sábado, 30 de enero de 2010

Mel Gibson, regreso con poder


ccotayo@elnuevoherald.com

``¡Feliz año nuevo!'' fue el saludo de Mel Gibson durante lo que podría ser su primera conferencia telefónica con un puñado de periodistas hispanos de Estados Unidos, con motivo de la promoción de su retorno a la gran pantalla --esta vez delante de las cámaras-- en el drama de intriga y suspenso Edge of Darkness, que llega hoy a los cines de la nación.

Decir que el thriller en el que Gibson interpreta a un policía obsesionado con descubrir a los responsables de la muerte de su única hija --un remake de la brillante miniserie británica homónima de 1985-- es un comeback para el actor, director y productor neoyorquino que alcanzó la fama con la serie de aventuras futuristas de Mad Max, sería totalmente inadecuado.

Gibson ha sido una superestrella --y uno de los magnates de la industria cinematográfica hollywoodense-- por tanto tiempo que la palabra ``comeback'' --regresar después de una notoria ausencia-- no se le puede aplicar porque simplemente nunca ha estado out.

Cuando El Nuevo Herald lo entrevistó durante el estreno de una de sus controversiales superproducciones como director, la visualmente impresionante Apocalypto (2006) --otra, aún más polémica, había sido la violenta y sangrienta The Passion of the Christ (2004)-- el entusiasmo por su trabajo que demostró en aquel entonces fue igualmente notorio durante la reciente conferencia de prensa desde Los Angeles.

``¿Ha pasado tanto tiempo?'', se preguntó Gibson cuando se le hizo notar que no había protagonizado una película desde Signs y We Were Soldiers, ambas del 2002 (aunque sí tuvo un papel de reparto en otro remake de una miniserie británica: The Singing Detective en el 2003).

``Si no has estado en las tablas ejerciendo tu especialidad durante ocho años, cuando vuelves tus decisiones [artísticas] suelen ser diferentes. El tiempo contribuye a eso. [Además,] el personaje [en este caso] es un tanto diferente'', sostuvo, comparándolo a otros policías que ha interpretado en el pasado. El oficial Craven, señaló, pertenece a la clase media y lidia ``con la angustia de la pérdida de una hija y está, probablemente, al borde de un ataque de nervios''.

Y agregó: ``Supongo que he estado en papeles parecidos en el pasado'', pero aclaró que la película también contiene un ``sentido profético social preocupante, una advertencia a todos sobre el rumbo que podríamos estar tomando [como sociedad]''.

Aprovechó el dato de ser un padre en la vida real y estar interpretando a otro en la grave encrucijada por la que atraviesa Craven en Edge of Darkness, para asegurar que ``cuando tienes un hijo nunca eres la misma persona [que fuiste]''.

``Comienzas a percibir tu propia mortalidad'', enfatizó, añadiendo que, sin embargo, también se siente una suerte de ``esperanza por la próxima generación''.

``Uno se da cuenta del deber de pasarle algunos valores a ese siguiente grupo'', subrayó.

``[La paternidad] te ilumina la conciencia en muchos niveles e influye en lo que realizas para la pantalla'', aseveró.

Recalcó, sin divulgar la trama, el tormento de su personaje en esta nueva cinta --que comparó a las tragedias con ``zonas oscuras'', como Hamlet, de Shakespeare-- para enfatizar la importancia de este papel en su trayectoria actoral. ``La pérdida de un hijo es una de las peores pesadillas que puedo imaginar'', señaló Gibson.

``[Edge of Darkness] es una historia muy humana sobre circunstancias intensificadas'', sintetizó.

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