domingo, 1 de julio de 2012

La Princesa Letizia se habría sometido a una perfiloplastia, un procedimiento que consiste en mejorar el perfil remodelando la nariz y el mentón.

Un rostro tirante, con los pómulos muy marcados y una expresión fija que permanece impasible ante los acontecimientos que pasan a su alrededor. Desde hace unos meses las facciones de doña Letizia han sufrido unos llamativos cambios que la han convertido en una persona algo más inexpresiva.


No es ningún secreto que la Princesa de Asturias ha pasado más de una vez por el quirófano para modificar algún elemento de su rostro. Hace unos años, cuando la forma de su nariz cambió, Casa Real habló de una septoplastia, una operación para corregir el tabique nasal y acabar con las molestias respiratorias. Aun así, muchos fueron los medios que apuntaron a una rinoplastia, una intervención con un fin puramente estético.

Según explica el doctor Miguel de la Peña*, la Princesa se habría sometido a una perfiloplastia, un procedimiento que consiste en mejorar el perfil remodelando la nariz y el mentón. “En su caso, consistió en suavizar su nariz, que era angulosa y aunque la daba cierta personalidad, lo cierto que al hacerla ligeramente convexa le aportó feminidad. Asimismo, redondeó la punta de la nariz, que le dio un aire más infantil y se rellenó y redondeó la barbilla con el fin de obtener un aire más amigable”.

Aunque las tarifas de las rinoplastias varían de una clínica a otra, suelen rondar los 2.000 euros, un precio al que habría que sumarle los 400 euros del retoque del mentón.
El balance general de estos primeros cambios habría sido positivo, según explica el doctor, ya que la Princesa habría conseguido mantener la naturalidad de sus rasgos. Sin embargo, tras estos primeros retoques, habría seguido con los retoques, perdiendo sus facciones originales.

“Como se ve en la distancia, entre el canto externo del ojo y la cola de la ceja, utiliza botox, pero ligeramente pasado de dosis. También, y esto es quizá lo que peor le queda, se rellenó con hialurónico la mejilla y el pómulo, para tratar de disimular su delgadez”, un tratamiento que ronda los 1.200 euros y que tiene que ser renovado cada seis meses.
Wonkette bautizó en una ocasión a la política Nancy Pelosi, como una mujer “permanentemente sorprendida”, una frase que pretendía describir los efectos de la cirugía estética en el rostro de la demócrata. Obsesionada por evitar el paso del tiempo, sus retoques habían acabado con la naturalidad de una cara que, después de tantos estiramientos, parecía estar constantemente en estado de sorpresa.
Durante la visita de los Príncipes de Asturias a los Estados Unidos, doña Letizia fue la auténtica protagonista de la pareja, convirtiéndose en el personaje más analizado de diferentes portales dedicados a las casas reales europeas. Entre los detalles que más llamaron la atención se encontraba el rostro de la Princesa. “¿Qué le pasa en la cara?”. “Tiene una falsa hermosura, al igual que Charlene.

Lo peor es que ambas se veían mejor antes de los procedimientos”. “Ninguna princesa tiene las mejillas tan hinchadas como Letizia”, comentaron los lectores del portal Royal Dishes.(Elena R. Bayano)

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