Samantha, su primera creación, funciona con inteligencia artificial y está hecha de elastómero termoplástico, un nuevo material muy parecido a la piel humana.
Con ojos verdes, una larga cabellera color castaño, medidas 90-55-90 y 40 kilos, la sex doll no parece una mujer como tal, ya que Santos está más enfocado al aspecto tecnológico, pero una fusión con los fabricantes coreanos no le caería nada mal.
Como sea, Samantha es capaz de procesar respuestas familiares y cariñosas de acuerdo a la opción que elijas; familiar, romántica o sexual.
Así es, la muñeca expresa lo que “siente” con un amplio catálogo de frases y ofrece caricias e incluso cuenta con la capacidad de tener un orgasmo. “Mi objetivo no es sólo que copulen con Samantha, sino que se enamoren de ella”, cuenta el creador.
Fuente sdpNoticias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario