Un hombre rompió a llorar después de leer una nota atada al collar de un perro abandonado que encontró en la carretera. El animal estaba verdaderamente angustiado.
Lionel Vytialingam estaba comprando comida cuando escuchó las bocinas de los autos y vio a un pequeño perro aterrorizado en mitad del tráfico en Ipoh, Malasia.
El hombre fue rápidamente a su auto y siguió al perro abandonado hasta que pudo acercarse lo suficiente como para rescatar al animal.
Fue entonces cuando Lionel vio que el perro tenía una nota en su collar, atada con una banda elástica. No intentó agarrarla hasta que se ganó la confianza del animal.
Después de unos 10 minutos, el perro se armó de valor para acercarse a él y Lionel retiró cuidadosamente la nota, esperando que contuviera los datos de contacto del propietario o una dirección. No fue eso lo que leyó.
En cambio, encontró un mensaje desgarrador:
“¡Guau! ¡Hola! Mi nombre es Siggy y soy el perrito más amoroso y atento que jamás hayas visto.
Mi dueño lamenta mucho haber tenido que dejarme, pero ya no puede cuidarme más. Lo siento mucho porque estoy seguro de que él también lo siente.
Por favor, llévame a tu casa. Por favor, déjame ser parte de tu familia. Por favor, ámame”.
La nota también añadía más datos sobre el animal, como que tenía cinco años y no estaba castrado.
El mensaje, tan desgarrador, dejó a Lionel llorando y decidió llevarse al pobre “cachorro” a su casa, donde la alimentó y la bañó, la secó y la dejó dormir en una acogedora cama que creó bajo la seguridad de su sofá.
Sin embargo, Sammo, su otro perro adoptado anteriormente, no aceptó de buen agrado a Siggy, por lo que el hermano de Lionel cuida a la perrita por ahora.
“Las personas no deben traer mascotas a casa a menos que estén listas para el compromiso que implica, y si alguna vez necesitan separarse de la mascota, el abandono nunca debería considerarse una opción”.
Esta perrita tuvo la suerte de encontrar a una persona que la ayudó a encontrar otro hogar, pero hay muchos animales que, como ella, han sido abandonados. Debemos ser responsables
Fuente el diario ny
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