sábado, 26 de junio de 2021

Fernando Villalona cumple 50 años de canciones, triunfos, amores, risas, lágrimas y recuerdos. Venció los más oscuros obstáculos de la vida.


Ramón Almánzar-listin diario
Picoteando el Espectáculo

Hace justo cinco décadas la historia de la música popular dominicana inscribía a un niño que sería mimado durante las décadas siguientes hasta convertirse en un "mayimbe" que venció los más oscuros obstáculos de la vida y en el otoño de su patriarcado musical ve la luz divina de Dios. Fernando Villalona cumple este viernes 25 de junio 50 años de carrera.

Su memoria se retrae y colgada en los puentes del pasado pasa a recordar ese inolvidable día: "Hace 50 años atrás , un 25 de junio del 1971 fue mi primer debut en el Festival de la Voz, con la canción ‘Lágrimas para un recuerdo’ (que dio a conocer en balada el argentino Yaco Monti)".

Luego agrega: "Me siento sumamente feliz por el largo recorrido, de altas y muy bajas. Nada ha sido fácil, pero Dios y ustedes siempre estan ahí para mí, no tengo como agradecerles ese cariño que me brindan en estos 50 años sin interrupción con lo que con el favor de nuestro padre creador llegaremos a los 100".

Ante tal celebración "El Mayimbe" hizo un buen anuncio para sus seguidores: "Por eso en los próximos meses les estaré anunciando toda la información de lo que será esa celebración y que ustedes son parte de esto, los quiero y gracias mil por todo y por dejarme ser su niño mimado".

+ Recuerdos del festival

Villalona llegó a la capital apadrinado por Viterbo de la Rosa, quien en 1971 era el síndico de Loma de Cabrera y fue quien gestionó la petición del maestro Rafael Solano para que los representara en el Festival de la Voz, que él organizaba.

“A usted lo mandó Dios a que estuviera ahí”, le diría décadas después Villalona a De la Rosa, quien al igual que muchos comunitarios desde finales de los años 60 escuchaba o veía que el muchacho tenía madera para cantar.

"Sin hacer un casting, el síndico me eligió directamente a mí (para que representara a Loma de Cabrera). Me llevó a Santo Domingo a la casa de los esposos Germania Núñez y Ricardito Espín, quienes fueron como mis padres por un tiempo, por lo bien que me acogieron", recordaría con los años.

El libro "Merengueros" de Fausto Polanco anota que la última ronda del Festival de la Voz fue el domingo 18 de julio de 1971, pero que la primera ronda en la que participó Villalona fue el 25 de junio.

El Palacio de Bellas Artes recibió a los participantes y desde las primeras rondas Villalona marcaba puntero. Su segunda participación fue con la canción "Habrá", que alcanzó la máxima puntuación de esa noche (no final): 117.

Solano fue quien lo presentó la noche final. “Démosle, pues una gran bienvenida, a un hijo de Loma de Cabrera”, exclamó el compositor de "Por amor" y apareció el jovencito de 16 años vestido de negro y con un sombrero.

Con la canción "Lágrimas para un recuerdo" participó de la noche final del concurso, que se transmitió en vivo por televisión, y obtuvo el quinto lugar, lo que generó una ola de protestas por parte del público asistente a Bellas Artes, que entendía el muchacho de Loma de Cabrera debía haber ganado el primer lugar.

La posición cimera correspondió a Frank Valdez (ya fallecido), nativo de Higüey, pero en representación de Santo Domingo, que obtuvo 130 puntos (Villalona 124).

"Pocos días antes de la última ronda se corrió la voz de que yo cumpliría 17 años y mi voz podría cambiar, y eso motivó al jurado a no darme la máxima puntuación", precisó Villalona, según recoge el libro "Merengueros" de Fausto Polanco.

Al día siguiente del festival los periódicos dieron amplia cobertura al evento, incluyendo la polémica generada entre los asistentes por los lugares asignados a los ganadores, sobre todo a Villalona.

En Loma de Cabrera recibieron a su hijo como un héroe y desde ese sol hasta hoy ha sido un gran orgullo de su patria chica.

Después del certamen, Rafael Solano le grabó los temas "Lágrimas para un recuerdo" y "Para olvidarme de ti" con la disquera Cumbre Récords, del comunicador y compositor Mundito Espinal (ya fallecido) y el propio Solano.

Las dos grabaciones fueron exitosas y puso una piedra más a la zapata para sustentar una carrera que creció de manera meteórica, como pocas veces se registra en la música popular dominicana.

+ De su vida y su carrera

Nando, como le decían en su natal Loma de Cabrera, donde nació el 7 de mayo de 1955, fue indetenible en su ascenso a la popularidad desde que obtuvo ese quinto lugar en el Festival de la Voz de 1971 y años más tarde pasó a ser estrella de Los Hijos del Rey y de ahí a un ídolo de multitudes como artista en solitario.

Su voz se coló con perfecto acoplamiento en diferentes ritmos como el merengue, la balada, el bolero, la bachata y la música cristiana.

Esa ascendente popularidad y el desequilibrio que le provocó lo embarcaron en mil y una situaciones de crisis existencial, de vida, de fracasos y debilidades como el sexo, el alcohol y las drogas.

La providencia de la vida le dio una segunda oportunidad y logró limpiar su organismo de drogas y alcohol, caramelos envenenados en los que gastó, se dice, unos 50 millones de pesos.

Ese mundo de abismos también lo llevó a perder apartamento, casas, vehículos, oportunidades, tierras y otras propiedades, así como a su propia familia, que con el tiempo recuperó.

También afectó su carrera artística. De haber estado limpio, habría producido y cantado mejor, además de firmar contratos más favorecedores con las disqueras que siempre andaban detrás de su talento.

De todas maneras al final lo importante es el presente que disfruta recuperado, con un estado de salud en franca mejoría, alivianado por su nuevo peso tras practicarse una bariátrica y en los brazos seguros de su Dulcinea.

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