sábado, 11 de junio de 2011

La británica Sarah Burge (de 50 años), mejor conocida como 'La Barbie Humana' le regalo a su hija de 7 años unos implantes de senos.



La británica Sarah Burge (de 50 años), mejor conocida como 'La Barbie Humana' por haberse sometido a decenas de cirugías para parecerse a la famosa muñeca, le obsequió implantes de pechos a su pequeña hija Poppy, con motivo de su cumpleaños número 7.

El año pasado, la excéntrica ex modelo confesó que le estaba dando a la niña clases del sensual 'Pole Dance' (baile del tubo), y ahora anunció que le regaló un certificado con valor de 6 mil libras (unos 9 mil 700 dólares) para un aumento de senos.

La señora Burge, quien ha gastado más de 800 mil dólares en cirugías plásticas, asegura que su niña de 7 años "gritó de alegría" al recibir el peculiar obsequio, y agregó: "Poppy me rogó por unos implantes de senos, así que le dí el certificado para que los tenga a los 16 años, cuando es legal".

Pero la aclaró que si Poppy desarrolla pechos naturalmente grandes, podrá elegir otra cirugía que considere necesaria.

Además de las prótesis, 'La Barbie Humana' consintió a su hija y siete amigas con una fiesta muy exótica que incluyó un autobús rosa con peinadoras y maquillistas que cambiaron el 'look' a las niñas, con falsos tatuajes, cosméticos y extensiones de cabello.
Además, la nena recibió una computadora, un vestido de casi 500 dólares, una costoso juego de anillo y collar de cristal Swarovski rosa, y un día en el spa: "Cuando tuve todo (lo que quería), fue un sueño hecho realidad. Todos mis amigos estaban celosos", dijo Poppy, quien también comentó: "No puedo esperar para ser como mi mami con grandes 'boobs'. Son hermosas".

Las invitadas degustaron un pastel diseñado en exclusiva con valor de 400 dólares y copas con una bebida que imitaba a la champaña. En total, el festejo costó casi 20 mil dólares.

Recordemos que su hija mayor, Hannah Burge (de 17 años) fue alguna vez la chica más joven en usar botox, al principio en una clínica española y después su mamá se lo inyectaba en casa, y además admite que sus otras dos hijas de 25 y 17 años también usan botox.

La madre se justifica diciendo que quiso darle a Poppy algo más maduro, ya que no es una niña común, pues le encanta que los vecinos siempre estén atentos a sus hijas, adoren mirarlas y se tomen fotos con ellas.


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