martes, 27 de noviembre de 2018

Algún problema!. Sergio Vargas dice “Más que una fiesta hay que hacer una misa de cuerpo presente por el merengue".

Picoteando el Espectáculo
Cuando se habla de merengue y sus referentes, necesariamente hay que mencionar el nombre de Sergio Vargas. El Negrito de Villa es voz autorizada si de hablar del ritmo autóctono dominicano se trata.

Hoy, cuando instituciones del Estado, como la Dirección Nacional de Folclor, deberían tener un programa de celebración por el Día Nacional del Merengue, la fecha solo es recordada en los medios de comunicación.

Conversamos con el popular merenguero villalatagraciano sobre cómo encuentra este día al género que interpreta desde hace más de tres décadas.

Preclaro en sus planteamientos, Sergio no se anda con rodeos, ni disfrazando términos cuando se le pide enjuiciar la situación del merengue en estos tiempos.

“Este Día Nacional del Merengue encuentro un merengue desintonizado, un ritmo que puso a brillar a la República Dominicana, principalmente en los años 80, nos enseña un país con una cultura totalmente decadente”.

En ese tenor resalta que en otros países el merengue es un instrumento que se vende como un artículo de lujo, debido a que es muy difícil que en Latinoamérica se pueda hacer un baile de músicas regionales, como la salsa, la bachata y las variantes de la música urbana, falte el merengue.

“Pero resulta que el país que es dueño absoluto del merengue, como género, es donde menos se le protege. ¡Y que quede claro! No estoy pidiendo protección para los merengueros, porque no vamos a caer en lo mismo. La situación en que se encuentra el género, más que para hacer una fiesta, es para hacer una misa de cuerpo presente”, expresó el intérprete de Marola y La quiero a morir.

Aclara que de hacer una fiesta para celebrar este día se debería hacerse en un templo pidiéndole a Dios “que meta su mano por un ritmo que lo único que le ha dado a nuestra Nación son muchas victorias y satisfacciones”.

Sin embargo Sergio sentencia que a pesar de esa desidia “el merengue no morirá. Mira, en estos días falleció Rasputín, pero su legado seguirá y el ritmo al que él le tocó seguirá. Vamos a morir todos y el merengue no va a morir”.

Academias de música
Sergio Vargas entiende que se necesitan las academias de música, porque para que un merengue suene bien hay que tocarlo y cantarlo bien.
“Si nuestros músicos relevos no tienen las academias será muy difícil. A principio de los 60 había muchas escuelistas de música en el país y tú te puedes encontrar, por ejemplo, con los casos de Baní, Montecristi, Santiago Rodríguez, por mencionarte algunos pueblos lejanos de donde salieron una cantidad importante de músicos maravillosos”.

EL DATO
Dioni Fernández
Para el maestro Dioni Fernández, padre musical de Sergio Vargas, el Día Nacional del Merengue es un reconocimiento a un género que se mantiene vigente a pesar de la cacareada crisis.
“Para mí el merengue nunca ha estado en crisis. Eso se le ocurrió a alguien, le pareció bonito y comenzó a propagarlo. Nuestra música ha seguido caminando bien, los grupos siguen trabajando, hay una realidad, y es que los nuevos artistas están alejados del ritmo, aunque hay asomos de algunos que han hecho fusiones, pero no es merengue 100 por ciento”, dice el director de El Equipo.
Recordó que el avance de la música urbana no es solo en República Dominicana. “Es un movimiento que está vigente en el mundo entero, se siente con mucha fuerza en la calle, en emisoras, pero eso no significa que el merengue como género se haya dejado de cultivar”, aclara.

Fernández asegura que en un 95 por ciento de las fiestas está el merengue, por lo que la supuesta crisis no existe. “Es una palabra para llamar la atención. Así que celebro el Día Nacional del Merengue, como tributo a nuestro género”.
Fuente José Antonio Aybar/el Nacional

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