sábado, 28 de diciembre de 2019

Desigualdad social entre los comediantes dominicanos. Una línea sensible que divide a los comediantes millonarios de los que viven en extrema pobreza.

Picoteando el Espectáculo
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La desigualdad social que existe en la República Dominicana no excluye a los artistas del humor dominicano, una línea sensible que divide a los comediantes millonarios de los que viven en extrema pobreza.

Es el único sector que no tiene gremios, asociación ni federación para velar por sus derechos en la sociedad y el Estado dominicano, terminando sin seguridad social, a merced de la suerte, su mal o buen manejo con sus finanzas.

Entre los grandes millonarios del humor, posicionados o con cierto poder adquisitivo se encuentran: Raymond Pozo, Miguel Céspedes, Fausto Mata, Cheddy García, Jochy Santos, Manolo Ozuna, Juan Carlos Pichardo, Cecilia García, Carlos Sánchez, Lumy Lizardo, Euclides Jiménez “Pachuco”, Aquiles Correa, Miguel Pérez, Wilson Díaz, Tony Pascual “Pachulí”, Carlos Sánchez “Carasaf” y Felipe Polanco Boruga.

De igual forma están: Irving Alberti, Luis José Germán, Rinel Ozoria “Trompo Loco”, Liondy Ozoria, Antinea Suárez, Phillip Rodríguez, Fernando Pucheu, Noel Ventura, Jochy Jochy, Orlando Alberto Toribio Ramírez “Pío RD”, Víctor Reyes, Ariel Santana, Óscar Carrasquillo, Jacqueline Estrella, Arsie Peralta “Cacharrá”, Gerard Ogando, Duany Pérez, Félix Tejeda “Ñonguito”, María Tavares, Chucky Núñez, Josema Rodríguez, Oscar Pérez, Rafael Alduey, Kenny Grullón, Aquiles Correa, Miguel Alcántara, Daniel Luciano, entre otros.

En muchos de esos casos tienen contratos millonarios en canales de televisión, redes sociales, cobran millones de pesos por protagonizar películas, reciben cuantiosos beneficios como imagen para marcas en sus spot de televisión, shows de humor a nivel nacionales e internacionales con tarifas importantes, los demás se están tragando un cable de alta tensión.

El gran soberano del humor dominicano, Cuquín Víctoria no solamente es uno de los humoristas más exitosos de nuestro país desde hace más de 40 años, sino que actualmente funge como ministro consejero de la Embajada Dominicana en Washington.

Freddy Beras, Luisito Martí y Roberto Salcedo lograron convertirse en tres de los hombres más poderosos de la televisión dominicana, siendo éste último alcalde de la ciudad de Santo Domingo por 14 años; hoy es ministro sin cartera para la Seguridad Ciudadana.

¿A qué se dedica un comediante desempleado?

Insertarse en el mercado laboral haciendo otra cosa que no sea hacer reír, para un comediante que perdió su empleo es una tarea bien difícil. Existe un pensamiento popular de que todo el que se hace figura pública tiene dinero, llamándole “fama ficticia” a quien no presenta grandes bienes materiales siendo un artista reconocido.

Caso Nicolás Díaz “Margaro”

Luego de un show en vivo en televisión, generó una controversia sobre el deterioro en la salud de Nicolás Díaz “Margaro”, motivando al Gobierno dominicana a hacerle una casa y entregarle una pensión de RD$25 mil.

Caso Ramón Asencio “Tano Kao”

La situación de Ramón Asencio, mejor conocido como Tano Kao es un caso que amerita reflexión, ya que el comediante luego de formar parte de los mejores programas de humor de nuestros país, siendo su último programa Sábado Gigante de la cadena Univisión, se enfermó, quedó sin trabajo, alimentos ni comida en un apartamento de Manhattan, New York.

El soporte del mundo del espectáculo son las colaboraciones, dígase que los bachateros, actores, merengueros, cantantes pop y urbanos se apoyan entre los veteranos y nueva generación, realizando producciones juntos para fortalecer su movimiento artístico y a la vez para darle oportunidad a quienes están llegando al mercado, pero los comediantes dominicanos prefieren seguir siendo la clase artística más divida de la República Dominicana.
Fuente Yissus Taveras

1 comentario:

Ray dijo...

Los comediantes dominicanos no son unidos, su ego, embriaguez de fama, de algunos de ellos, por eso ni tienen gremio que lo ampare cuando los años y la fama ya no estén.