En efecto, Francis Disla, conocido por muchos como “El Indio”, nos hizo pasar un rato desolador cuando vimos su “Hoyo del Diablo” hace un par de años, porque no fue el Diablo quien se fue por el hoyo sino sus guionistas que crearon una historia estrafalaria y repleta de eso, de hoyos.
Pero ahora, no hicimos más que ver el comienzo de “Un lío en dólares” y pusimos buena cara: es la primera vez en todo lo que hemos visto del cine dominicano que encontramos un diseño de títulos tan bien logrado, en especial porque, en ese renglón específico, nunca se había hecho nada que no fuera poner los nombres de actores y técnicos.
Pero, además, como sucedió con “De pez en cuando”, en esta oportunidad no se anda con los chistes de velorio y con los personajes sin ton ni son: aunque no sean maravillosos, sí hay creación de personajes y sí encontramos una comicidad que reside sobre todo en las situaciones que se plantean.
Porque todo va, en lo que a planteamiento de guión se refiere, a la idea de un trasiego de valiosos diamantes desde Santo Domingo a New York, para lo cual se valen como mula de un ingenuo infeliz a quien le consiguen el pasaporte y la visa para que vaya a conquistar el sueño americano, deseo ferviente del 90% de los criollos.
Y, como era de esperarse, las cosas comienzan a complicarse para Eulogio desde antes de tomar el vuelo, y se complican aún más cuando llega con su carga y arriba al edificio de apartamentos donde se supone le esperan.
Es allí donde va a ocurrir casi todo el desarrollo de la acción, es allí donde le van a buscar los secuaces del capo mafioso italiano, es allí donde sin querer tiene que hacerse pasar por otro y donde… donde no les vamos a contar más.
Por supuesto, no todo es coser y cantar, no todo se desliza con la gracia y el dinamismo del mencionado “Pez”, que como cine es una obra más acabada, pero el desarrollo tiene en verdad momentos hilarantes y bien conseguidos, en especial por la presencia de dos personajes “irreales” que no dejan solo nunca a Eulogio: su conciencia, o sea, vamos a decir, su ángel de la guarda que le aconseja para el bien, su mala conciencia que le quiere llevar por el mal camino. Esos dos personajes son, muy posiblemente, los mejor desarrollados y, por ende, los que nos proporcionan los mejores momentos de la comedia.
Hay otros que no lo son tanto. Por ejemplo, el personaje de la niña “investigadora” a ratos resulta un tanto forzado, sobre todo cuando llega Eulogio al lugar. Que a ella le guste investigar, bien, pero que quiera hacerlo con todos es demasiado, pero, claro, había que buscar una vía para alcanzar un final feliz que, como es natural, se veía venir desde lejos. Otras situaciones resultan exageradas, como que al pintor le golpeen y torturen sin tener evidencias de crimen, mientras al otro no le tocan ni con el pétalo de una rosa.
Richard Douglas, Manolo Ozuna y Phillip Rodríguez son lo mejor del elenco, y la comedia, en efecto, sin ser nada del otro mundo, es mejor que casi todas las de Hollywood que hemos visto este año.
Estoy cansado de ver las misma cara en cine dominicano,Por favor pongan gente y cara nueva,estamos cansado de lo mismo,sera que no tenemos actores o no se le da la oportunidad alos nuevo actores.De por Dios cambien o estamos condenado a lo mismo en todo lo que hacemos.DIOS HABRE LOS OJOS. Cambien a estos actores(TRASNOCHADOS)
ResponderBorrarEstoy cansado de ver las misma cara en cine dominicano,Por favor pongan gente y cara nueva,estamos cansado de lo mismo,sera que no tenemos actores o no se le da la oportunidad alos nuevo actores.De por Dios cambien o estamos condenado a lo mismo en todo lo que hacemos.DIOS HABRE LOS OJOS. Cambien a estos actores(TRASNOCHADOS)
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