viernes, 16 de marzo de 2018

Que lió y no de ropa!. Tras salida de Osmel Sousa se desata controversia en Miss Venezuela. Rumores de proxenetismo, corrupción y de redes que surtirían de misses jóvenes a hombres .

Picoteando el Espectáculo
El escándalo no hizo más que empezar. La retirada de Osmel Sousa, conocido como el zar de la belleza en Venezuela y director del concurso Miss Venezuela durante casi 40 años, abrió la caja de los truenos.

Acusaciones de proxenetismo, corrupción y de redes que surtirían de misses jóvenes a hombres poderosos del chavismo obligaron a la organización Miss Venezuela a salir al paso hoy de los ataques. Y su respuesta no convenció a casi nadie: “No tienen conocimiento de los hechos descritos (Cisneros Media y Venevisión, empresas responsables del manejo de la organización) ni están involucradas en ninguna de las actividades que sus empleados, candidatas, asesores, representantes o asociados realicen fuera de las acciones propias del concurso“.

La publicación de investigaciones periodísticas sobre los vínculos del poder venezolano con redes de prostitución alrededor del Miss Venezuela y las peleas en las redes sociales de las misses, con acusaciones directas entre ellas, confirmaron que no se trataba únicamente de leyendas urbanas que casi todos habían escuchado, pero que muchos se negaban a creer.

La primera en reconocerlo públicamente en 2015 fue la modelo Patricia Velásquez, una de las protagonistas de la película “La Momia”. “Tuve que empezar a prostituirme“, aseguró la actriz, quien así obtuvo financiación para sus cirugías estéticas y para la compra de un departamento de uno de los patrocinadores del concurso.

Por supuesto no es la única. “Tienes que ir a lo de Fulano, uno de los patrocinantes más duros del concurso. Él tiene que verte y llevarte el traje de baño, pues donde pone el ojo, pone la bala”. Así le dijeron a la concursante Vivian Sleiman, hoy escritora, como recordó ella misma esta semana en su cuenta de Instagram.

Su relato comienza con un apabullante “¿de qué se sorprenden?”. Y lo que sigue resume el final de una historia repetida cientos de veces. Los patrocinantes son empresarios y hombres poderosos, muchos de ellos vinculados al chavismo, que financiaban operaciones estéticas, viajes y demás gastos de las chicas. La excusa oficial es que invertían su dinero en el concurso por el amor a su país.

Sleiman, autora de “Virgen hasta los 30”, acudió a la cita, pero acompañada de su hermano. “Dicho y hecho. El hombre me esperaba en la reunión desnudo con un bóxer (calzoncillo) blanco. Luego me entero de muchas cosas más y que nadie se ha atrevido a hablar. Ojo, hablo de mi experiencia, pero esa red es un secreto a viva voz de lo que realmente sucede y los innumerables regalos como Rólex, entre otros tantos que operan en la clandestinidad ya no tan clandestina. Algunas misses se prestan a ello. Solo algunas, acoto”, concluye Sleiman.

Otra investigación periodística del diario El País de España sacó a la luz pública la relación de la miss Claudia Suárez, finalista de 2006, con Diego Salazar. Este mecenas, primo del expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y su hombre de confianza, está acusado de desfalcar $2 mil millones de dólares en el caso del Banco de Andorra. La miss, conocida presentadora ahora, habría ingresado un millón de dólares en una cuenta en el mismo banco.

Precisamente en torno a una fundación creada por Salazar se movieron varias de las misses que hoy se acusan de estar relacionadas con los jerarcas del chavismo. “Todas son unas zorras y aquí todo el mundo las alaba. La arrechera (enfado) que me da es que las únicas enchufadas somos nosotras“, se defendió Anarella Bono, exmujer del superintendente de la banca, el comandante Antonio Morales, antiguo edecán de Chávez, y muy cercana a Debora Meniccuci, esposa de Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia. El magistrado Moreno, gran aliado de Nicolás Maduro en el poder judicial y martillo revolucionario contra el Parlamento y la oposición, conoció a su mujer cuando esta participó en el Miss Venezuela.

El rosario de misses afectadas crece por horas, ya que unas y otras se van sumando a la polémica aunque no lo quieran. Desde Stefanía Fernández, una de las seis Miss Universo, hasta Zoraya Villarreal, Ana Carolina Ugarte y Lesly Barrera.

María Gabriela Isler, otra de las Miss Universo, aireó las propuestas indecentes recibidas en su carrera. “Tú te enfrentas al lado bueno y al lado malo, tú decides de qué lado estar. Tienes 18 años, vienes del centro del país, te ofrecen villas y castillos. Piensas en lo cercano, lo rápido, lo fácil“, aseguró en una entrevista radiofónica, calificando como “tiburones” a los que se mueven en el entorno de las chicas. “Es lamentable lo que está pasando hoy con el mundo de la belleza“, resumió.

Otra de los personajes clave de esta historia es la escritora y periodista Ibéyise Pacheco, quien acaba de publicar “Las muñecas de la Corona”, donde novela acerca de los crímenes y la perversión del chavismo en el poder, con especial atención a la prostitución encubierta tras las bambalinas de la belleza.

“Las redes de prostitución existen, sin ninguna duda, y están implicadas con la maquinaria de corrupción chavista. El Miss Venezuela y otros certámenes de belleza han operado con las mafias del poder, con Hugo Chávez y con Nicolás Maduro. Algunas de las misses fueron utilizadas y otras se asociaron. Varios de los protagonistas están nerviosos por lo que va a trascender”, advierte la escritora, convencida del terremoto que viene.

Fuente El Diario NY-La Nación

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