Tulile, prueba suerte sin su orquesta en NY; Tito Swing, Julián, El Sujeto y Omega pierden atractivo en el mercado
En la música no hay fórmula exacta para lograr un éxito. Lo que hoy puede funcionar, mañana está desfasado y viceversa. Así de simple. Y los últimos años son un reflejo de lo cambiante que es el negocio de la música, cuando un día estaba muy de moda el reggaetón, luego la bachata urbana, posteriormente el merengue de calle y ahora el dembow.
Pero ha sido el merengue de calle que ha sufrido en su popularidad la mayor caída en el último año. El acelerado ritmo que alimentó este vilipendiado estilo musical, que colocaba canciones en internet y en la radio con una rapidez inusitada, ha ido en franca disminución, obligando a algunos de sus exponentes más importantes, como es el caso de Tulile, a salir del país buscando posibilidades de negocio en otras plazas como la de Nueva York y otras ciudades de EE.UU.
La inconsistencia es para Ramón Lluberes, director de Escándalo 107.3 FM, una de las principales causas de la salida del mercado de esta música. “La mayoría de esos grupos hacen uno o dos temas, los pegan y no se preocupan en preparar un repertorio. No siguen produciendo nuevas canciones, pero además, sus canciones tienen un corte refranero de corta duración, de poca vida. Ya a los tres meses nadie los escucha. No es lo que pasa con el merengue con buenas letras, que dura más para entrar al gusto popular, pero al final permanecen”, dijo el experimentado director radial en entrevista telefónica con elCaribe.
Una cotización muy por encima de lo que puede aguantar la plaza dominicana, tendencia que se ha manifestado con la mayoría de los exponentes de este género cuando están pegados, también ha afectado su permanencia. “Si no tienen difusión y pegada no van a tener contrataciones. También sus tarifas, en su mayoría, se fueron por encima de lo que pueden generar en una puerta y eso lo alejó de esos escenarios y le dio más apertura a los dembowsero y reggaetoneros con menos cotización pero que estaban pegados”, agregó Lluberes.
Es el panorama en el que se circunscriben algunos de los exponentes más populares del merengue de calle en los últimos años. Prácticamente nulos en estos días, y los hay como Julián Oro Duro y Tito Swing de quienes no se sabe de su existencia, están Tulile, Moreno Negrón y El Sujeto, quienes en algún momento dominaban en el negocio.
En lo que va del 2012, ninguno de estos cantantes --que abrazaron una propuesta que dio al traste un cancionero cuya materia prima salía del refranero popular-- se ha acercado por las emisoras que programan sus canciones, según comentó ayer Mon Lluberes. “Esto llama a preocupación, porque fueron artistas que cosecharon una buena popularidad entre el público dominicano”, agregó el director de Escándalo 107.3 FM.
Y si las contrataciones que en un momento se contaban de hasta tres actividades en un día cualquiera de fin de semana, dejan de caer en las oficinas de estos exponentes, la realidad hoy es insostenible para algunos de ellos que descuidaron aspectos fundamentales para un artista seguir vigente. “La inestabilidad de estos cantantes, la mala calidad de su música, los altos costos de sus tarifas y la falta de inversión en la promoción” fueron factores que tuvieron que ver con la caída de este estilo musical, según explicó Carlos Bautista, mánager de Mozart La Para.
El merengue de calle, contrario a otros estilos como el reggaetón, no aprovechó la popularidad de su propuesta para evolucionar a una mejor orquestación, mejores arreglos y un manejo más profesional de sus protagonistas. La falta de productores también ha sido su talón de Aquiles. “En esa música lo que está faltando es grabar canciones que conecten directamente con el público. Más que hacer música urbana, sino música que pueda permanecer y cotizarse en el mercado internacional” ha sido una de las necesidades incumplidas de este estilo musical, según comentó el locutor Brea Frank, quien estuvo nominado a los Premios Casandra en su pasada edición.
En el boca a boca de la gente, para no decir de su ausencia en la radio tropical, no se escuchan canciones como “El café”, “El bolón”, “Hablan de todo”, (Tito Swing), “Plomo, plomo”, del Negro 5 Estrellas, “El camarón”, “Carrito rojo de carrera” (Silvio Mora), “La culebra”, “Prende la hooka”, de Tulile; “Con cotorra no”, de El Sujeto y “Chambonea”, Si tú no me amas” de Omega, que fueron grandes éxitos en boca de estos exponentes.
La vigencia y popularidad de estos cantantes se sintió incluso, en casos como el de El Cata, fuera de República Dominicana, cuando el icono musical latinoamericano de Colombia, Shakira, vino al país a grabar tres canciones con una base musical sobre éxitos del dominicano. Pero hoy la realidad es otra. Tulile anda probando suerte por Nueva York, donde dicen no le ha ido muy bien, Omega es noticia por sus escándalos, Julián y Tulile están fuera de órbita.
Lograr el primer hit, y luego hacer el crossover
Para los especialistas, en la música lo más importante para un artista nuevo es darse a conocer, no importa cómo. Lograr un primer hit es el anhelo de cualquier exponente en ciernes, pero en lo adelante pulir su música y sus canciones es un asunto de vida o muerte. “Hasta que no trabajen en eso, no van a permanecer.
Fíjate que Omega y El Cata han cambiado sus líricas, se han adaptado y han jugado con otros elementos que le ha dado consistencia en el mercado. El merengue de calle de doble sentido y que emplea la parte refranero pasa muy rápido, entonces si no afinan su parte literaria”, indicó Mon Lluberes a elCaribe.
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