La estrella televisiva Caitlyn Jenner, conocida como Bruce Jenner antes de hacer pública su transición de género en 2015 y, asimismo, por su glorioso pasado olímpico, ha vuelto a sincerarse sobre algunos de los contratiempos y daños colaterales que generó su particular batalla interna contra un físico y una identidad que no le pertenecían, de lo que se desprendían claros momentos de infelicidad y apatía.
En este caso, la que fuera marido de Kris Jenner, matriarca del clan Kardashian, ha revelado que una de sus primeras tomas de contacto con la feminidad se produjo cuando estaba a punto de cumplir cuarenta años y ya ejercía como padre de cuatro hijos. En esa época, Caitlyn ya se enfundaba en prendas de mujer y, haciendo todo lo posible para no ser reconocida, salía a la calle para empezar a familiarizarse con el tipo de vida que quería seguir.
Sin embargo, y como ha admitido ella misma en conversación con el actor Rob Lowe, quien ahora presenta un podcast llamado ‘Literally!’, su necesidad de encontrar su sitio en el mundo y de empezar a experimentar con aquellos elementos culturales asociados a su condición de mujer le llevaron, por otro lado, a desatender en cierta medida las necesidades de sus propios retoños, hasta el punto de que no ha dudado en describirse como un “mal padre” que “no estuvo” para sus hijos tanto como debería.
“Durante esos cuatro años y medio, hice todo cuanto estuvo en mi mano para lidiar con ello. Sinceramente, pensaba que comenzaría mi transición antes incluso de cumplir los cuarenta años. Me vestía de mujer y salía en secreto, pero evidentemente nunca lo conté en mi círculo interno. Salía sola, conducía por la ciudad y jamás me pillaron. Me volví muy buena en eso de llevar una doble vida. Pero al mismo tiempo me convertí en un mal padre. Estaba tan ocupada con mis propios asuntos, que no estaba ahí para mis hijos pequeños”, ha reconocido la también progenitora de Kendall y Kylie Jenner.
Fuente Showbiz-el diario ny
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