miércoles, 14 de febrero de 2018

A Nuria Piera, con amor. Ha demostrado en sus años de trabajo de investigación periodística, es amor a la verdad.

Fuente Acento
Picoteando el Espectáculo

Más que amor al periodismo, lo que Nuria Piera ha demostrado en sus años de trabajo de investigación periodística, es amor a la verdad. Nuria ha sido el más frecuente y elocuente testimonio de cuánto es posible arriesgar para imponer la verdad en una sociedad donde las consecuencias son de carácter social, mas no legal.

Nuria Piera ha sido la verdadera defensora del pueblo dominicano, en el buen sentido de la palabra, porque sus programas de investigación periodística han sido los que han mantenido las puertas abiertas para denunciar lo que está mal, para evidenciar las complicidades y la atrocidades y abusos del poder en la sociedad dominicana. Y mucho más.


Cuando muchas personas, en el ámbito periodístico, conservaban la tranquilidad y la buena vida, las excelentes relaciones con el poder, con cualquiera que gobernara, Nuria se ubicaba en el mismo centro de la batalla, como la Libertad guiando al pueblo, ese magnífico cuadro pintado por Eugène Delacroix, que nos cuenta la hazaña de una mujer osada, aguerrida, decidida, con sus pechos al aires, con la bandera de la patria en su mano derecha y un fusil en su mano izquierda.

Son pocas las personas que pueden contar la historia de la verdad como lo ha hecho Nuria Piera en la sociedad dominicana. Habrá quien ose murmurar o criticar la forma en que Nuria he hecho periodismo. Habrá quien cuestione sus métodos para obtener testimonios o declaraciones. Habrá quienes, incluso, traten de poner en duda las buenas intenciones de Nuria en el periodismo que realiza. Sin embargo, cuando se pasa balance, cuando se observan los resultados del trabajo de Nuria Piera no queda otra cosa que hacer reverencias a su valentía, a su magnífica labor investigativa y en especial a los resultados que ha entregado: una sociedad dominicana más preocupada e indignada por la corrupción en los asuntos públicos y privados.

El 14 de febrero no es un día muy especial para dedicarlo a Nuria. No ha sido precisamente romanticismo ni amor lo que ella ha encontrado entre los exaltados defensores de la impunidad y la corrupción. No ahora. Siempre. No ha hecho alarde de ello, pero siempre tendremos que recordar que Enrique Piera, su padre, fue un periodista asesinado en los 12 años de Joaquín Balaguer. Nuria Piera nunca conoció la tranquilidad ni la holgazanería. Desde niña trabajó con fuerza para imponer un estilo que resulta inigualable en el periodismo dominicano. Su éxito ha sido básicamente el triunfo de la sociedad dominicana, que en cada caso que Nuria ha puesto al descubierto ha obtenido ganancias sustanciales de transparencia.

Desde el ametrallamiento de su propia casa, siendo Nuria y su hermana Sonia dos niñas, pasando por el crimen contra su padre, y por las muchas veces que ha sido amenazada y tratada de asesinar física y moralmente, Nuria ha sido un ejemplo de honradez, prestancia, buen nombre, fortaleza, entereza, probidad y decencia. Nuria ha sabido luchar contra las más terribles amenazas que han afectado a la sociedad dominicana. Y lo grande es que lo sigue haciendo. Nuestro respeto y gratitud para Nuria Piera, por sus muchos ejemplos, y por ser madre, hermana, hija, tía y persona ejemplar en una familia que tiene un nombre que nadie puede ensuciar: Las Piera Gainza.

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