Ben Affleck y Jennifer Garner han disfrutado de un día en familia. Pese a que hace unas semana se confirmara que han solicitado el divorcio, ambos siguen mostrándose unidos por el bien de los tres hijos en común.
Verlos juntos ya no supone una noticia, ni siquiera aviva los rumores (y deseos de las más románticas) de una posible reconciliación. Sin embargo, esta salida no ha pasado desapercibida para los medios de comunicación, o al menos para nosotras. ¿La razón? La cara de Ben Affleck.
No es que el actor hiciera gestos de indiferencia hacia su expareja, o que sus ojos delataran el amor que todavía siente por Jennifer. Para nada. No se trata de su expresión, sino del hinchazón en la zona de los pómulos que empequeñece sus ojos.
A todos se nos ha ido la manita en alguna ocasión con las copas, la hora se nos ha descontrolado y hemos amanecido con temor a mirarnos en el espejo. También con un dolor de cabeza espantoso, pero eso es otro tema, pues apostamos a que el nuevo rostro de Ben Affleck no se debe a una resaca sino más bien a algún retoque estético.
Bajo los ojos se observa una zona rojiza e hinchada. Por no hablar de unos pómulos más prominentes que de costumbre. Igual es para un nuevo papel, o puede que para reconquistar a su exmujer. La cuestión es que Ben, te hemos pillado, algo le ocurre a tu rostro.
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