miércoles, 21 de febrero de 2018

Confesiones!. El salsero Luis Enrique creció abandonado por su madre. Presenta su “Autobiografía” mientras trabaja en tres proyectos musicales.

Picoteando el Espectaculo
Con 55 años vividos, el cantante Luis Enrique se siente lo suficientemente maduro para contar lo que muchos de sus familiares y amigos desconocían: creció en ausencia de sus padres, sintió sobre todo el abandono de su madre, toleró las agresiones físicas de un tío cura que se hizo cargo de él y de su hermano hasta que un día lo golpeó en la boca y eso lo impulsó a sumarse a los miles de inmigrantes ilegales que entran a Estados Unidos.

Lo cuenta ahora porque logró perdonar –aunque “hay heridas que se quedan contigo”- y porque su historia no es distinta a lo que viven muchos hispanos en la nación norteamericana.

“Lo del libro era compartir este camino, este montón de momentos específicos en mi vida, algunos duros, algunos tan duros, algunos de gloria, para que el lector pueda entender que la vida de los artistas no es un camino de rosas, que la fama tampoco es un camino de rosas, que llegar a ser famoso, no necesariamente quiere decir que no has pasado por cosas terribles y que no has podido superarlas a través de creer en ti, de tener fe, de ver la vida desde un lado positivo”.

Editada por HarperCollins Español, la biografía es un relato cronológico desde la infancia en Somoto, en su natal Nicaragua, rodeado de los contrastes políticos y artísticos de su propia familia; su huida a Estados Unidos a los 15 años acompañado de su hermano, de 13; hasta lograr ocupar un espacio en la música tropical con una salsa de tono social y romántico.

Revisitar esas etapas de su vida fue un ejercicio personal de sanación y convencimiento de que contándolas puede ayudar a otros, pero no dejó de ser doloroso.

“Los momentos de mami son difíciles porque a uno le han enseñado toda tu vida que tú mamá es la persona que estará a tu lado, que debe cuidarte, abrazarte, apapacharte, luchar por ti y bla bla bla bla. En muchos casos nos damos cuenta que eso no es así, por la razones que sean”, lamentó el artista, que ayer presentó su libro en la librería Casa Norberto, en Plaza Las Américas.

“Y eso, para muchos chicos que están allá afuera que son, no solamente carentes de mamá, sino de papá también, les va a ayudar a perdonar, y a perdonar también cualquier sentido que tengan de culpabilidad por haber señalado a ese ser humano en algún momento, porque lo tuvieron que hacer. Yo lo tuve que hacer”, subrayó.

“Tuve que enojarme con mi mamá, tuve que decirle un montón de cosas, separarme de ella, es más me acabo de reencontrar con ella después de 13 años. Entiendo que sus decisiones fueron tomadas como un resultado de su adicción, y la perdono, y la perdono cada vez que la veo. El daño se lo hizo más a ella que el que nos pudo haber hecho a nosotros, (y) a nosotros nos hizo daño, pero quien más sufrió con toda esta historia es ella”.

"Es difícil ser inmigrante"

El Príncipe de la Salsa llegó a Estados Unidos, desde México, a los 15 años. Desde entonces, vive con la marca de inmigrante.

“Hay discriminación a todo nivel en todos los países donde hay inmigrantes, en unos peores que otros, pero la realidad es que ser inmigrante no es fácil”, afirmó.

“Es difícil ser inmigrante, por más que intentes insertarte en esa sociedad, siempre vas a ser señalado como el foráneo, ‘tú no eres de aquí’, ‘tú no naciste aquí’, ese tipo de cosas es terriblemente dolorosa vivirla”.

Las restricciones cada vez más duras para los inmigrantes en Estados Unidos le parecen “una injusticia, sobre todo si viene de un alto rango dentro del Gobierno”.

“Creo que estamos viviendo momentos críticos, pero a la vez estamos viviendo momentos positivos, porque en estos momentos es que uno tiene que reaccionar. Uno tiene que empoderarse y defender lo que uno es, sin tapujos. Lo triste para mí en muchos de estos casos, sobre todo de discriminación, es ver cómo latinos discriminan contra latinos”, lamentó.

Luis Enrique presenta su “Autobiografía” mientras trabaja en tres proyectos musicales, dos que poco a poco irá dando a conocer sencillo por sencillo, y una tercera que, dijo, le ha debido al público por largo tiempo.

“Una sola obra totalmente al desnudo, va a ser un disco totalmente tal cual concibo las cosas cuando estoy escribiendo, a guitarra y voz”.


Lo cuenta ahora porque logró perdonar –aunque “hay heridas que se quedan contigo”- y porque su historia no es distinta a lo que viven muchos hispanos en la nación norteamericana.

“Lo del libro era compartir este camino, este montón de momentos específicos en mi vida, algunos duros, algunos tan duros, algunos de gloria, para que el lector pueda entender que la vida de los artistas no es un camino de rosas, que la fama tampoco es un camino de rosas, que llegar a ser famoso, no necesariamente quiere decir que no has pasado por cosas terribles y que no has podido superarlas a través de creer en ti, de tener fe, de ver la vida desde un lado positivo”.

Editada por HarperCollins Español, la biografía es un relato cronológico desde la infancia en Somoto, en su natal Nicaragua, rodeado de los contrastes políticos y artísticos de su propia familia; su huida a Estados Unidos a los 15 años acompañado de su hermano, de 13; hasta lograr ocupar un espacio en la música tropical con una salsa de tono social y romántico.

Fuente el Nuevo Dia

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