viernes, 9 de enero de 2015

Rafa Rosario nació en una familia numerosa. Dice la muerte de Pepe Rosario fue devastador para la familia.

Rafa Rosario nació en una familia numerosa. Sus padres, dos personas sencillas de pueblo, le inculcaron un profundo respeto por los mayores y le enseñaron que lo más importante es el amor familiar.

Desde pequeños, los hijos de Aura y Ramón, sus padres, se enamoraron de la música y en cualquier rincón de la casa jugaban a ser artistas; unos tocaban instrumentos fabricados con botellas, guayos, latas, y los otros eran los cantantes de esa orquesta imaginaria.

Pepe, hermano de Rafa, decidió que al crecer convertirían ese sueño en realidad. Estudió música y juntos salieron al ruedo musical bajo el nombre de los Hermanos Rosario, una institución musical que, 36 años después, sigue siendo una de las más populares del país.

Es Rafa Rosario, el cantante principal de la agrupación, un ser humano como cualquier otro, al que la fama no le impide reconocer sus errores, llorar la muerte de un ser querido, ni pedir perdón cuando tiene que hacerlo.

Este es un diálogo que no quiso dar por terminado sin antes contar la tristeza que le causó una situación con un admirador, que le pidió una foto, justo cuando él llegaba un poco tarde a una fiesta. “Me quedé preocupado y luego, lo llamé ya en tarima, pregunté por el joven que quería hablar conmigo y que quería tomarse una foto, pero él ya no estaba. La gente a veces no entiende y llegan a uno hasta comiendo y si le dices que se esperen se enojan y se van, aunque algunos esperan. Eso de ese joven lo llevo en mí. Ojalá verlo algún día.

1. Higüeyano
Nací en Higüey, el día de 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, bajo el nombre de Rafael Inocencio del Rosario, en el hospital Nuestra Señora de la Altagracia. Soy el número nueve de la familia. Me dicen que mi papá estaba en una fiesta cuando le fueron a avisar que yo había nacido, porque mi papá era muy parrandero. Fue un lunes. Alguien le dijo: “Corre, que Aura está pariendo”.

2. El estudiante
Yo fui a la escuela a la edad de ocho años. Recuerdo que yo tenía la cabeza cuadrada de andar con una sillita, porque yo iba a muchas escuelitas particulares. Había una señora que daba clases en su casa y yo iba mucho. A los ocho años cuando ingresé a la escuela, me dijeron que no podía porque yo estaba muy chiquito y no creían que yo tenía esa edad. Tuvo papá que buscar una amiga que era profesora para que me inscribieran, y cuando por fin me inscribieron, ya yo sabía leer y escribir bastante y sumar y restar. Recuerdo que en primero, la profesora salía y me dejaba dándoles clases a los otros niños. Recuerdo siempre a la profesora Bethania, por lo buena profesora y por la pela que me dieron. La escuela tenía ventanas de aluminio y los muchachos iban curso por curso cerrándolas para que sonaran durísimo, y cuando yo vi eso quise hacer lo mismo; pero al llegar a una esquina, el conserje de la escuela me agarró, me llevaron a la dirección y me estaban dando fuetazos. Y cuando alcanzo a ver a la profesora, le digo: “¡ay profe!”, pensando que ella me iba a ayudar, y ella lo que dijo fue: “bien hecho”. Ella también me remató. Jamás en la vida miré yo para esas ventanas.

3. Muy severos
Mi papá tenía una fusta. Era zapatero, siempre tenía esa fusta ahí. Por eso yo creo en los fuetazos todavía. Éramos 14 muchachos, seis varones pequeños que cuando cogíamos por ahí éramos terribles, pero siempre con mucho respeto a los mayores. Se nos enseñó mucho a respetar a las personas mayores. Cualquiera nos daba un fuetazo y nos llevaba donde papá y ahí era que nos sonaban de verdad, siempre nos remataban. No había salvación por ningún lado. Mi papá era muy fiestero, cada cierto tiempo hacía fiestas, nos llevaba a muchos lugares donde había orquestas. Mi papá a veces trabajaba en el Ayuntamiento y mamá limpiaba el correo. En esos tiempos nosotros estábamos en buena. Cuando eso, todo era paseo por aquí y por allá, íbamos para la playa subidos en una camioneta. Aunque tuvimos tiempos de precariedades, también tuvimos tiempos buenos, pero pienso que dentro de nuestra pobreza, tuvimos una niñez bellísima, de mucha unión y respeto.

4. Navidades sabrosas
Recordamos las navidades como una celebración sabrosa. En la Navidad tenía que haber de todo. Recuerdo que una vez papá cobró un doble sueldo, que en ese tiempo creo que él ganaba 90 pesos y lo tiró para arriba y dijo: “¡a gozar!”. Papá decía, vamos a gozar hoy, aunque mañana no haya nada, y andaban él y mamá siempre con todos sus muchachos. Aunque a veces salía con sus amigos y después tenían que llevarlo, y doña Aura, pleito y pleito, pero gracias a Dios, nuestra niñez fue tan alegre que nunca supimos que éramos pobres, porque teníamos tiempo en malaria, pero éramos muy alegres, unidos y felices.

5. El comienzo
Mi mamá nos veía el afán y el sueño de ser músicos. Primero comenzaron Luis y Toño a hacer música con un pico de botella. Yo hice una güira con un guayo. Comenzamos así. Yo cantaba: “dice Desiderio Arias…”. Cuando uno tiene sueños, nada es difícil, porque cada paso que tú das es una alegría. Lo más importante es tener sueños. Cuando tienes sueños y trabajas para hacerlos realidad, todo fluye. El universo inspira. Puedo decir que el comienzo de nuestra carrera fue muy bonito.

6. Pepe Rosario
Lo más difícil en la historia de la vida de Los Rosario fue la muerte física de Pepe. Eso sucedió al inicio de nuestra carrera y ha sido lo más difícil, pero gracias a la gente, que nos animó mucho, pudimos seguir adelante. Yo considero que Pepe fue el mártir del grupo. Él fue el iniciador, el que vino al conservatorio a estudiar música, era el que dirigía, el compositor y nos dejó ese legado. Siempre el dolor es el mismo. Las lágrimas han sido muchas. Siempre que hablamos de él mi tono baja, pero nada..., seguimos el show, seguimos tocando, seguimos adelante. Mi familia y mis padres sufrieron bastante. Fue y es difícil, pero la fuerza y el deseo de seguir adelante, y Dios que da poder para que uno se recupere, nos permitió recuperarnos y seguir adelante. A pesar del dolor y la pena en cada producción y en cada espectáculo que hacemos, siempre le hacemos su mención. Ese día fue muy difícil.

7. Toño, ante todo un hermano
Esa rivalidad pudo haber sido profesional, en un tiempo, pero en nuestra familia nunca ha habido eso de dos que estén enemigos y que pelearon y no se hablan. Nosotros nos dábamos nuestros pescozones y nuestras trompadas, y al rato estábamos diciéndonos: “pero yo te di aquí y tú me diste por aquí”, y eso quedaba así. Recuerdo a un gran amigo de mi papá, llamado Chiquitín Payano, un gran músico y compositor higüeyano. Nos buscó porque él tocaba en Casa de Campo, él fue a Higüey y escuchó hablar de nosotros, ya teníamos el grupo; y nos llevó a tocar a La Romana. Él le dijo a mi papá que había escuchado que sus hijos tenían un grupo y que él nos quería escuchar tocar. Él se sintió admirado. En una ocasión, cuando íbamos a La Romana, él me preguntó que si yo no me acordaba de ese viaje, cuando nos íbamos peleando en la guagua. Peleamos en la finca y nos dimos cañazos.

8. Adiós a doña Aura
Yo siempre decía que mi mamá era la verdadera dueña del swing. La recuerdo con alegría. Era una mujer muy alegre hasta sus últimos momentos. Yo estaba de vacaciones para Europa, y cuando llego me dice mi hija: “papi, ¿por qué usted siempre, antes de llegar a su casa, pasa por donde papá y mamá?”, ella me fue a buscar al aeropuerto, y yo le respondí que yo no podía pasar dos días sin ver a mis padres y me acababa de pasar 12 días fuera. Así que lo lógico era que primero fuera donde ellos. Cuando llegué ella estaba en sus últimos momentos. Le pregunté que si me estaba esperando, y me dijo: “sí, te estaba esperando. Dios te bendiga mi hijo”. Ella no hablaba, porque le habían hecho una intervención quirúrgica en el cerebro, porque tenía un coágulo y tuvieron que drenarla. Entonces eso le impedía el habla, pero ese día me habló clarito. Estuve con ella desde las nueve hasta las once, y como a la una y media o las dos, fueron a buscarme, no me dijeron que ella había muerto, pero me di cuenta, me dije: “murió mamá”. Me subí al carro en silencio. No entré a la habitación y me senté por allá.., pero sabemos que todos somos mortales, por eso debemos darle cariño a todos nuestros seres queridos y darles sus abrazos y decirles que los queremos, porque en cualquier momento se pueden marchar. Que Dios la tenga en un lugar preferencial, fue una madre excelente, trabajó mucho para nosotros, se entregó como una madre muy abnegada; trabajando mucho para levantar una familia procreada con un papá zapatero que tenía que tener una mujer de temple y muy amorosa. Y se fue como se va la vida, como se nos va todo.

9. Una canción especial
Una de las cosas más bellas es una canción que escribimos después de la muerte de Pepe. Se llama Homenaje a Pepe, donde decimos que soñamos igual que él comprarle una casa a papá y mamá y llevarlos a pasear por el mundo, y gracias a Dios logramos eso. Los llevamos a Europa, a Islas Canarias, a España, un viaje por Italia. Estuvimos en Islas Canarias por 10 días viviendo en apartamentos. Ellos disfrutaron mucho ese viaje. Un día, teníamos que cantar en un crucero; y ellos, siempre veían una serie que se llamaba “El Crucero del Amor”, y cuando me contrataron les dije a los organizadores que tenían que ponerme dos pasajes para mi papá y mi mamá, y cuando fui donde ellos, les dije: “mamá, se va a realizar lo que usted nunca soñó”, me preguntó que qué era, y le respondí: “nos vamos a montar en un crucero”. Ella se puso feliz. Ellos habían viajado mucho y dije que cerré con broche de oro el último viaje. Un día, estando en Lawrence, mi papá nos dijo que nosotros éramos los mejores hijos del mundo por los viajes y las satisfacciones que les habíamos dado, y yo le dije que eso lo hace la mayoría de los hijos, la minoría es la que no agrada a sus padres. Mi papá no quería ir a ese viaje, porque ya habían viajado mucho y mi mamá le dijo que si él no iba, ella sí iría, luego ella me dijo: “tú ves, por eso es que no se puede vivir con viejo”.

10. Soltero...con hijos
Me he casado dos veces, tengo siete hijos. Mis siete hijos se han quedado conmigo, han vivido conmigo aun yo esté solo, he querido tenerlos. La última, que acaba de cumplir 19 años, vive conmigo, y yo ahora estoy soltero. No soy un padre muy recto, aunque antes daba muchas pelas, pero a la más pequeña nunca he tenido que levantarle la mano. Pero mira... es que los tiempos cambian. Yo digo que es ahora cuando debí de tener mis hijos, porque ahora sé cómo criarlos con un poco más de paciencia, y en verdad muy complaciente. No se puede ser tan complaciente con los hijos y darles todo, eso no es recomendable, pero casi siempre, las personas que venimos de familia muy pobres, pensamos que como no tuvimos muchas cosas a los hijos hay que darles, es lo contrario. A los hijos hay que enseñarlos a ganarse las cosas. Mi hija más pequeña, Chantal, que tiene 19 años, entró a la universidad a los 17 años y de inmediato le conseguí un trabajo. Se levanta a las seis de la mañana para irse a su trabajo y de ahí se va para la universidad. Le he dicho que quiero que sea una mujer independiente y que se gane lo suyo. Incluso, tiene que pagar la mitad de la universidad, y ella contenta. Por eso digo que ahora es que yo debería de comenzar a tener hijos, pero ya es tarde.

Mayores logros: la unidad y el respeto
Para mí, el mayor logro, el mayor éxito de nosotros, es haber podido permanecer por tanto tiempo, ya son 36 años. Nunca pensamos que eso sería así. Pero qué artista puede nacer pensando que va a permanecer por tantos años, y con tanto respeto y cariño que nos profesa la gente. Lo más importante es enseñarles a nuestros hijos respeto, y no que trabajen o estudien pensando en hacerse ricos, sino pensando en ser feliz, porque después de la felicidad se consigue todo; aunque dicen que la felicidad es a ratos, pero yo digo que a ratos son los momentos difíciles. Esperamos durar 36 años más. Uno está trabajando para seguir haciéndolo bien. Cada espectáculo, cada baile y cada show es un desafío, porque siempre va gente a ver si es verdad que “tocan bien y cantan igual”, porque la gente dice que Los Rosario se escuchan mejor en vivo que en el disco. Eso es por la entrega y las ganas de hacer las cosas bien frente al público, eso hace que te veas mejor en vivo. Cada día es desafío para el artista y cada día se puede mejorar. La fama y el poder económico nunca nos han dividido, al contrario, nos ha unido. Soy el mayor de mis hermanos, se me respeta como el mayor, pero yo los respeto a ellos como menores. Entonces, el respeto ha primado entre nosotros. No somos capaces de decirnos una palabra descompuesta, ni nadie tomar un centavo del otro. Nos respetamos mucho y eso es lo que nos ha mantenido unidos, el respeto.
Reflexión
Yo creo que todo pasa. La vida hay que estudiarla para poder entenderla, y la madurez es lo que te permite entender la vida”
Día del abrazo
El 28 de enero quiero hacer el Día Nacional del Abrazo. Ya he buscado la forma para realizarlo. El abrazo es más expresivo que el beso”.
Año Nuevo
Nuestro ritual es tocar mucho. Hace tantos años que ese día tocamos que ya no nos acordamos cómo era antes de ser famosos”.
Un reto
Cada espectáculo, cada baile es un desafío, porque siempre va gente a ver si es verdad que tocamos bien y cantamos igual que en el disco ”.

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