Por Miguel Melenciano
Este teatro se ha constituido en una de las obras cumbres del actual alcalde de la ciudad de Santo Domingo, ya que vino a llenar un gran vacío, en ausencia del Teatro Agua y Luz y de otros establecimientos populares del mismo tipo que han cerrado. Surgió desde el inicio con la oposición de dos o tres personas del sector en donde se encuentra ubicado que pedían su inmediato cierre.
Parece ser, que para calmar definitivamente los sectores opuestos a que continúe abierta esta gran obra, el Ayuntamiento capitalino requirió los servicios de un genio conciliador, aunque a veces, inquisidor en sus comentarios faranduleros, como el Tío Herrera, con el objetivo de que limara las asperezas, y aplacara a quienes estaban detrás del cierre de una infraestructura que beneficia a miles de dominicanos, los cuales pueden disfrutar de conciertos a precios asequibles.
Vayan pues nuestras felicitaciones para Miguel Ángel Herrera Núñez.
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