Val Kilmer confirmaba el pasado abril que padece cáncer de garganta, tras llegar a negarlo en otras ocasiones. Una lucha silenciosa durante más de dos años que, según ha confesado ahora, le ha cambiado la vida. “Antes era demasiado serio. Me molestaban cosas como no ganar un Oscar o que no se reconociera mi trabajo”, dice el actor, de 57 años, en una entrevista a The Hollywood Reporteren la que habla de su carrera antes de la enfermedad.
El intérprete de Top Gun tardó seis meses en reconocer que tenía cáncer. Fue su compañero de profesión Michael Douglas quien desveló en noviembre de 2016 que su colega estaba luchando contra la enfermedad, algo que Kilmer desmintió y aseguró que “estaba mal informado”. Pese a sus negaciones, los rumores no cesaron debido a que el actor había sido visto con un tubo de traqueotomía para poder respirar y su aspecto físico había empeorado.
Kilmer fue diagnosticado de cáncer de garganta en 2015 y, según reconoce ahora en la entrevista, sus dos hijos han sido su gran apoyo. Poco después de conocer su enfermedad su hija Mercedes, de 26 años, fue atropellada por un automóvil y ambos coincidieron ingresados en el mismo hospital. “Estaba solo, angustiado, triste, pendiente de los dos”, recuerda Jack Kilmer, el hijo mayor del intérprete.
El protagonista de Batman reconoce que recurrió a la fe para superar la crisis familiar y fue la religión, además de la quimioterapia, lo que le ayudó a superar emocionalmente su batalla contra el cáncer y el accidente de su hija.
Además de la fe, el actor dice que ahora tiene una visión diferente de la fama. “La fama es un desastre. Se te trata de una manera diferente, pero no tiene nada que ver con quién eres en realidad”. Sin embargo, el deseo de premios de Kilmer sigue presente. “Me gustaría tener más Oscars que nadie”, bromea. “Meryl Streep debe sentirse muy bien sabiendo que todos la aman. Se trata de ser amado”, dice en referencia a su colega, ganadora de tres Oscar y nueve Globos de Oro.
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