El lugar idílico, la compañía perfecta, un beso que vale más que mil rumores.
El acercamiento entreJustin Bieber y Selena Gomez comienza a tomar cierto halo de realidad y no lo hace porque la pareja se junte para desayunar o para pasar la jornada juntos en un hotel, sino porque no se separa.Con el Caribe como telón de fondo, Justin Bieber y Selena Gomez decidieron ser la envidia de medio mundo.
Los jóvenes, de 16 y 18 años, respectivamente, marcharon hasta la República Dominicana para pasar el primer fin de semana del nuevo año. Lo hicieron juntos, como viene siendo habitual, pero también revueltos, como vienen intentando disimular.
La pareja, que se viene deshaciendo en halagos mutuos, no pudo más que evidenciar lo que ya es obvio.
Para muestra un botón y toda una ristra de fotografías en la que los besos y las caricias hablan por sí solas.
Que no hay lugar a la duda.
Y, si lo hubiera, sería para decepcionar a millones de fans de uno y otro lado del planeta -¿un montaje?-.
Que si el presunto primer beso registrado de la pareja creó sospechas -el propio representante de Bieber confirmó que la fotografía era falsa-, el segundo -aunque más casto- elimina cualquier suspicacia.
Más de uno se levantará de la silla: Sólo es un beso de amigos.
Puede que sí o puede que no.
Como probablemente algún otro dirá, cambiar un anillo de la castidad por una pulsera de diamanteses algo más que una coincidencia. Un paso al frente. ¡Romance a la vista!
fuente: la verdad es
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