sábado, 10 de junio de 2017

La actriz Salma Hayek dice “me asusta la polarización que hay en Estados Unidos”.

En una mañana de ajetreo en un hotel de la Quinta Avenida de Manhattan varios responsables de comunicación tratan de manejar a dos decenas de medios que encaran los diez minutos más esperados del mes. Como si estuvieran en el reparto de Beatriz at Dinner, lucen con orgullo trajes y peinados cuidadosamente medidos con regla. Aguardan su momento en una sala de espera presidida por una mesa de quesos, un amplio abanico de frutas y jugo exprimido.

Como Beatriz, el último personaje protagonizado por Salma Hayek, la actriz de Veracruz se despega de esa línea impoluta. Nos recibe sentada, sorbiendo un té con limón mientras se descalza de sus zapatos para hablar de política, polarización de la sociedad y medios de comunicación. Presenta su humildad y se disculpa si interrumpe. Está cómoda, como Beatriz en una cena de poderosos empresarios en una lujosa mansión en el condado de Orange, en California. No en vano, el director Miguel Arteta escribió el papel especialmente para ella.

¿Qué diferencia a Beatriz de Salma Hayek?
Beatriz no tiene sentido del humor. Ella se tortura, pero tiene sentido del bienestar en cualquier situación. Beatriz no tiene habilidades sociales, no sabe cómo chacharear con la gente. Todo se lo toma literal, pero tiene sentido de la justicia y de la felicidad. En eso nos parecemos. Tiene emociones inmediatas, siente dolor y furia por los demás. Tiene muchísima empatía, le gustan los animales, sueña y tiene un gran sentido de la nostalgia. Y es una inmigrante (sonríe).

Beatriz choca enseguida con Doug Strutt, uno de los empresarios con los que coincide en una exquisita cena. Strutt representa una figura soberbia, racista y sexista, razón por la que a muchos les pareció familiar. ¿Qué asusta más, Donald Trump o los millones de estadounidenses que le votaron?

Me asustan más los que le votaron. Vivo fuera de Estados Unidos y en el mundo se ríen de él. Se impresionan de lo mal que lo está haciendo. Aquí no lo ven todavía. Lo que me da miedo no es tanto él, sino la diferencia de filosofías que existe en este país. Me asusta la polarización de la nación y me asusta que no consigamos construir un puente que facilite interactuar y ver las cosas desde el punto del otro. Me asusta que yo misma no lo puedo entender. No entiendo qué es lo que ven ellos, y eso que hago un esfuerzo porque es nuestra obligación.

Eso en la película queda muy evidente visualmente. Beatriz viste con una blusa y zapatillas deportivas. Las demás mujeres invitadas son más altas que ella, exhiben vestidos exuberantes y discuten temas banales. ¿Crees que el mundo está tan polarizado?

Es importante que le demos crédito a Beatriz porque ella no tiene complejos. No se siente discriminada hasta que la atacan. Creo que cada vez el mundo se polariza más, no solo Estados Unidos. Se polarizan más las clases sociales, también. Cada vez hay menos clase media. La película no es relevante porque Trump esté en el poder. La película es relevante porque es una observación muy inteligente de Miguel Arteta de lo que está pasando en la humanidad.

¿Crees que los medios de comunicación, especialmente el cine y la televisión por la naturaleza de sus plataformas, contribuyen a alimentar esta polarización?

Siento que están haciendo un esfuerzo. Justo antes de que Trump llegara al poder todo estaba peor. Ellos detectaron la polarización y ellos mismos la reforzaban porque así era más fácil hacer el negocio, les daba ‘ratings’. Ayudaron a que Trump fuera elegido. Ahora están haciendo un esfuerzo, y les está dando crédito. Es muy importante el papel de la prensa en los tiempos en los que estamos viviendo. La mentira política y descarada se está convirtiendo en el pan de cada día.

Beatriz es una activista al igual que Salma Hayek, y cuando intenta explicar su punto de vista se le toma por loca y fanática por sus reacciones. ¿Cómo se enseñan cosas que importan de verdad a gente con privilegios que no quiere escucharlas?

El trabajo es tratar de mantener la comunicación y de escuchar. Beatriz reacciona así porque es humana. Pero lo importante no es enfocarse en cómo se enseña, sino en cómo se aprende. Beatriz tiene cosas que aprender también. Doug le explica en un momento de la película que no todo tiene que ser dolor. No todo tiene que ser sufrimiento. Se nos puede tomar por locos porque a veces lo somos.

No hay comentarios.: