sábado, 6 de junio de 2020

No todo lo que brilla es oro! La fama que desató el infierno: estrellas de Hollywood que se hundieron después de lograr éxito y dinero.

Picoteando el Espectáculo
Muchas veces se ha dicho que el dinero y fama no son sinónimo de felicidad, pero en el caso de algunas celebridades esa idea ha quedado totalmente comprobada, pues la popularidad, parece, solo abrió la puerta a un infierno personal del que les costó reponerse.

Enfrentaron adicciones, problemas mentales, conflictos familiares y otras dificultades que trajeron como consecuencia su distanciamiento de la escena pública.

Macaulay Culkin

Se convirtió en una estrella mundial gracias a la película Mi pobre angelito, cuando tenía solo diez años.

La producción le dejó no solo fama, también decenas de millones de dólares y una agria batalla legal contra sus propios padres.

“Era un mal hombre, era abusivo física y mentalmente. Podría mostrarte todas mis heridas si quisiera”, reveló el actor acerca de su padre, Kit Culkin, en una entrevista con Marc Maron hace un par de años.

Una vez que Macaulay se hizo famoso, sus padres comenzaron a administrar su fortuna, pero con el paso del tiempo descubrió que le estaban robando y emprendió una batalla legal contra ellos.

Culkin ganó el caso cuando tenía 15 años y sus padres perdieron su estatus de guardianes legales, con lo que también dijeron adiós al control de los 17 millones de dólares que entonces conformaban la fortuna del actor y de la cual ya habían gastado varios millones.

Macaulay prefirió dar por terminada su experiencia en Hollywood.

“Quería tomarme un descanso por un tiempo y eventualmente dije ‘Terminé, muchachos, espero que todos hayan ganado su dinero porque ya no tendrán más de mí’”.

Algunas historias sobre adicciones también circularon alrededor de él, pero Macaulay ofreció una entrevista a The Guardian, en 2016, para negar algún problema.

"La vida me ha dado muchas lecciones y sobre todo me ha enseñado a sobrevivir. Tuve que comportarme como un adulto cuando era muy niño, pero sin la madurez necesaria para comprender cómo funcionaba el mundo. Ahora soy como un ave de presa que analiza el entorno que le rodea, pero he dejado de pensar en mí mismo como un personaje público, porque es una locura vivir desde esa perspectiva en tercera persona", reflexionó.

Y aunque en 2004 fue detenido por posesion de drogas y medicamentos, Culkin fue claro al señalar que no estaba gastando USD 6.000 al mes para comprar heroína, como afirmó un tabloide.

Hoy el que fuera una estrella infantil prefiere llevar una vida lo más anónima posible.

Lindsay Lohan

Después de conquistar las pantallas con su papel doble en Juego de Gemelas, Lohan disfrutó de varios años en lo alto de Hollywood, pero el dinero y la fama también la arrastraron a una turbulenta vida.

De ser una niña adorable, Lohan pasó a ser una conflictiva joven envuelta incluso en problemas con la ley por conducir en estado de ebriedad y una errática conducta que apagó su carrera en la industria del cine.

Su situación familiar tampoco era la mejor. Sus padres, Dina y Michael, se enfrentaron públicamente y ella lo acusó de haberla violentado física y psicológicamente.

Así que Lohan siguió siendo reina de los tabloides pero por las razones más equivocadas: manejar bajo la influencia de sustancias, incluida cocaína, tres estancias en rehabilitación, acusación de robo de un abrigo de pieles, 84 minutos en una cárcel, un romance gay, su desnudo en Playboy, su trabajo con un actor porno e incluso su famosa, y hasta ahora no comprobada, lista de amantes en Hollywood (que incluyó entre otros a Heath Ledger, James Franco, Zac Efron, Justin Timberlake y Joaquin Phoenix).

Lohan logró salir de ese infierno cuando se mudó a Europa. Si bien los escándalos siguieron por su turbulenta relación con Egor Tarabasov, el acoso mediático no se comparaba al que vivió en Estados Unidos.

“La gente ha dicho demasiadas cosas negativas sobre mí sobre esa época en la que todavía salía por las noches y me gustaba bailar en la discoteca, en la que me divertía como cualquier chica de mi edad. Soy quien soy y tengo claro que siempre he sido una buena persona. Me cuido, me mantengo sana y sigo divirtiéndome cuando tengo ocasión, aunque ya no salga demasiado, beba y me vuelva loca”, declaró el año pasado Lindsay, quien por ahora está lejos de las garras de Hollywood. "Al día de hoy no bebo ni salgo de fiesta porque estoy demasiado ocupada".

Matthew Perry

A él la fama le llegó cuando ya era veinteañero gracias a la serie Friends. En tan solo unos meses pasó de ser un actor desconocido a una estrella internacional.

Pero, como él mismo confesó, la fama solo desató un infierno de adicciones.

“Durante unos ocho meses estuve encantado de ser famoso. Hasta que me di cuenta de que la fama no iba a arreglar las cosas que no funcionaban. Creía que la popularidad me haría feliz, pero no fue así. Y me llevé una profunda decepción. Todo el mundo sabe que tengo un historial de alcoholismo”, reconoció.

A su adicción al alcohol, Perry sumó su dependencia a los analgésicos, después de un accidente en esquí acuático en 1997.

En su época más oscura llegó a ingerir unas 30 pastillas al día, mezcladas con un litro de vodka.

Perry no aguantó más y pidió ayuda a sus padres. Pasó por dos clínicas de rehabilitación y comenzó a recuperarse en 2001.

Ha mantenido durante años un bajo perfil, lo que no ha evitado que circulen historias alrededor de él. El año pasado, por ejemplo, se dijo que pasaba una solitaria vida entre su habitación de hotel y el hospital.

Según el sitio Radar Online, después de una “perforación gastrointestinal” el actor decidió hospedarse en un hotel de la Gran Manzana, en donde seguiría bebiendo.

Una fuente aseguró a ese medio que al actor no le gusta ser molestado "y se va a las áreas privadas del hotel, donde solo están permitidos los VIP y ordena algunos tragos fuertes. Casi nadie lo reconoce porque es un desastre comparado con lo que la gente recuerda".

Un par de meses más tarde, Perry fue captado en Los Ángeles por los paparazzi. Las imágenes solo generaron preocupación entre sus seguidores por su aspecto, pero hasta ahora los detalles alrededor de su vida siguen siendo un misterio.

Amanda Bynes

Comenzó su carrera cuando tenía 11 años y el futuro parecía prometedor, pero en 2012 fue arrestada por conducir bajo el efecto de sustancias y luego dos veces más por chocar y huir de la escena, incluso se le acusó de iniciar un incendio frente a una casa, pero parece que detrás de todo ello había razones de peso: problemas mentales que terminaron por alejarla de la escena pública.

Alcanzó la fama con la comedia televisiva What I Like About You y se consolidó con películas como Hairspray o Lo que una chica quiere.

Los problemas, según relató en una entrevista de 2018, comenzaron en el rodaje de Una chica en apuros, en donde su personaje requería que se disfrazara de hombre.

“Cuando vi la película entré en un periodo de depresión porque no me gustaba cómo me veía como chico”, confesó a la revista Paper.

Admitió que su adicción a las drogas le causó graves daños y solo se salvó gracias al apoyo de sus padres, pues realmente la ayudaron "a volver a la normalidad".

“He estado sobria durante casi cuatro años. Mi consejo para cualquier persona que esté luchando contra el abuso de sustancias es que tengan mucho cuidado, ya que las drogas realmente pueden dominar tu vida. Los excesos arruinaron mi cerebro. Me hizo una persona completamente diferente (…) Ten mucho cuidado porque podrías perder toda tu vida como yo lo hice”, explicó.

Daniel Radcliffe

“No se imaginan cuánto puede abrumar la fama”, confesó la estrella de Harry Potter a la audiencia de los Premios de la Crítica de Televisión en California, en febrero de 2018. “No hay forma de salir de eso cuando empiezas tan joven”.

La fama que logró con la saga del mago fue demasiado abrumadora para él y lo llevó a caer en una adicción al alcohol.

“En mi caso, la forma más rápida de olvidar que estaba siendo analizado en todo momento por todo el mundo era estar muy borracho. Y cuando estás borracho, piensas: 'La gente me mira aún más, pero es porque estoy tan borracho… Así que tal vez debería beber más para ignorarlos aún más”.

Luego de una reflexión, el actor decidió hacer un alto y poner fin a su adicción.

“Me desperté una mañana después de una larga noche y me dije: ‘Esto no está bien’. Cuando pienso en todo el caos que estaba generando en mi vida, me digo que ahora estoy mucho más feliz”.

Hoy continúa con su carrera en el cine y con una discreta vida personal.
Fuente Infobae

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