domingo, 23 de diciembre de 2012

Romeo ha llenado en una semana dos veces el grandioso Estadio Olímpico. Que dirán los acólicos de la diatriba y los inventos?.

Por si dudas habían, todas deben estar despejadas.
Incluyendo la de las voces maledicentes entronadas en la envidia y la mezquindad de la "poltrona" infame.


Aquellas que le han negado a este singular artista una capacidad de convocatoria inusual, fuera de serie, que rompe parámetros, límites, barreras, especulaciones, malquerencias gratuitas, y todos los demás sentimientos desechables que se anidan en la mediocridad de unos cuantos turiferarios que pretenden siempre impregnar el ambiente con el incienso nefasto de la maldad y la mentira.
Lo dice y lo comenta, esta "marchanta" trasmutada en los versos de los poetas y las enseñanzas de un zorro que a fuerza de vigilancia en lontananza, dirige la tropa hacia la guarida de los que se anteponen en el camino hacia el tránsito en busca de la verdad, la bondad y el bien.
No que Romeo Santos, cuando triunfó en el Madison Square Garden, había regalado las boletas de entrada a sus conciertos, con la complicidad del empresario Félix Cabrera?
Y ahora que ha llenado en una semana dos veces el grandioso Estadio Olímpico de Santo Domingo, tal si fuera un Festival Presidente de Música Latina, que dirán los acólicos de la diatriba y los inventos?. Deberían por lo menos permitir que se los trague la tierra, con un grito al pecho de : ¡Trágame tierra!. ¡Ay ombe!
Y lo ha hecho de la mejor manera que alguien pueda imaginar, teniendo en el escenario como invitados de lujo a figuras de la dimención, grandeza e importancia de un Juan Luis Guerra, que no le hace coro facilmente a nadie, lo mismo que a Usher, de la alta categoría en la expresión de la música urbana en el mundo. Quiere alguien algo más de El Rey de la Bachata?
Por supuesto, no han faltado los que se quedaron esperando que al igual que el concierto del sábado 15 volvieran nueva vez como invitados los bachateros Anthony Santos, Luis Vargas, Raulín, desconociendo probablemente el hecho, de que en sus conciertos sucesivos Romeo Santos no repite invitados, sino que siempre trae nuevos. Lo propio ocurrió en Nueva York en sus presentaciones continuas cada noche en el MSG.
Pero se le perdona el desconocimiento a quienes no han seguido de cerca la trayectoria del artista en los escenario.
Lo que si es, (saben que?), que el que no llenara igual que la noche del 15 el estadio es un detalle irrelevante. Demasiado pedir enpara un recinto en el cual otras afamadas figuras de fama internacional no lo llenan ni siquiera a un tercio de su capacidad o aforo.
Dos presentaciones, que en total desgranan y juntan en un recinto a casi 100 mil personas es una cifra considerable y a tomar en cuenta, aquí y dondequiera, que provoca el que verdaderamente se registre el dato como "histórico", porque sí que se vale ahora de verdad la expresión que algunos han acuñado como parte deuna praxis verbal grandielocuente, pero muy huera de sustancia y caldo.
Gran emoción el ver a Juan Luis compartiendo escenario con Romeo cantando "La Cosquillita", y con Usher el tema "Promise", con el que ya estuvo en el Grammy, para alcanzar de ese modo los créditos máximos en una colaboración escénica entre artistas que estuvo a pedir de boca.
Un plato fuerte sin lugar a dudas en las nominaciones de Concierto del Año.

Reporte de Niurka Báez/Redacción Merengala/Fotos mendylópezenfigureo.com y deparranda.net)

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