martes, 2 de abril de 2013

El cantante Juanes nunca pensó que podría escribir . En su libro aborda momentos en su vida conocidos por todos y otros no tan conocidos .

Destrozado por la desintegración de su grupo Ekhymosis y temeroso de no tener un futuro en la música, Juanes vendió sus pocas posesiones en Medellín y decidió irse a probar suerte en Estados Unidos. Eran finales de los 90 cuando tomó un vuelo con destino a Miami en el que, casualmente, viajaban los Aterciopelados, que iban como nominados a los premios Grammy. “Dios mío, ¿qué estoy haciendo? Dame fuerzas para seguir adelante”, pensó entonces el rockero colombiano, sin imaginarse que apenas tres años después, y tras pasar también duras épocas en Nueva York y Los Ángeles, conseguiría él mismo el primero de 19 Latin Grammy y dos Grammy, y llevaría sus canciones a lugares remotos que ni siquiera soñó algún día visitar. Esta es una de las anécdotas que Juanes relata con gran candidez en Persiguiendo el sol, un libro autobiográfico que sale a la venta hoy en español e inglés (Chasing the Sun) y que, dice, él mismo escribió sin la ayuda de un ghostwriter. “Nunca pensé que iba a escribir”, confesó el cantautor en una entrevista reciente. Y dijo que en total tardó unos seis meses entre la recolección de fotografías, la escritura y la revisión del texto. “Iba con mi computadora a todos lados, iba agregando cosas a medida que iba refrescando la memoria. Un lugar me iba conectando con el otro”, señaló.

En Persiguiendo el sol, Juanes aborda momentos en su vida conocidos por todos y otros no tan conocidos –como cuando estando de gira en Ginebra vio por la ventana de su hotel lo que cree fueron ovnis o cómo pasó años construyéndose él mismo una motocicleta que luego se convirtió en su modo de transporte–, ahondando en los sentimientos que atravesaba en cada uno de esos momentos y relatando cómo llegar a la cima le fue pasando factura a su vida familiar y espiritual. Habla de una época de fracasos en la que sintió que pisó fondo, cuando el agotamiento de años viviendo prácticamente de gira drenó su energía y su creatividad, y requirió un descanso que llevó a la ruptura con su mánager de años, Fernán Martínez, recuperando el control de su tiempo y el dedicado a su familia. “La verdad, me siento muy agradecido hoy con Dios, con la vida, con la música”, dijo. “Han pasado muchas cosas, la mayoría que ni en el sueño más grande y más ambicioso pude haber tenido. Es como una historia mágica que se ha hecho realidad y lo quería compartir con los fans por esa misma razón. Sin ese camino recorrido no podría estar aquí”.

En su libro aborda momentos felices de su infancia, su adolescencia y juventud, y momentos menos felices, como una hermana que está en coma desde hace 20 años y brotes de violencia que cobraron la vida de un amigo y un primo hermano en Medellín. ¿Cómo fue para usted revivir esos momentos?

Han sido momentos que han estado prácticamente siempre conmigo. Fue como un viaje muy especial a ese lugar recóndito de mis pensamientos... Son parte de la vida de uno que hay que aceptar y volverlo positivo, y es lo que he tratado de hacer toda la vida, a través de mi música. La vida te enseña.

Con tantas experiencias que habrá atravesado en su vida, ¿cómo eligió qué contar, como escogió de qué escribir?

Yo creo que fue más bien un proceso natural. Cuando me senté frente a la computadora empecé a escribir sin escatimar detalles: todo lo que podía recordar, cómo estaba, con quién estaba, qué sentía. No escogí cosas que pudiera compartir, sino que pudiera recordar.

En el libro habla ampliamente de su época con Ehkymosis e incluye montones de fotos del grupo... Pero en el capítulo que habla de su familia, y de hecho en todo el libro, no aparece ni una foto de Karen o de sus hijos...


Sabes, que fue como una decisión que tomamos mi esposa y yo... Cuando terminé (de escribir el libro) le dije ‘Léelo, a ver qué te parece’, y decidí no poner esa parte de los nenes, de la casa. Quería dejarlo todo orientado a la música siempre. Hay que dejar un espaciecito para la intimidad.

Dice que en el tercero de la secundaria descubrió el rock y describe lo que le hicieron sentir bandas como Metallica y Iron Maiden, y cómo el rock metálico se convirtió para usted en un refugio ante tanta violencia a su alrededor. Viniendo de una familia tan religiosa como la que describe, ¿qué le dijeron sus padres? ¿Cómo se tomaron ellos su gusto por una música ampliamente considerada agresiva?

Obviamente, algunos de mis hermanos, mi mamá y mi papá se preocuparon un poco, no entendían bien de qué se trataba todo esto. Su reacción fue un poco de rechazo, pero al final, cuando entendieron que esto iba más allá, me dejaron avanzar. Mi mamá es muy conservadora. Pero al final me ayudó mucho esta música a salir de la depresión de esa época.

El tono al final es muy espiritual. Termina con una reflexión sobre la situación del mundo, nuestra misión en la vida y la importancia de estar conectado con Dios. ¿Es este el consejo que le da a las nuevas generaciones?

Más que un consejo, es una experiencia personal. La mente es muy poderosa. Lo que uno se propone, ocurre; lo bueno y a veces lo malo también. Entre más cerca está uno de Dios o como uno lo quiera entender, es que mejor le va a uno. Hay que tener fe.

“La mente es muy poderosa. Lo que uno se propone, ocurre; lo bueno y a veces lo malo también”.
JUANES, CANTAUTOR
COLOMBIANO

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