domingo, 16 de julio de 2017

Lo que dice el villano!. “El arracavaquismo” no se acaba. Continúan algunos de la farándula utilizando clichés manidos, manoseados, mohosos.

Por Merengala de Joseph Caceres.

Continúan algunos de la farándula utilizando clichés manidos, manoseados, mohosos, creyendo que "se la están comiendo".,

Anuncian en sus programas que tienen unos "invitados de lujo", y cuando usted viene a ver se trata de dos o tres "arracavaca", sin ninguna valoración artística ni profesional…

Son los mismos del despreciable cliché "claro que si", cada vez que toman el turno para hablar…

Los mismos que al momento de anunciar sus peinados, maquillaje, su ropa, sus panties, o la barra donde se "abrochan" sus sandwiches, por intercambio, en la televisión, usan el cliché de "ahora vamos a excelentes recomendaciones".

Los que en los periódicos cada vez que van a anunciar un show, dicen "todo listo", sin darse cuenta de que con ello están enseñando el refajo…

Los que cuando llega la Semana Santa, Navidad, publican un reportaje diciendo dónde van a pasar las fiestas "los famosos". Y en vez de gente famosa, encuentra usted que, otra vez, aparecen los "arracavaca" que no son famosos ¡na!.

Los empresarios que regalan una estufa, una plancha y un secador de pelo, y montan un show parafernario en la televisión para proyectarse como figuras altruistas, beneméritas, dadivosas, desprendidas, a las que hay que exaltar, cuando en el fondo lo que hacen es aprovecharse de la pobreza y la miseria de la gente para promoverse.

Son los mismos que tratan a figuras de poca monta y trascendencia, como si fueran celebridades, otorgándoles créditos que no tienen, ni en se han ganado.

Por ejemplo, los que le dan la categoría de "maestro" a cualquier musiquito, cuando lo anuncian en televisión…¡Dizque el maestro! Comparándolos con Ramón Orlando, Dioni Fernández y hasta Rafael Solano. ¡No seas tú pendejo!.

¡Qué periodismo de espectáculo más barato!

Ya la gente con criterio está ¡harta! de tanto maniqueismo conductual en esta farándula, donde hay mucho artilugio de pacotilla, a los que han montado en pedestales artificiales que en vez de bien le hacen daño al ambiente.

Mientras figuras de verdadero valor en el arte son ignoradas, tratadas con desdén, el periodismo farandulero de este tiempo, de los periódicos, la televisión, la radio, y las redes sociales, salvo honrosas excepciones, está haciendo un papel pésimo y detestable.

Nadie ha exaltado más, proyectado y aconsejado que nosotros a los muchachos comunicadores de este tiempo.

Pero lo mucho, como dicen, ¡hasta Dios lo ve!

¡Yatabueno de tanta mendacidad y estulticia!

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