Santo Domingo DN, 6 diciembre 2016.-Nació en Altamira Puerto Plata, allí inicia sus estudios en la trompeta logrando conocimientos en poco tiempo. Decide cargar con su maleta llena de ilusiones y sueños y llegar la capital con buen pie.
Este músico nuestro fue prácticamente un autodidacta en un gran porcentaje, dotado de uno de los dones más hermosos que Dios le regala a un ser humano: Soplar un instrumento de manera correcta desde un principio y desarrollar una técnica que podría considerarse propia de un virtuoso.
Fermín nunca estuvo consciente de ese grandioso regalo y por ende le faltó la visión necesaria para saber que tenía que cuidarlo y que la mejor manera de hacerlo era cuidándose a si mismo cosa que no hizo.
Ese artista de la trompeta empieza a causar sensación en diferentes agrupaciones en especial Wilfrido Vargas, donde su hermoso sonido es su sello indiscutible y su gracia temperamental al tiempo de tocar.
Al entrar a los estudios de grabación es donde empezamos a notar el estilo inconfundible de su sonido e interpretación. Impregnando cada tema con su sello, fuerza, afinación impecable, tempo, y de su monumental técnica.
Una de sus grabaciones que lo llevaron a inmortalizarlo como un músico fuera de serie fue el tema La Gallera de Juan Luis Guerra que está en el disco Ojalá que llueva café. Ahí podrán ver el tutti de apenas cuatro barras que ha hecho historia y ha sido el dolor de cabeza de innumerables trompetistas a la hora de tocarlo.
Por testimonio del propio JLG Fermín solo practicó una vez el pasaje, decidiéndose grabarlo donde la primera prueba pudo haberse quedado, pero el requirió hacerlo una vez más.
La articulación usada para su ejecución fue la que usamos los saxofonistas para tocar el merengue.
Solo dos trompetistas nuestros han logrado tener en sus cajas de herramientas de fraseos este estilo, el otro fue Quilvio Fernández (E.P.D.) luego hablaremos de este gran músico nuestro.
Su estilo usando unos esquemas propios de él consiguió que esto fuera razón suficiente para crear una escuela en la trompeta a la hora de tocar merengue.
Con su trabajo había surgido la primera escuela de cómo tocar un merengue en la trompeta, ya la teníamos en el saxo, bajo, piano, tambora, conga, güira, y él nunca estuvo consciente de que gran responsabilidad el Creador le había puesto sobre sus hombros.
Creo que sus amigos creyendo ayudarlo con grandes alabanzas y haciéndole saber cuán grande era con su trompeta le hicieron mucho daño porque no le dieron tiempo de asimilar la grandeza que Dios había puesto en sus manos.
Tuve la oportunidad de llegar a él en dos ocasiones donde hice intentos de hablarle y tratar de hacerle ver algunos puntos pero sentí que mis palabras no fueron tomadas en cuenta, por algunas de sus respuestas, pero me fui tranquilo porque le hablé con mi alma, con todo respeto, admiración y orgullo de ser conocido por el. Se también de otros músicos allegados a él que trataron de ayudarlo con todo el corazón, como una forma desesperada de ayudarlo.
Grandes trompetistas de otros países que incursionaban en la grabación de merengue tuvieron que imitar su estilo, aun desconociendo su procedencia, solo intuían en este genial intérprete a un virtuoso.
Si escuchamos las grabaciones de los más prestigiosos merengueros nuestros desde 1980-1994 más o menos escucharan el majestuoso sonido de nuestro querido Fermín. Un sonido penetrante, lleno de fuerza, y al mismo tiempo dulce, todo una amalgama de virtudes en su discurso musical que hacia suspirar a todos los instrumentistas que lo escuchaban.
Dotado de una lectura impecable y una técnica asombrosamente limpia, me decía que no fue fruto de una disciplina de estudios diarios. Desde el principio lo tuvo todo a su disposición, soplando, ejecutando y mostrando un canto nuevo en sus interpretaciones. Cantaba los pasajes con una belleza increíble donde nos confundía más si lo veíamos conversar, parecían dos seres humanos diferentes atrapados en un solo cuerpo.
Fermín Cruz, pequeño de estatura pero gigante de las tres válvulas, con alma llena de música, canción y poesía. Los que tuvimos el privilegio de verlo trabajar, tocar a su lado, saben bien del gran músico que hablamos. Desde donde te encuentres deseo que Dios cubra todo tu ser de amor y misericordia y podamos tenerte de nuevo. En nombre de muchos de mis compañeros me atrevo a decirte, Enano, te amaremos y admiraremos siempre, la historia del merengue dejaría de serlo si omitimos tu nombre.
Honraste la trompeta a su máxima expresión dentro del merengue.Fermin Cruz acaba de ser ingresado a la clínica de Dr. Cruz Jiminián por diligencia del Show del Mediodía….
Este músico nuestro fue prácticamente un autodidacta en un gran porcentaje, dotado de uno de los dones más hermosos que Dios le regala a un ser humano: Soplar un instrumento de manera correcta desde un principio y desarrollar una técnica que podría considerarse propia de un virtuoso.
Fermín nunca estuvo consciente de ese grandioso regalo y por ende le faltó la visión necesaria para saber que tenía que cuidarlo y que la mejor manera de hacerlo era cuidándose a si mismo cosa que no hizo.
Ese artista de la trompeta empieza a causar sensación en diferentes agrupaciones en especial Wilfrido Vargas, donde su hermoso sonido es su sello indiscutible y su gracia temperamental al tiempo de tocar.
Al entrar a los estudios de grabación es donde empezamos a notar el estilo inconfundible de su sonido e interpretación. Impregnando cada tema con su sello, fuerza, afinación impecable, tempo, y de su monumental técnica.
Una de sus grabaciones que lo llevaron a inmortalizarlo como un músico fuera de serie fue el tema La Gallera de Juan Luis Guerra que está en el disco Ojalá que llueva café. Ahí podrán ver el tutti de apenas cuatro barras que ha hecho historia y ha sido el dolor de cabeza de innumerables trompetistas a la hora de tocarlo.
Por testimonio del propio JLG Fermín solo practicó una vez el pasaje, decidiéndose grabarlo donde la primera prueba pudo haberse quedado, pero el requirió hacerlo una vez más.
La articulación usada para su ejecución fue la que usamos los saxofonistas para tocar el merengue.
Solo dos trompetistas nuestros han logrado tener en sus cajas de herramientas de fraseos este estilo, el otro fue Quilvio Fernández (E.P.D.) luego hablaremos de este gran músico nuestro.
Su estilo usando unos esquemas propios de él consiguió que esto fuera razón suficiente para crear una escuela en la trompeta a la hora de tocar merengue.
Con su trabajo había surgido la primera escuela de cómo tocar un merengue en la trompeta, ya la teníamos en el saxo, bajo, piano, tambora, conga, güira, y él nunca estuvo consciente de que gran responsabilidad el Creador le había puesto sobre sus hombros.
Creo que sus amigos creyendo ayudarlo con grandes alabanzas y haciéndole saber cuán grande era con su trompeta le hicieron mucho daño porque no le dieron tiempo de asimilar la grandeza que Dios había puesto en sus manos.
Tuve la oportunidad de llegar a él en dos ocasiones donde hice intentos de hablarle y tratar de hacerle ver algunos puntos pero sentí que mis palabras no fueron tomadas en cuenta, por algunas de sus respuestas, pero me fui tranquilo porque le hablé con mi alma, con todo respeto, admiración y orgullo de ser conocido por el. Se también de otros músicos allegados a él que trataron de ayudarlo con todo el corazón, como una forma desesperada de ayudarlo.
Grandes trompetistas de otros países que incursionaban en la grabación de merengue tuvieron que imitar su estilo, aun desconociendo su procedencia, solo intuían en este genial intérprete a un virtuoso.
Si escuchamos las grabaciones de los más prestigiosos merengueros nuestros desde 1980-1994 más o menos escucharan el majestuoso sonido de nuestro querido Fermín. Un sonido penetrante, lleno de fuerza, y al mismo tiempo dulce, todo una amalgama de virtudes en su discurso musical que hacia suspirar a todos los instrumentistas que lo escuchaban.
Dotado de una lectura impecable y una técnica asombrosamente limpia, me decía que no fue fruto de una disciplina de estudios diarios. Desde el principio lo tuvo todo a su disposición, soplando, ejecutando y mostrando un canto nuevo en sus interpretaciones. Cantaba los pasajes con una belleza increíble donde nos confundía más si lo veíamos conversar, parecían dos seres humanos diferentes atrapados en un solo cuerpo.
Lamentablemente no pudo mantener su ecuanimidad consigo mismo, el medio, sus amigos, no dejaron que pudiera ver quienes estábamos detrás de él para brindarle ayuda y apoyo que necesitaba urgentemente, empezando a mostrar cambios fuertes en su temperamento.
Una gloria en la trompeta nuestra, pasaran años, generaciones, y muy difícil lograremos ver otro artista de su estatura.
Una gloria en la trompeta nuestra, pasaran años, generaciones, y muy difícil lograremos ver otro artista de su estatura.
Fermín Cruz, pequeño de estatura pero gigante de las tres válvulas, con alma llena de música, canción y poesía. Los que tuvimos el privilegio de verlo trabajar, tocar a su lado, saben bien del gran músico que hablamos. Desde donde te encuentres deseo que Dios cubra todo tu ser de amor y misericordia y podamos tenerte de nuevo. En nombre de muchos de mis compañeros me atrevo a decirte, Enano, te amaremos y admiraremos siempre, la historia del merengue dejaría de serlo si omitimos tu nombre.
Honraste la trompeta a su máxima expresión dentro del merengue.Fermin Cruz acaba de ser ingresado a la clínica de Dr. Cruz Jiminián por diligencia del Show del Mediodía….
Fuente Diario Digital Dominicano
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