jueves, 13 de septiembre de 2012

El arreglista y pianista Robison Hernández, uno de los responsables del éxito del disco de Prince Royce, el problema se debe a que muchos bachateros locales no se dejan manejar, ni mucho menos dirigir.

Santo Domingo.-Mientras la bachata de Romeo Santos y Prince Royce sube como la espuma, y rompe los estándares internacionales, aquí los “viejos robles” del ritmo de amargue lucen un poco apagados.


Esa fiebre de bachatas que hace algunos años se sentía en el país parece haberse ido de paseo y la plaza ya empieza a sentir este vacío.

Para el arreglista y pianista Robison Hernández, uno de los responsables del éxito del disco de Prince Royce, el problema se debe a que muchos bachateros locales no se dejan manejar, ni mucho menos dirigir por jóvenes arreglistas que son los que están haciendo bachata que conecta con el público actual.

No quieren innovar

Según sus palabras, a los bachateros establecidos les hace falta que se dejen manejar, que admitan que necesitan a su alrededor gente que sepa del negocio.

escrito por Cristina Liriano

Publicado por JUNIOR SAINT HILAIRE

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