jueves, 3 de noviembre de 2011

Roberto Cavada ha roto esquemas en la presentación de noticias en República Dominicana. Su estilo particular lo ha llevado a ser amado y odiado.


Roberto Cavada ha roto esquemas en la presentación de noticias en República Dominicana. Su estilo particular lo ha llevado a ser amado y odiado, dos extremos entre los que no existen términos medios.

El comunicador cubano es un crítico ferviente desde “Telenoticias”, canal 11. No obstante, es un hombre que disfruta el espectáculo, trascendiendo más allá de los patrones rígidos y sobrios del quehacer informativo.

Su propuesta televisiva se ha salido de los moldes de sobriedad. “No puedes hacer un noticiario al margen del criterio de la televisión como medio, que al final vende entretenimiento, vende show y vende noticias”.

Radiografía
En torno a la vida personal de Cavada se tejen curiosidades, algunas de las cuales se atreve a despejar.

“Soy un hombre sumamente apasionado, de verdad que sí, creo que demasiado”, afirma Cavada con la pasión que nunca deja de lado.

A pesar de que han jugado con sus sentimientos, él no duda en abrirle las puertas al amor. “Cuando me enamoro, me enamoro de verdad y después lo sufro porque el desamor es mucho más difícil”.

En uno de sus dedos, el presentador luce un anillo de oro, pero nunca se ha casado ni ha tenido hijos.

“Te soy sincero. me ha tocado una vida migratoria y desde muy temprano asumí roles que apostaran a responsabilidad y proyectos profesionales”, dice.

Aunque tenía sus relaciones, no deseaba casarse tan joven.

“Llegué aquí (desde Cuba); buscar un espacio me llevó a estar con personas con las que tuve a punto de casarme (no eran del medio)”, aclara él con cierta dosis de picardía. “Eso me llevó a postergar el tema del matrimonio, no del amor”, agrega.

Casarse no ha sido uno de los planes del presentador de noticias. “He postergado el matrimonio al punto que he llegado a ser un descreído del matrimonio. Creo en la convivencia con una pareja, pero no creo en eso de firmar un papel porque creo que es falso. Hay gente que cuando le dices vamos a firmar un papel, arman una historia y un personaje”, explica mientras la seriedad sale de su escondite.

“¿Por qué hay que firmar lo que al final lo trastoca todo? Por ahí es que al final vienen los fracasos de las parejas, porque no hay un tiempo real para conocerse”, sostiene.

Sin embargo, Cavada no tarda en aclarar que no firmar un papel no significa que no respete en su justa medida a la mujer y a la unión de pareja, y tampoco significa que mantenga una vida libertina.

“El amor es complejo y ojalá alguien bien interprete lo que digo sobre el matrimonio y aparezca una mujer que piense como yo y me acepte como soy. Ya que se lo he dicho varias veces, si lo lee ahora que me lo crea”, dice muy sonriente.

Le habla a alguien en especial, pero se cuida de ofrecer detalles o de revelar un nombre.

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SUS OBSERVACIONES Y PREFERENCIAS

De la mujer dominicana a Cavada le atrae el cuidado de su imagen. “Es sumamente esbelta. Tiene un nivel de elegancia, de disfrute de la belleza”. Sin embargo, lo conquista una buena conversación, pero exclama “¡ufff!” para confesar que aquí le han roto el corazón.

Ante la pregunta de cuál es su principal atractivo para las mujeres, no sabe con exactitud.

“Serán las canas, a algunas les gusta mi sonrisa, esa carita de niño tonto y ciertas maldades que uno utiliza”, dice con mucho humor.

Como buen canceriano, Cavada no es un hombre que le guste mucho la calle. “Me gusta la bohemia pero en la tranquilidad de mi casa”, dice. Disfruta ver películas, fumar puros, y tomarse un buen trago.

Cavada establece un estilo
La salida de Roberto Cavada de Cuba no se produjo bajo circunstancias de presión política. Cuando su familia emigró a Estados Unidos en la década de los 90, él optó por quedarse en su país natal porque en ese momento había un fervor de cambio dentro de la misma revolución de Fidel Castro, y quería motivar esa transformación con su pluma de periodista.

“Me gusta mucho la política. Yo aposté a ese cambio y lo hice hasta donde pude y hasta donde me dejaron. Finalmente, en una ocasión me censuraron, me sancionaron y propusieron invalidarme el título de periodista, hasta que un día decidí no hacer más periodismo”, cuenta el presentador de noticias.

Luego formó parte del Instituto de Cine de Cuba, donde dirigía el departamento de prensa.

A través de ese puesto venía a República Dominicana a los festivales de cine que se organizaban en aquel entonces, en 1997. Poco a poco se fue encantando con el país, hasta que en el 2000 decidió dejar a Cuba. Sin embargo, “lo que nadie me va a quitar es mi amor hacia el lugar en que nací”.

Cuando llegó a República Dominicana empezó, junto a unos amigos, a producir conciertos de artistas cubanos como Amaury Pérez, Silvio Rodríguez y otros.

Un buen día se le propuso el proyecto de Telenoticias, pero en realidad no le interesaba estar en la pantalla.

El perfil que se requería era de un comunicador que más que imponer una noticia al televidente, se la conversara.

Esa persona nunca se encontró y los ejecutivos de Telesistema le propusieron a él que presentara las noticias.

Él asumió el reto y los resultados son evidentes porque llevó al noticiario del 11 a un liderazgo nunca antes registrado.

Ataques en su contra
Con el éxito han venido ciertos ataques, entre ellos los que le critican por supuestamente “aprovecharse” de los dominicanos.

“No es un oportunismo, es aprovechar la oportunidad de las nuevas tecnologías y necesidades de información de la gente. Mi responsabilidad como comunicador es decirlo todo en mi momento, en mi espacio. Eso es ser consecuente y responsable con mi rol”, declara.

Cavada es enfático al señalar que a lo único q u e nunca faltaría es a la realidad y a la fidelidad de los hechos noticiosos.

Sus detractores también consideran que en su labor como periodista deja transfigurar su opinión sobre los hechos noticiosos cuando se supone que los conductores deben ser imparciales.

El comunicador define su estilo como una nueva forma de que la gente asuma y asimile las noticias aunque sean negativas, en lugar de rechazarlas.

Cavada reconoce que a diferencia de los demás programas de noticias, expresa su opinión matizada de emociones, “porque al final somos así. El hecho de estar en un canal de televisión no puede llevarnos a desnaturalizarnos y ser un personaje, y mucho menos cuando se trata de dar noticia”.

“Mi mayor satisfacción es que una noche que yo diga una opinión, deje a una familia debatiendo en su casa. La sociedad ha caído en un inmovilismo y le da lo mismo que maten a alguien en la esquina. Eso no puede ser”, manifiesta el cubano.

Cavada ha sido blanco hasta de grafitis en avenidas. Sin embargo, está abierto a escuchar los comentarios, incluso los ofensivos.

En sus momentos libres disfruta de la música, la pintura, la colección de obras de arte y el cine. Ese gusto por las artes explica su dinamismo en las noticias.

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SU POSTURA ANTE LOS POLITICOS DOMINICANOS

La apertura cultural que supusieron las relaciones diplomáticas de República Dominicana con otras naciones en el primer gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fue lo que enamoró a Cavada del país, al igual que el pensamiento de Juan Bosch.

Sin embargo, su parecer ha cambiado mucho desde aquellos tiempos. “Ese valor se ha ido cualquierizando y llevando a la politiquería como lo hizo en su momento el PRD y el PRSC. Eso me desconcertó”, resalta.

Es por esa razón que cuando presenta las noticias, ofrece sus opiniones. “No te puedo negar que en algún momento cuando opino de algo vinculado con el partido oficialista, me sale en lo más profundo ese dolor por la traición. Siento que el PLD de alguna manera se ha traicionado a sí mismo, ha traicionado el pensamiento del profesor Juan Bosch. Me duele que Leonel diga que su líder sea Balaguer”, dice.

No obstante, ese pensar no lo lleva a preferir al PRD “porque ellos mismos (el PLD) se han ubicado en el otro literal”.

El cubano admite que trasluce sus sentimientos en las cámaras. “Así pienso y no quiero que nadie piense lo que pienso, sino que se genere la contradicción. Ningún partido me representa”.

“Cuando me dijeron que era perredeísta, casi lloro. Fui a hablar con Huchi Lora, mi oráculo en la información, y me dijo: Siga en el camino de lo que usted cree y olvídese de los demás”, cuenta.

fuente listin diario

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