jueves, 4 de junio de 2020

Wilfrido Vargas: Cuidado con los excesos, el abuso y la injusticia. “No puedo respirar” “Papi cambió el mundo”

Picoteando el Espectáculo
El maestro Wilfrido Vargas analiza el lamentable fallecimiento del padre de familia y esposo estadounidense George Floyd tras el abuso excesivo de la fuerza hecho por agentes policiales de Estados Unidos.

"Cuidado con los excesos, el abuso y la injusticia. Advierte el músico ante los acontecimientos que infortunadamente han cobrado una vida más.

A continuación el texto íntegro escrito de su puño y letra.

“No puedo respirar”

“Papi cambió el mundo” Gigi Floyd.

Existe un componente en nuestra arquitectura genética que rechaza la prepotencia, el abuso, la injusticia, el uso excesivo de la fuerza y la humillación. La impotencia acumulada puede llegar al punto límite de aguante y de repente, volverse tan potente que ante el mínimo estímulo detona abriendo las puertas que confinaban la cobardía por miedo a la represión.El dolor desesperado que arrastra esta desbandada una multitud adolorida no ve el peligro ni las consecuencias. Aquí es donde la impotencia del prójimo la hacemos nuestra y la injusticia representada en el maltrato a una víctima pasa a ser causa de todos. Y todo el que tiene conciencia, sale como salen las abejas enardecidas a picarle a la injusticia invasora de su territorio, haciendo propio un reclamo que no siendo suyo, cada uno lo hace suyo.

Un hombre de la talla y la corpulencia de George Floyd esposado,reducido, controlado y debilitado por la presión y la fuerza de una rodilla en su cuello y en su espalda por aproximadamente diez minutos, en medio de su agonía como pudo con súplicas desesperadas y desgarradoras rogaba y“pedía el favor” que lo dejaran respirar. Insistía “No puedo respirar” “¡Por favor!” “Por favor dejen que me levante” “Por favor no puedo respirar”; estas angustiosas solicitudes y lo que veían los presentes en la escena motivó en ellos manifestaciones pacíficas hacia los agentes de policía para hacerles ver la condición en la que lo colocaron. Sin embargo, imperó la autoridad.

Estos ruegos penetran, conmueven y retumban en la mente de todo el que vea los hechos y escuche sus súplicas generando repudio hacia la fuerza desmedida empleada,con la firmeza que da la conciencia,produciendo ira, intenso dolor, tristeza y todo sentimiento humano de rechazo hacia la injusticia.

Qué o cómo se explica que este hombre estando esposado, reducido,controlado y debilitado recibiera esa tortura?

Será que los protocolos o procedimientos de Policía utilizados se corresponden con el grado de “peligrosidad” que representaba Floyd para sí mismo, para la autoridad o para terceros?

Será que esos protocolos o procedimientos de Policía fueron aplicados con la debida gradualidad, previendo el daño que eventualmente le podían causar?

Ante estos hechos, es la propia humanidad asfixiada la que sale a defenderse a ella misma, con ese sentir que se desborda de emotividad para poner al abuso y a la discriminación contra las cuerdas.

La rabia de una multitud indignada alcanza una magnitud que no ve como contrincante ningún ejército, es capaz de enfrentarse a lo que sea. El caos que provoca la injusticia solo lo ilustra esa sensación que no la recoge la semántica, porque no cabe en los términos inequidad, dureza, violencia, morbo, humillación o crueldad.

La energía de la indignación que sale del fondo de nuestra humanidad ante el calibre de lo sucedido no conoció de límites, así son las emociones. Por eso Estados Unidos da la impresión deque se está prendiendo en fuego. Ves la televisión y es como un campo de batalla. Esa es la fuerza de la indignación humana.

Nunca subestimes el dolor y desasosiego que produce la impotencia, ten cuidado con los excesos y mucho más con el abuso de poder. Ten cuidado con el racismo, la desigualdad, el ultraje en cualquiera de sus formas; porque te puede salir el tiro por la culata. Y Oh Sorpresa!!! se desata otro virus más grande que todas las pandemias juntas. ¡Existe una sola raza, la raza humana!

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