El periodista argentino que más que ningún otro narró el acontecer de esta ciudad y sus comunidades, murió rodeado por sus seres queridos a causa de una dolencia pulmonar, confirmó a el Nuevo Herald su único hijo, Guillermo Benites Jr.
“Mi padre fue un hombre pilar tanto para la familia como para esta comunidad. Más que padre, fue mi mejor amigo, una persona que puso en alto los estándares de cómo ser hombre”, recordó. “Fue entregado a su trabajo y al pueblo, ejerciendo un periodismo imparcial y clásico, y manteniendo una ética muy alta por la que muchos lo reconocen”.
Meticuloso y creativo, magnífico conversador, poseedor de una elegante cortesía caballeresca y de un agudo sentido del humor, Benites estableció un estilo de comunicación directa con su audiencia a través de un lenguaje sencillo y de sorprendente acento neutral.
En una entrevista con el Nuevo Herald en el 2001, el desaparecido presentador explicó: “El reto diario es que la gente te quiera ver, que confíe en ti. No la puedes decepcionar. El reto diario es mantener esa confianza y esa credibilidad”.
Benites fue uno de los protagonistas de la evolución de la televisión en español en el Sur de Florida, de una industria muy primitiva, a un moderno sistema de comunicación que reflejó el crecimiento de la población hispana, generando índices de sintonía incluso superiores a los de la televisión regional en inglés.
Gustavo Godoy, director de noticias del Canal 23 durante los primeros años de transmisión en los años 70 evocó aquellos orígenes: “Empezamos rompiendo paredes en un apartamento de La Pequeña Habana para hacer la sala de operaciones y edición. Éramos un grupo en el que todos uníamos fuerzas, con un gran reto y amor a lo que estábamos haciendo. No teníamos ni mapas ni video, así que cuando amenazó un ciclón, Guillermo salvó la imagen con un mapa que puso en cámara, mencionando la posible trayectoria. Ese fue el gran bautizo del noticiero del Canal 23”.
Locutor de naturaleza
Hijo de Adolfo y Elvira Benites, Guillermo Benites nació en Buenos Aires, el 21 de septiembre de 1941.
En sus años colegiales –solía recordar el presentador– “siempre era el primero en ponerme frente al micrófono para hacer los anuncios. Desde muy pequeño, a mí me ha gustado esto”.
Cursó estudios de Locución en el Instituto Superior de Enseñanzas Radiofónicas, donde adquirió técnicas de modulación y fonética. Ya entonces forjaba su carrera temprana en medios radiales delante del micrófono. Habiendo contraído nupcias con su primera esposa, Gloria Nosti, a los 21 años emigró a Venezuela. Seis años más tarde, en 1968, siguió diferente rumbo, apuntando hacia nuevos horizontes en Miami.
Aquí, se abrió camino en el campo de la aviación, hasta que logró incursionar, a título de locutor, en la radioemisora La Fabulosa-WFAB, cuando los medios en español en la ciudad eran muy escasos y la audiencia predominantemente cubana.
La empresa embrionaria de Univision, la primera red televisiva en lengua española en Estados Unidos, Spanish International Communications Corporation, lo reclutó para el noticiero de WLTV-Canal 23, primero como narrador de noticias meteorológicas. Más adelante, fue ascendido a presentador principal del noticiero estelar junto a Leticia Callava.
La industria de la televisión hispana recién comenzaba a florecer. A medida que se fue desarrollando, los estudios se mudaron a mejores instalaciones y el set televisivo del noticiero fue renovado una y otra vez. Lo único que se mantuvo intacto desde los albores fue el rostro de Guillermo Benites.
Apego y confianza
Joaquín Blaya, un pionero de la televisión en español que contrató a Benites, ofrece una explicación a su permanencia: “Fue un hombre de enorme confiabilidad, primero para la empresa, porque nunca hubo un problema, y también porque estableció una relación con el público gracias a esa consistencia. Él empezaba a leer y nunca fallaba en el aire”.
El cariño que surtía y recibía de sus televidentes; el apego, la confianza y la seguridad que sentía de ellos, lo convirtieron en una figura comunitaria, más allá del ámbito televisivo. Activó en varias organizaciones caritativas como el Club Kiwanis de La Pequeña Habana, a la vez que abogó por causas a favor de los derechos de los niños y la educación.
Benites recibió múltiples homenajes y galardones, incluyendo el premio Círculo de Plata de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de Televisión (NATAS). Fue nominado al Salón de la Fama de la Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos (LULAC). Por otra parte, fue un gran aficionado a los deportes y su pasatiempo favorito era montar su moto Harley Davidson de color verde. Su plato predilecto: la pizza.
A partir del 2005, se concentró en el noticiero de las 6 p.m., cediendo el espacio de las 11 p.m. a una nueva generación de periodistas. En septiembre del 2015, la cadena Univision anunció su retiro de la pantalla chica. Norberto Perdomo, uno de sus productores y amigo, fue responsable de un reportaje en esa fecha para conmemorar su legado. “Guillermo se consideró a sí mismo un soldado, siempre dispuesto a dar lo mejor en cualquier tarea que le asignáramos”, rememoró el sábado.
Su compañera en el noticiero durante 24 años, Alina Mayo Azze, lamentó la muerte de quien fuera no solamente su “compañero, amigo y hermano sino hasta un segundo padre”.
“Deja un vacío muy grande para esta comunidad”, comentó la actual presentadora. “Lo dio todo en su trabajo. Era un servidor público, adoraba a su familia pero su trabajo era muy importante para él y por eso lo respetó tanto el público”.
Benites tuvo un segundo matrimonio con la productora de televisión Marie Pouget, y ahora lo sobreviven su viuda, María Benites, su hijo Guillermo Jr., su nuera Alina y dos nietos, Karina y Alejandro. Los servicios funerales este domingo y posterior sepelio el lunes serán privados.
Fuente el Nuevo Herald
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