Campamento Esperanza, Chile. La operación de rescate ha traído a 16 de los 33 mineros que estaban atrapados desde hace más de dos meses en una mina al norte de Chile. Familiares y socorristas festejaban este nuevo nacimiento.
Entre gritos de algarabía y aplausos, el presidente chileno, Sebastián Piñera, y su colega boliviano, Evo Morales, recibieron al décimo tercero minero que salió de las fauces de la tierra en una angosta cápsula diseñada para atravesar un ducto de poco más de 620 metros.
Esa especie de viaje de rescate, de cerca de 15 minutos, aún deberá ser recorrido por otros 17 hombres para completar una inédita operación que partió poco después de la medianoche del martes y que podría extenderse hasta el jueves.
Durante toda la madrugada, bocinas y aplausos llenaron el aire y tañidos de campanas repicaron en varias ciudades del país. Globos con los colores de Chile subieron al cielo cuando Florencio Avalos fue el primero en emerger del fondo de la mina San José, en medio del desierto de Atacama.
"Estoy feliz, orgullosa. Florencio siempre fue tan fuerte, tan valiente", dijo Priscila Avalos, hermana del primer minero en salir de la tierra, una imagen que conmovió al mundo entero, que vio cada paso gracias a un despliegue de la televisión estatal chilena en vivo y directo.
A media mañana del miércoles, casi 11 horas después del inicio de la fase final del operativo, los socorristas habían sacado a 16 mineros, entre ellos al único boliviano entre el grupo de chilenos.
Morales llegó a Chile para saludar a su compatriota Carlos Mamani, de 23 años y el extranjero del grupo de 33 atrapados que protagonizó un hito mundial de supervivencia al soportar casi 70 días a unos 700 metros de profundidad.
"Es algo histórico, increíble, pero cierto. Bolivia nunca va a olvidar ese esfuerzo del presidente de Chile, el hermano Piñera, como también del pueblo chileno y su Gobierno", afirmó el líder indigenista tras aterrizar en suelo chileno.
Piñera fue uno de los primeros en dar un abrazo de recibimiento a Mamani, el cuarto evacuado y quien llevaba cinco días trabajando en la mina cuando sucedió el derrumbe que el 5 de agosto los dejó atrapados. "Bienvenido a la superficie, a la vida", le dijo el mandatario chileno.
Tras recibir a Mamani, Piñera fue a descansar y volvió para acompañar a Morales a saludar a su compatriota. El líder indigenista agradeció a su colega e invitó al minero a volver a su patria, ofreciéndole un trabajo.
Algunos familiares de Mamani viajaron 35 horas desde la ciudad boliviana de Cochabamba hasta el hospital de la ciudad de Copiapó, cercana al Campamento Esperanza, fundado por los familiares de los mineros primero para presionar por su búsqueda y después para seguir paso a paso el proceso. El campamento pasará a ser un santuario, adelantó Piñera.
"Me siento muy contenta, muy feliz de volver a abrazar a mi hermano (...) Realmente me siento muy feliz, emocionada, no puedo decir más", dijo su hermana Nelia Mamani quien lo esperaba en el hospital de Copiapó, donde todos serán trasladados por helicóptero para chequeos y tratamientos.
La noche se transformará en día: los expertos en rescate prometieron no parar hasta sacar al último trabajador de la mina que producía una pequeña cantidad de cobre y oro antes de su colapso.
Abrazos y rocas
Cuando Avalos, de 30 años, pisó la superficie después del ascenso, su hijo menor y su esposa corrieron a abrazarlo. Poco después, Piñera lo estrechó en sus brazos, gesto que ha tenido con la mayoría de los rescatados.
Casualmente, el rostro de Avalos había sido el primero en dar la vuelta al mundo cuando 17 días después del derrumbe dieron señales de vida, pese a que todos los daban por muertos, y se obtuvieron imágenes que mostraban a los mineros.
La escena de alegría se repitió con los otros mineros rescatados, como el extrovertido Mario Sepúlveda, que celebró su cumpleaños 40 bajo tierra; Juan Illanes, de 51 años que prometió dejar la minería tras el susto del accidente y Jimmy Sánchez, el más joven de los mineros con sus 18 años.
A ellos le siguió Osmán Araya, de 29 años y quien se había quejado de las malas condiciones en la mina.
Pocos minutos después emergió del ducto José Ojeda, destacado por ser quien escribió el mensaje "Estamos bien en el refugio los 33" que conmovió al mundo el 22 de agosto cuando pocos confiaban en que estuvieran vivos.
El octavo en la lista fue el minero de 34 años Claudio Yáñez; para continuar con el más veterano de todos, Mario Gómez, de 59 años y el único en requerir hasta ahora asistencia inmediata de oxígeno por una enfermedad, lo cual sin embargo no le impidió salir con los brazos en alto y lleno de júbilo.
Los mineros abandonaban la mina en la cápsula que apenas les permite moverse y que está equipada con un tubo de oxígeno y equipo de comunicación.
Y vestían trajes especiales para soportar la abismal diferencia térmica entre los 30 grados de la mina y la fría noche del desierto, también con lentes oscuros para no quedar cegados por las luces después de haber vivido en penumbras.
Con un humor a prueba de balas, Sepúlveda -uno de los pilares morales para sus compañeros mineros- al salir abrió un bolso y le entregó pedazos de roca del fondo de la mina al presidente y otros funcionarios.
"Estuve con Dios y estuve con el diablo, me pelearon, me ganó Dios. Me agarré de la mejor mano", dijo horas después Sepúlveda, rodeado de sus familiares, en declaraciones transmitidas por la televisión estatal chilena.
Todos los que han salido de la cápsula lo han hecho en una aparente buena condición de salud, no obstante están siendo trasladados al hospital de Copiapó, a donde ya ingresaron los primeros seis para chequear su condición clínica.
fuente republica.com
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