domingo, 1 de enero de 2012
El alcalde de New York Michael Bloomberg y Lady Gaga cumplieron el rito del besarse a medianoche.
Desde Samoa a la costa oeste de América, los fuegos artificiales iluminaron la noche. En la Gran Manzana, el alcalde Bloomberg y Lady Gaga cumplieron el rito del besarse a medianoche.
Después de que las regiones del extremo oriental de Oceanía, las islas de Samoa, Kiribati y Tokelau, fueran las primeras en celebrar la llegada de 2012, la fiesta comenzó a trasladarse hacia Occidente.
Las primeras paradas fueron Auckland y Sidney, en Nueva Zelanda y Australia respectivamente. La tierra de los All Blacks, una hora al este de la famosa bahía "aussie", lanzó las primeras salvas de fuegos multicolores en un año agridulce para el país: por un lado, el título del equipo nacional en el Mundial de rugby, y por otro, las secuelas de los sismos que siguen afectando la región de Christchurch, donde se han registrado más de 7.000 en los últimos 15 meses.
Sus vecinos australianos volvieron a realizar una transmisión espectacular desde la bahía que corona la Opera de Sidney, ciudad que impactó con 20 minutos de impresionantes fuegos de artificio sobre las aguas.
En Tokio, miles de japoneses aguardaron a media luz la llegada de la medianoche, tras lo cual se iluminó el centro de la ciudad y se realizó una gigantesca suelta de globos-burbujas transparentes, que reflejaron los haces con destellos plateados.
Los fuegos artificiales retumbaron en la Plaza Roja de Moscú y los corchos de champaña brotaron en el bulevar de los Campos Elíseos en París. Todo el mundo dio ansiosamente la bienvenida al nuevo año el domingo con la esperanza de un mejor futuro y le dijo adiós a los huracanes, tsunamis y agitaciones económicas que muchos preferirían olvidar.
El evento más importante tuvo lugar en Nueva York, donde Times Square abrió el nueco calendario con un show de música que contó con un representante latino como Diego Torres, más la estrella adolescente Justin Bieber y la cantante Lady Gaga.
La intérprete de Bad Romance y Born This Way, de origen neoyorquino, tuvo a su cargo tanto el cierre del espectáculo musical como la puesta en funcionamiento del reloj que descontó el último minuto de 2011.
Junto a ella estuvo presente el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, quien realizó personalmente la invitación a Lady Gaga para que lo acompañe en el momento culminante. Las medidas de seguridad desplegadas en la zona han sido calificadas de "extraordinarias", mientras que la asistencia se calculó en un millón de personas.
El descenso de la bola de cristal, con más de 30.000 luces, se produjo a la medianoche. La cantante y el alcalde encabezaron con visible emoción tanto la cuenta regresiva como el primer baile posterior a la medianoche. En las calles, decenas de parejas cumplían el rito de besarse apasionadamente.
Sin embargo, muchos ven al nuevo año más con alivio que con alegría, mientras las personas afectadas por los desastres climáticos, el desempleo y la incertidumbre económica esperaban que el filo de la medianoche fuera a cambiar su suerte.
"Fue un año bastante difícil, pero Dios está viendo por nosotros y sé que 2012 tiene que ser mejor", señaló Kyralee Scott, de 16 años, de Jackson, Nueva Jersey, cuyo padre pasó la mayor parte del año sin trabajo.
En Nueva York, algunos de los presentes con sombreros de fiesta y gafas "2012" comenzaron a acampar desde el sábado por la mañana, incluso mientras los trabajadores preparaban bolsas llenas con cientos de globos y los técnicos instalaban filtros de color en las luces de klieg.
La multitud aplaudió cuando los trabajadores de la famosa bola de cristal hicieron una prueba. La esfera, adornada con 3.000 triángulos de cristal Waterford, ha caído con motivo del Año Nuevo desde 1907, mucho antes de que la televisión lo volviera una tradición en Estados Unidos.
fuente informe 21
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