miércoles, 29 de octubre de 2014

La actriz Julia Roberts, quien cumplió ayer 47 años se niega a las cirugías plasticas, le gusta lo natural.

La actriz Julia Roberts, quien cumplió ayer 47 años, es muy consciente de que en una industria tan obsesionada con la juventud como la cinematográfica su decisión de no pasar por el quirófano para realizarse unos retoques estéticos supone "un riesgo" adicional que podría llegar a hacer peligrar sus contratos como imagen de ciertas firmas.

"En los cánones de Hollywood, supongo que he corrido un gran riesgo al no hacerme un lifting. Pero le he dicho a Lancome que quiero ser una modelo que envejezca, así que tienen que quedarse conmigo al menos otros cinco años, hasta que cumpla los 50", declaró la intérprete a la revista You.

Pero por mucho que haya decidido no intentar detener el paso del tiempo de manera artificial, Julia considera que envejecer le ha aportado un nuevo tipo de belleza que nace principalmente de su recién encontrada paz interior.

"Ahora hay una nueva luminosidad en mi vida, una capacidad de tomarme las cosas menos en serio. Eso es felicidad. La clave es no aferrarse a nada con demasiada fuerza, limpiar tus armarios a fondo, sacudir el polvo de tu mente y dejar marchar todas esas cosas que te aplastaban mental y emocionalmente", añadió.

El paso del tiempo también ha ayudado a la actriz a no dejarse influenciar por cosas tan absurdas como no ser incluida en las listas de las estrellas más atractivas, algo que ahora considera toda una suerte ya que le ayudó a permanecer con los pies en la tierra.

"Creo que siempre he pertenecido al espectro de chicas poco femeninas. Por ejemplo, nunca he sido elegida como una de las cinco actrices más sexys en traje de baño. Y honestamente, fue una suerte. Cuando era joven pensaba: 'Yo soy la más guapa, no Halle Berry'. Pero ella sí que lo es, ¿me entiendes?", aseguró.

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