domingo, 12 de febrero de 2012

El primer concierto de Romeo Santos en solitario ha sido la producción más espectacular y grandiosa que artista alguno haya podido presentar.




Los millares de personas que abarrotaron por completo el aforo de la Arena del Madison Square Garden en el primer concierto de Romeo Santos en solitario de seguro que le habran acreditado el que ha sido la producción más espectacular y grandiosa que artista alguno haya podido presentar en los últimos tiempos.


Las doce patanas (truck) con igual número de furgones cargados de los más avanzados equipos y recursos escénicos del mercado, le confirieron al concierto de Romeo un crédito que pensamos ningún otro artista pudiera alcanzar, a menos que al igual que él, se decida por hacer una producción sin importar que conlleve una inversión millonaria, como la que evidentemente se puso de manifiesto en lo que se puede considerar como la última locura del empresario Félix Cabrera y el artista.


Solo un Romeo que vive atento a todo lo novedoso que hay en el mercado americano, y un empresario que no le tiembla el pulso al momento de lanzarse a conseguir objeticos y metas, pueden lograr una combinación tan perfecta para dejar a tanta gente con la boca abierta.


Pantallas gigantes Led que recreaban insuperables imágenes visuales y una línea gráfica impresionante, servían de marco y "leit motiv" a todo lo que discurría en el escenario, donde Romeo, como si fuera un mago, muy bien podía aparacer por arriba, merced al empleo de mecanismos hidráulicos, como también emerger desde abajo, o recorrer de un lado a otro el techo de la Arena para cantarle al público encima de sus cabezas.


Todo enmarcado en un concepto imperial, donde de manera clara se quiso dejar sentado que en escena eataba el rey, en su trono, con su corona, sus emblemáticos leones, para lograr un efecto mágico, incomparable, lleno de colorido, luces y efectos especiales abrumadores, hasta llegar al climax.


Aparte de su amplio repertorio de éxitos con Aventura y los nuevos de ahora, Romeo contó con la participación de Prince Royce como uno de sus invitados, rompiendo con ello conjeturas alimentadas por el morbo de alguna gente queriendo establecer entre ellos una alegada rivalidad que demostrado está ya que no existe.
Prince interpretó un mosaico con varios de sus éxitos, para hacer las delicias de la amplia concurrencia, que aprobó con entusiasmo la aparición del artista, al igual que la entrada de Usher, para interpretar el tema "Promise" que ambos grabaron juntos.


La idea de Cabrera y la del mismo Romeo apuntaba a romper todo lo anteriormente hecho cuando estuvieron en el mismo lugar con el grupo Aventura. De ahí que si con Aventura se utilizaron seis furgones de equipos, en este se duplicó y fueron doce.


Si se invirtió medio millón en cada presentación de Aventura, la de ahora con Romeo solo la producciíon superó el millón de dólares, y naturalmente, los resultados en cuanto al despliegue estuvieron a la vista de todos los presentes.


Un concierto sin parangón de una calidad y una increible vistosidad propia de las grandes producciones de premiaciones como El Grammy.


Romeo con ello empieza un nuevo ciclo artístico sin intenciones de quedarse en medianías. Su vuelo es de águila, y como tal se remontó este sábado en el Madison, en un concierto que habrá de repetirse, atendiendo a la demanda y al llamado de millares de personas que viven la Romeomanía.

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