Aunque ahora se encuentra envuelta en todo un torbellino mediático a cuenta del romance que mantiene con el exjugador de béisbol Alex Rodriguez, la cantante Jennifer López prefiere mantenerse al margen del interés que ha generado el asunto y, en su lugar, prefiere reflexionar sobre la etapa de paz y estabilidad que vive en el plano familiar, una situación que no duda en atribuir a la buena relación que le une a su exmarido Marc Anthony tres años después de que se consumara su divorcio.
“Al principio [tras su separación] no dejaba de pensar en que, aunque estábamos bien con respecto a nuestros hijos, si volvíamos a trabajar juntos podríamos acabar peleándonos otra vez. Y la verdad es que estaba equivocada, estamos mejor que nunca. Sinceramente, creo que todo esto está siendo muy positivo para nuestra relación“, aseguró la intérprete en el programa de televisión ‘Live With Kelly’.
La cantante se encuentra inmersa en la promoción de su próximo trabajo discográfico, el primero que publica íntegramente en español en casi una década y que produce y compone su exmarido.
La artista no podría estar más satisfecha ante los buenos resultados que se desprenden de la gestión compartida de la custodia de sus hijos, los mellizos Max y Emme (5), ya que los dos artistas han sido contundentes a la hora de anteponer el bienestar de sus retoños a cualquier desavenencia que pudieran mantener en el terreno personal a cuenta de su separación.
“Estamos viviendo un gran momento, ya que los chicos pueden pasar tanto tiempo con sus padres como lo deseen y además nos están viendo trabajar juntos. Creo que esta dinámica está siendo muy positiva y beneficiosa para toda la familia”, indicó en la misma conversación sobre el ambiente de cordialidad que se respira en su ámbito doméstico.
La diva del Bronx ha dejado claro con estas declaraciones que el golpe “devastador” que sufrió al tomar la decisión de romper su matrimonio está completamente superado, a diferencia de en las semanas posteriores a su ruptura, sobre las que la propia Jennifer se pronunciaba hace un año al rememorar las sensaciones que le dejó el fracaso de su proyecto en común.
“Fue algo terrible y devastador. Creo que tanto Marc como yo pensábamos que íbamos a estar juntos al menos unos 40 años antes de morir. Fue sin duda la mayor decepción que me he llevado en la vida, pero por otro lado me di cuenta de que estaba intentando que funcionara algo que simplemente no debía pasar. Me desvié del camino marcado y me imagino que como ya había estado casada dos veces antes, no podía permitirme que algo así pasara otra vez”, aseguraba a la revista People. Fuente la Opinion
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