Picoteando el Espectáculo
Mucho se ha celebrado y comentado sobre el contrato firmado por el grupo urbano Lo Blanquito con la disquera internacional Sony Music. Sus integrantes confían que con este acuerdo inicie el camino de la internacionalización tan soñada por los artistas dominicanos.
Hace más de 40 años, desde que nuestros intérpretes comenzaron a tener incidencia y pegadas en otros países de habla hispana, conocidas empresas discográficas multinacionales se acercaron a ellos para desarrollar una plataforma de trabajo que garantizaba la promoción y pegada en playas extranjeras. Sucede que a lo largo de todos estos años todavía ninguna disquera multinacional ha cumplido lo acordado con los dominicanos. Los ejemplos sobran y lo conocen periodistas, empresarios y ejecutivos disqueros de larga data, que han estado presentes en el medio artístico, en el negocio del disco y han sido testigos presenciales de muchos de estos contratos firmados con importantes disqueras y nuestros mejores artistas.
Un experto en el tema y testigo de los hechos lo es el periodista Joseph Cáceres, quien hace un recuento de cómo fueron engavetados y paralizados muchos cantantes del país luego de firmar con estas grandes empresas trabajadoras de la música y que muchas de ellas tuvieron oficinas y representantes en el país.
Cáceres recuerda que estando Johnny Ventura en pleno apogeo de su carrera fue firmado por Sony Discos y se esperaba que la disquera trabajaría y posicionara la internacionalización del merenguero número uno de esos tiempos, pero lamentablemente no hicieron mucho por la agrupación. “Lo que hicieron fue engavetarlo y tuvo Johnny que continuar con su disquera tradicional Kubaney con Mateo San Martín”, recordó.
También para esos tiempos el baladista Omar Franco firmó con RCA y fue a residir a Estados Unidos. Se esperaba un despliegue promocional, pero nunca sucedió nada con él.
Otro caso lamentable fue cuando también Sony Discos auspició un importante contrato con Milly Quezada y estratégicamente la obligaron a grabar una producción de bachata (“Tesoro de mi tierra”, 2000) y lanzaron a la puertorriqueña Melina León como merenguera. El cambio no funcionó y luego la dominicana pudo continuar su carrera como merenguera. “Ni Milly se convirtió en bachatera ni Melina en merenguera, eso fue un contrato fallido”, sostuvo Cáceres.
Juan Luis Guerra es uno de los mejores productos comerciales del habla hispana. Universal Music estableció acuerdo con el intérprete de “Bachata rosa” y tampoco tuvo resultados trascendentales. “Más presencia internacional tuvo Juan Luis cuando estaba con Karen Record de Bienvenido Rodríguez, en ese tiempo era un Juan Luis de mucha vitalidad musical discográfica, cosa que no se ve en estos tiempos”, expuso Cáceres.
Así otros casos de multinacionales que hacen contratos y luego no le interesa el producto como sucedió con VeneMusic e Issa Gadala (2010) y La Materialista (2012). “Recientemente se anunció con bombos y platillos el contrato de Roc Nation (2016), la disquera de JC y Romeo, con Mozart La Para y tampoco hemos visto que haya sucedido nada”, señaló el veterano periodista.
De los exponentes urbanos El Lápiz Conciente también tiene acuerdos contractuales con Sony Music.
La otra cara
Con la llegada de la tecnología el negocio del disco cambió. El empresario radial y artístico Ramón -Mon- Lluberes ya no ve estos famosos acuerdos con disqueras multinacionales como un gran negocio.
Lluberes recordó que con las diferentes plataformas digitales que existen hoy día un artista no necesita de grandes recursos para dar a conocer su producto. Con exponerlo y conectar con el público ya lo pueden consumir millones de personas sin tener que moverse de sus casas, indicó.
“Cuando estas grandes disqueras se interesan en algún producto ya es porque son muy conocidos a través de estas plataformas digitales y firman un contrato no solo para producir discos, sino que ellos entran al negocio como parte del booking o ventas de las presentaciones”, expuso Lluberes.
Mucho se ha celebrado y comentado sobre el contrato firmado por el grupo urbano Lo Blanquito con la disquera internacional Sony Music. Sus integrantes confían que con este acuerdo inicie el camino de la internacionalización tan soñada por los artistas dominicanos.
Hace más de 40 años, desde que nuestros intérpretes comenzaron a tener incidencia y pegadas en otros países de habla hispana, conocidas empresas discográficas multinacionales se acercaron a ellos para desarrollar una plataforma de trabajo que garantizaba la promoción y pegada en playas extranjeras. Sucede que a lo largo de todos estos años todavía ninguna disquera multinacional ha cumplido lo acordado con los dominicanos. Los ejemplos sobran y lo conocen periodistas, empresarios y ejecutivos disqueros de larga data, que han estado presentes en el medio artístico, en el negocio del disco y han sido testigos presenciales de muchos de estos contratos firmados con importantes disqueras y nuestros mejores artistas.
Un experto en el tema y testigo de los hechos lo es el periodista Joseph Cáceres, quien hace un recuento de cómo fueron engavetados y paralizados muchos cantantes del país luego de firmar con estas grandes empresas trabajadoras de la música y que muchas de ellas tuvieron oficinas y representantes en el país.
Cáceres recuerda que estando Johnny Ventura en pleno apogeo de su carrera fue firmado por Sony Discos y se esperaba que la disquera trabajaría y posicionara la internacionalización del merenguero número uno de esos tiempos, pero lamentablemente no hicieron mucho por la agrupación. “Lo que hicieron fue engavetarlo y tuvo Johnny que continuar con su disquera tradicional Kubaney con Mateo San Martín”, recordó.
También para esos tiempos el baladista Omar Franco firmó con RCA y fue a residir a Estados Unidos. Se esperaba un despliegue promocional, pero nunca sucedió nada con él.
Otro caso lamentable fue cuando también Sony Discos auspició un importante contrato con Milly Quezada y estratégicamente la obligaron a grabar una producción de bachata (“Tesoro de mi tierra”, 2000) y lanzaron a la puertorriqueña Melina León como merenguera. El cambio no funcionó y luego la dominicana pudo continuar su carrera como merenguera. “Ni Milly se convirtió en bachatera ni Melina en merenguera, eso fue un contrato fallido”, sostuvo Cáceres.
Juan Luis Guerra es uno de los mejores productos comerciales del habla hispana. Universal Music estableció acuerdo con el intérprete de “Bachata rosa” y tampoco tuvo resultados trascendentales. “Más presencia internacional tuvo Juan Luis cuando estaba con Karen Record de Bienvenido Rodríguez, en ese tiempo era un Juan Luis de mucha vitalidad musical discográfica, cosa que no se ve en estos tiempos”, expuso Cáceres.
Así otros casos de multinacionales que hacen contratos y luego no le interesa el producto como sucedió con VeneMusic e Issa Gadala (2010) y La Materialista (2012). “Recientemente se anunció con bombos y platillos el contrato de Roc Nation (2016), la disquera de JC y Romeo, con Mozart La Para y tampoco hemos visto que haya sucedido nada”, señaló el veterano periodista.
De los exponentes urbanos El Lápiz Conciente también tiene acuerdos contractuales con Sony Music.
La otra cara
Con la llegada de la tecnología el negocio del disco cambió. El empresario radial y artístico Ramón -Mon- Lluberes ya no ve estos famosos acuerdos con disqueras multinacionales como un gran negocio.
Lluberes recordó que con las diferentes plataformas digitales que existen hoy día un artista no necesita de grandes recursos para dar a conocer su producto. Con exponerlo y conectar con el público ya lo pueden consumir millones de personas sin tener que moverse de sus casas, indicó.
“Cuando estas grandes disqueras se interesan en algún producto ya es porque son muy conocidos a través de estas plataformas digitales y firman un contrato no solo para producir discos, sino que ellos entran al negocio como parte del booking o ventas de las presentaciones”, expuso Lluberes.
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