Miguel se enmarca dentro de la última opción.

“Hacer su voz con un parecido a él es un combo difícil y lo hemos logrado. Es un doble gol para nosotros”, asegura. El objetivo es lograr una ilusión óptica donde por un momento el público logre sentir que quien tiene frente a sus ojos es el propio Luis Miguel. “Es como la sorpresa que tienen los chicos cuando ven a Papá Noel o los Reyes Magos”, compara a propósito del “clon” que construye sobre el escenario.
La primera vez que la productora Aries se acercó a Andrés Rey fue con el fin de facilitar la llegada de Luis Miguel a los recitales. Su rol sería “despistar” a fanáticos y prensa.
La primera gira abarcó Uruguay, Paraguay, Chile, México y Estados Unidos, y duró cuatro meses. Cumplida la agenda, Luis Miguel decidió descansar y preparar nuevo disco. La situación dejaba al doble “guardado”. Era preciso buscar una opción alternativa: “Yo tenía que seguir viviendo, comer, y si me dedicaba a otra cosa corría el riesgo de que surgiera una nueva gira, y no pudiera disponer de ese tiempo para cumplirla”.

Le buscó la vuelta y encontró solución junto a un amigo suyo, Carlos Mansi, que dio en la tecla al asesorarlo. “Estúdiate el personaje con vídeos, bien de bien, lo transportamos a una fiesta, y sorprendemos el ojo del espectador con un truco donde por un momento van a vivir esa ilusión de que está Luis Miguel”, le recomendó. Dicho y hecho. Hoy no sólo acompaña al auténtico Luismi en sus giras, sino que también realiza las propias.

Imitador e imitado no suelen hablar por teléfono ni mantienen contacto. Andrés se entera de las novedades gracias a las charlas con los músicos que lo ponen al día. “Es un chico que habla muy poco, saluda muy cordial y es muy profesional en el trabajo. Tengo el mejor de los tratos con él, pero nunca me hizo un comentario de lo parecido que soy ni de lo que opina la gente”, cuenta Andrés.

Hace unos días se enteró que filmará el vídeo presentación del nuevo disco de Luis Miguel en Buenos Aires, ya que éste aún no considera estar del todo bien físicamente (“está con muy poco peso”) tras el incidente con la anestesia producto de la operación en Los Ángeles.
Andrés se dice afortunado de las pocas destrezas del cantante para moverse en la pista: “Yo también soy muy malo bailando, creo que es en lo que más me parezco a él. Si me hubiese tocado parecerme a Chayanne estaría en gravísimos problemas”, bromea quien intenta “entrar en Andrés” cuando abandona el escenario para realizar las tareas de su vida privada de forma normal pero le cuesta bastante: “Es difícil andar en la calle porque aunque no te pongas el disfraz de Batman, lo sos”.

fuente (El Pais)

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