¿De qué sirve tener lo último en tecnología militar si el vecino puede evitar tus ataques desde un laptop mientras hunde sus manos en una bolsa de Cheetos? Esta es una pregunta que tendría que haberse hecho mucho antes el ejército de Estados Unidos.
El Wall Street Journal publica en un comprometedor artículo que la insurgencia iraquí lleva tiempo capturando las imágenes de vídeo transmitidas por los UAV Predator sin más ayuda que la proporcionada por un programa ruso llamado SkyGrabber. Este software, creado para descargar emisiones vía satélite y a la venta por sólo 26 dólares, es capaz de conectarse a los mismos streams utilizados por el ejército, aprovechándose de que se envían sin ninguna clase de cifrado. Vamos, que son de acceso público. Lo más ridículo de la situación es que el Pentágono tenía conocimiento de este defecto desde los años 90, pero pensaron que el enemigo no lo era lo bastante listo como para descubrirlo. Craso error.
Tras el descubrimiento de un portátil cargado con vídeos tomados desde sus robots de ataque, el ejército ha dado comienzo a un lento y costoso programa de actualización que afecta a los Predator desplegados en Irak, Afganistán y Pakistán. El proceso llevará su tiempo, dado que el hardware en cuestión tienen más de 10 años, y utiliza tecnología propietaria, que no por ello más segura.
engadget español
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