Phillips creyó inicialmente que su novio, Lee, había escondido el aparato debajo de la almohada, pero cuando se apoyó sobre su vientre sintió una vibración dentro de ella: el aparato se había quedado en el recto, informa Metro.
Al principio intentaron removerlo con pinzas y con el mango de un tenedor de cocina, pero cuando se dieron cuenta de que era inútil, porque el vibrador se encontraba muy profundo, tuvieron que llamar a una ambulancia y explicar la situación.
En el hospital, los médicos tomaron una radiografía para conocer la ubicación exacta del aparato y le dijeron que sería muy doloroso extraerlo manualmente, sin anestesiarla.
Entonces, lograron empujar el aparato desde el estómago, con masajes sobre la piel, guiados por una cámara endoscópica, y Phillips fue dada de alta un par de horas más tarde.
“Tomé algunos analgésicos y me dijeron que no volviera a utilizar cosas como esta hasta tanto no estuviera lista. He aprendido que debo ser más cuidadosa en el futuro”, dijo la mujer, citada por el Mirror.
Por su parte, el novio consideró la situación como algo gracioso, pero ella insiste en que es mejor dejar la vergüenza a un lado y pedir ayuda si se presenta un accidente sexual como este. “Hay un gran tabú sobre el tema, pero en realidad no es nada grave”, añadió.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario