Freddy Ortiz Pujols/listin diario
El inmortal de Cooperstown Pedro Martínez tal vez no hubiera sido tan odiado por los fanáticos de los Yankees de Nueva York en sus años como lanzador, ni tampoco tan aclamado por los seguidores de los Medias Rojas de Boston. La historia hubiera sido otra, si en el 1997 su deseo hubiera sido cumplido.
Durante una entrevista en el programa Nación ESPN, previo a los Premios Espy, en el que fue incluido dentro de los más grandes 25 atletas de los últimos 25 años, reveló la razón por lo que el equipo de Nueva York, no aceptó el traspaso.
“Antes de yo ser cambiado a Boston, pedí ser cambiado a los Yankees, no quisieron cambiarme porque no querían dar a Ramiro Mendoza”, se refirió Martínez a que su conjunto de ese entonces los Expos de Montreal pedían al panameño quien en ese momento era uno de los abridores de los Yankees.
“Pregúntale a Brian Cashman, él quería dar a Jorge Posada, y otros peloteros, pero no a Ramiro Mendoza”, le dijo Martínez acompañado de su esposa Carolina a los conductores de ese espacio David Faitelson, Mauricio Pedroza y Pilar Pérez.
Paradójicamente Mendoza y el nativo de Manoyaguabo fueron compañeros de equipo cuando el equipo de Boston se coronó campeón en el 2004, borrando una sequia de 86 años sin ganar una Serie Mundial.
Martinez fue enviado desde los Expos a los Medias Rojas a cambio de Carl Pavano y Tony Armas Jr. El resto es historia.
En 34 partidos contra los Yankees - la mayoría de los cuales vinieron durante sus siete brillantes temporadas con los Medias Rojas - Martínez tuvo marca de 11-13. Su última derrota ocurrió en el Juego 6 de la Serie Mundial del 2009 lanzando con los Filis de Filadelfia, un triunfo de los Yankees, que terminaron ganando su Clásico de Otoño número 27.
Sin embargo, fue a los Yankees que le lanzó quizás su más grande partido de su carrera. No fue un perfecto, un juego sin hit, o incluso una blanqueada.
Enfrentando a los Yankees de Nueva York en el Bronx el viernes 10 de septiembre del 1999 y que fueron campeones de la Serie Mundal de ese año, el astro de Manoguayabo permitió un jonrón de Chilli Davis en la segunda entrada, y a partir de ahí, retiró a 22 bateadores en fila, y finalizó con 17 ponches.
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