Como cuando las fotos que suben durante el día son particularmente malas, hay una escasez de animales lindos en Facebook y la gente ha estado hablando de Trump por más de 12 horas.
Aunque es horrible, simplemente no puedo parar. Cuando salgo luego de un día largo y cansada por el trabajo, me voy a mi casa y disfruto de una tarde agradable de estar metida en Internet y enojarme por pura diversión. Ciertamente es cero saludable. A veces pienso en tomarme un descanso de todas las redes sociales y desconectarme del mundo aunque sea por un mes.
Pero un nuevo estudio sugiere que no sería tan fácil estar lejos de Twitter. El estudio, publicado en la revista Plos One, encontró que las personas con problemas de uso de Internet (PIU, por sus siglas en inglés) mostraron síntomas de abstinencia física parecidos a los de la abstinencia por cannabis, alcohol y opiáceos cuando estaban desconectadas.
Los investigadores reclutaron a 144 participantes y los encuestaron acerca de su uso de Internet. Su número promedio de horas en línea por día fue de cinco. Casi 38% de los participantes dijo que pasaba menos de tres horas al día en línea; 38.9% informó haber pasado de tres a seis horas al día; 9% reportó pasar de seis a nueve horas al día en Internet; y 13.9% informó pasar más de nueve horas al día viendo la pantalla de su computador.
Esas horas se las dedicaron principalmente a las redes sociales y a las compras en línea, más de 90% de los participantes informó que visitó ese tipo de páginas web. El 84% dijo que pasó ese tiempo haciendo investigación en línea. (Los participantes eran estudiantes universitarios)
Después, sometieron a los participantes a un período de dos horas sin Internet, seguido de un período de 15 minutos en los que podían navegar en sus teléfonos. A los dos minutos de concluir la sesión, se midió la frecuencia cardíaca y la presión arterial de los participantes.
Cuando analizaron los datos, los investigadores encontraron que los participantes con un PIU alto mostraron un “aumento mayor en la presión arterial sistólica y en la frecuencia cardíaca después de cerrar su sesión en Internet” en comparación con los participantes con un PIU bajo.
“Estos efectos que se dieron en los que tuvieron un PIU mayor son parecidos a los que se observan después de dejar las sustancias depresivas, como el alcohol, el cannabis y los fármacos a base de opiáceos”, escriben los autores del estudio. “Por lo tanto, el patrón de los resultados del estudio actual, sugiere que aquellos con un PIU más alto pueden experimentar efectos similares a los que se observan con las sustancias “sedantes”.
El estudio también analizó el estado psicológico de los participantes antes y después del período de uso de Internet y encontró que “quitarles la conexión a los que sacaron mayor puntuación de PIU, aumentó su estado de ansiedad y estado de ánimo negativo”. Al igual que con las drogas, los investigadores tienen la teoría de que algunas personas utilizan el Internet para “aliviar o evitar el estrés y/o reducir la ansiedad, ya sea producido por interrumpir su conexión a Internet o por factores preexistentes en la vida del individuo”.
Los investigadores señalan que estos hallazgos generan preocupación por la salud a largo plazo de las personas que pasan mucho tiempo en Internet. “La constante desconexión y re-conexión y el estrés psicológico que esto puede impartir, pueden afectar una gama de sistemas fisiológicos, aumentando los riesgos de enfermedades físicas, así como la angustia psicológica”, escriben los investigadores. “Los resultados actuales, especialmente los relacionados con la presión arterial sistólica y la frecuencia cardíaca, indican que dejar el Internet para los que tienen un PIU más alto es algo muy estresante”.
El autor principal del estudio, Phil Reed, profesor de la Universidad de Swansea, le dijo al Daily Mail que podría ser necesario tratar las redes sociales como un problema de salud pública para mitigar los efectos de la adicción a Internet. “El aumento de los medios de comunicación digital está alimentando el incremento de su uso, especialmente en las mujeres. Hoy en día hay una gran cantidad de pruebas que documentan los efectos negativos del uso excesivo en la psicología de la gente”, dijo Reed. “Teniendo en cuenta esto, hay que tener una actitud más responsable sobre la comercialización de estos productos por las empresas, como ya lo hemos visto con el alcohol y el juego”.
Publicado originalmente en VICE.com
Aunque es horrible, simplemente no puedo parar. Cuando salgo luego de un día largo y cansada por el trabajo, me voy a mi casa y disfruto de una tarde agradable de estar metida en Internet y enojarme por pura diversión. Ciertamente es cero saludable. A veces pienso en tomarme un descanso de todas las redes sociales y desconectarme del mundo aunque sea por un mes.
Pero un nuevo estudio sugiere que no sería tan fácil estar lejos de Twitter. El estudio, publicado en la revista Plos One, encontró que las personas con problemas de uso de Internet (PIU, por sus siglas en inglés) mostraron síntomas de abstinencia física parecidos a los de la abstinencia por cannabis, alcohol y opiáceos cuando estaban desconectadas.
Los investigadores reclutaron a 144 participantes y los encuestaron acerca de su uso de Internet. Su número promedio de horas en línea por día fue de cinco. Casi 38% de los participantes dijo que pasaba menos de tres horas al día en línea; 38.9% informó haber pasado de tres a seis horas al día; 9% reportó pasar de seis a nueve horas al día en Internet; y 13.9% informó pasar más de nueve horas al día viendo la pantalla de su computador.
Esas horas se las dedicaron principalmente a las redes sociales y a las compras en línea, más de 90% de los participantes informó que visitó ese tipo de páginas web. El 84% dijo que pasó ese tiempo haciendo investigación en línea. (Los participantes eran estudiantes universitarios)
Después, sometieron a los participantes a un período de dos horas sin Internet, seguido de un período de 15 minutos en los que podían navegar en sus teléfonos. A los dos minutos de concluir la sesión, se midió la frecuencia cardíaca y la presión arterial de los participantes.
Cuando analizaron los datos, los investigadores encontraron que los participantes con un PIU alto mostraron un “aumento mayor en la presión arterial sistólica y en la frecuencia cardíaca después de cerrar su sesión en Internet” en comparación con los participantes con un PIU bajo.
“Estos efectos que se dieron en los que tuvieron un PIU mayor son parecidos a los que se observan después de dejar las sustancias depresivas, como el alcohol, el cannabis y los fármacos a base de opiáceos”, escriben los autores del estudio. “Por lo tanto, el patrón de los resultados del estudio actual, sugiere que aquellos con un PIU más alto pueden experimentar efectos similares a los que se observan con las sustancias “sedantes”.
El estudio también analizó el estado psicológico de los participantes antes y después del período de uso de Internet y encontró que “quitarles la conexión a los que sacaron mayor puntuación de PIU, aumentó su estado de ansiedad y estado de ánimo negativo”. Al igual que con las drogas, los investigadores tienen la teoría de que algunas personas utilizan el Internet para “aliviar o evitar el estrés y/o reducir la ansiedad, ya sea producido por interrumpir su conexión a Internet o por factores preexistentes en la vida del individuo”.
Los investigadores señalan que estos hallazgos generan preocupación por la salud a largo plazo de las personas que pasan mucho tiempo en Internet. “La constante desconexión y re-conexión y el estrés psicológico que esto puede impartir, pueden afectar una gama de sistemas fisiológicos, aumentando los riesgos de enfermedades físicas, así como la angustia psicológica”, escriben los investigadores. “Los resultados actuales, especialmente los relacionados con la presión arterial sistólica y la frecuencia cardíaca, indican que dejar el Internet para los que tienen un PIU más alto es algo muy estresante”.
El autor principal del estudio, Phil Reed, profesor de la Universidad de Swansea, le dijo al Daily Mail que podría ser necesario tratar las redes sociales como un problema de salud pública para mitigar los efectos de la adicción a Internet. “El aumento de los medios de comunicación digital está alimentando el incremento de su uso, especialmente en las mujeres. Hoy en día hay una gran cantidad de pruebas que documentan los efectos negativos del uso excesivo en la psicología de la gente”, dijo Reed. “Teniendo en cuenta esto, hay que tener una actitud más responsable sobre la comercialización de estos productos por las empresas, como ya lo hemos visto con el alcohol y el juego”.
Publicado originalmente en VICE.com
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