El re-encuentro entre Toño Rosario y Frederick Martínez en Pégate con el Pachá ¡Por Dios!. Así no…¡Bájenle algo!. Somos ya grandecitos, y no nos chupamos el dedo. Ver vídeo.

Desde Merengala

El re-encuentro entre Toño Rosario y Frederick Martínez en Pégate con el Pachá anunciado para este sábado fue promovido de una manera muy cómica si se quiere.

¡Pidiendo hasta seguridad policial en las instalaciones de Color Visión, por lo que pudiera suceder con la visita de Toño al programa del Pachá!.

¡Por Dios!. Así no…¡Bájenle algo!.
Y se vio todo muy montado y prefabricado lo del señalado re-encuentro, pues se trata de un recurso muy recurrido, tan truculento como lo es Toño, que ha devenido en una caricatura de si mismo, llevando a un plano terciario sus verdaderas condiciones como artista. 

Y en eso está hace tiempo desde que axiomatizó su personaje.

Pero, para los que se lo perdieron, vamos a explicarlo.
Hubo una parafernalia melodramática, pidiendo al Pachá y a Toño que se dieran un abrazo
Y ambos accedieron y se dieron un abrazo en cámaras, para "zanjar las desavenencias" que habían tenido en el pasado, y como deben suponer, no faltaron las "lágrimas cebolla” de nuestro amigo “El Pachá”. 

¡Muy bonito el encuentro!. Eso si, más lacrimógeno que las bombas que les tira la policía a los estudiantes de la UASD cuando hay disturbios estudiantiles.

Pero al final lo dañaron, para seguir con el “show”
Después que supuestamente se hicieron de nuevo “amigos”, como traído por los pelos El Pachá le pregunta a Toño su opinión sobre el matrimonio “gay”.

Y Toño, con respuesta muy mal actuada, le contestó que no le gustaba opinar sobre esas cosas, pero que si aquí se aprueba ese tipo de unión entre gente del mismo sexo, el Pachá debería “salir del closet”.

Frederick respondió que tiene muchos años casados y que el re-encuentro con Toño no había valido la pena, por eso último que había dicho.

En fin, para la próxima, deberían buscarse uno de vaqueros porque ya esos cuentos de la Cenicienta, la Caperucita Roja y la Bella Durmiente del Bosque los conocemos.

Somos ya grandecitos, y no nos chupamos el dedo.