viernes, 1 de junio de 2012

Franklin "The Boss" se queja de la poco solidaridad de sus colegas. Dice “A veces hay periodistas que se hacen eco de lo que escuchan sin investigar”.

Los 11 meses de prisión en Najayo de José Altagracia Corcino (Franklin “The Boss”) fueron una lección de vida para el joven merenguero, quien aprendió a valorar “muchísimas cosas” que anteriormente no apreciaba, en especial su familia.
Fue puesto en libertad el 23 de febrero de este año, luego de que Estados Unidos desistiera de una solicitud de extradicción por tráfico de menores.

Se sentía impotente, ya que fue apresado sin haber pruebas concretas: “Después de 11 meses preso, ni el Estado ni nadie te dice -mira, lo sentimos porque lo encerramos a usted”.
Justicia Divina
Por esta razón, en repetidas ocasiones, dijo haber sido “víctima del sistema” por la forma en que la Justicia se manejó con su caso tan solo por un requerimiento extranjero.
Sin embargo, durante ese “doloroso proceso” tenía su conciencia limpia y se mantuvo confiado: “Tú sabes que ahí está la justicia divina y tu sabes que Dios va a obrar”. Franklin también reveló otras irregularidades relativas a su apresamiento: “Yo estaba saliendo del gimnasio cuando me agarra la DNCD (Dirección Nacional de Control de Drogas), entonces se crea una confusión porque se supone que es una cosa de prostitución”. Este hecho hizo que comunicadores desinformaran a la población relacionando su caso con el narcotráfico. “A veces hay periodistas que se hacen eco de lo que escuchan sin investigar”, aseveró.
Una “pantalla”
Tristemente nadie salió en ayuda de Franklin. Sus declaraciones son un reflejo de lo solitaria que puede ser una “caída” en el medio artístico: “Vivimos en un país donde en este medio hay pocos amigos; porque vivimos lo que se llama ‘la pantalla’ que cuando vemos que una persona cae, por error, por un proceso, lo que dicen es ‘eso hay que averiguarlo’ personas que trabajaronel apoyo de sus fans, de su equipo personal de trabajo, así como a El Mambo De Chala, Jucafri, Neo Ken y otros. Aunque reconoció que “cada quien tiene su afán” le aconsejó a sus colegas el ser más solidarios.
Máxima seguridad
Al estar en la categoría de extraditable “The Boss” fue llevado al área de máxima seguridad de la cárcel de Najayo .Todo era precariedad tras las rejas: La comida era tan pésima que aseguró que ni los perros de la calle se la comerían.
Tuvo que comprar hasta el colchón donde dormir. A pesar de las penurias fue allí donde recurrió a Dios y empezó a leer la Biblia. “Desde que yo caí en esto me agarré mucho de Dios” explica. Entabló amistad con los reos, y dice que la sociedad se equivoca al verlos como “ogros”.
Muchos de ellos le decían “el ángel de Najayo” por el aprecio que le tenían. Componía canciones y hasta llegó a formar un equipo de basket.

Listín Diario

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