Los actores de cine dominicano, al igual que los del exterior, tienen sus métodos para la preparación de los personajes que han de llevar a la gran pantalla.
Figuras como Robert De Niro o Al Pacino, ambos actores del método, inspiraron a muchos intérpretes; uno de ellos es Manny Pérez, quien cuando le ha tocado hacer de tipos rudos en la pantalla, busca mostrar las razones de su comportamiento. “Son personajes estereotípicos, pero yo como actor me tengo que meter y buscar detalles, para hacerlo más humano”, comentó en una pasada entrevista a LISTÍN DIARIO, a propósito del rodaje de “El rey de Najayo” (Fernando Báez, 2012).
Otros artistas masculinos del cine local hacen cambios en su aspecto para dar mayor verosimilitud a los roles que les toca interpretar.
Ha sido el caso de Johnnie Mercedes y Richard Douglas, quienes se han rapado la cabeza para representar a calvos, detalles que le aportaron fuerza a su caracterización.
“Un actor no debe tener límites a la hora de modificar su apariencia en favor de la apariencia del personaje”, considera Douglas, quien para hacer “A Orillas del mar” (Bladimir Abud, 2016) en la que interpreta a un pescador, no solo modificó su apariencia si no sus miedos (porque le teme al mar). En “Cuatro hombres y un ataúd” (Pericles Mejía, 1996), se la pasó en un caja de muerto, “superando también la cábala de no jugar tan cerca con la muerte”.
Douglas, quien además ha actuado en filmes como “La cárcel de La Victoria: El cuarto hombre” (José E. Pintor, 2004), “Una breve historia de amor” (Alan Nadal Piantini, 2014) y “Veneno” (Taba Blanchard, 2017), entiende que un rol se crea sobre la base de un esquema diseñado por el autor, quien le da personalidad, y del concepto del director sobre cómo llevar el tema. “Logradas la unión de esas dos líneas, le das tu toque personal, porque es el actor quien le presta su ego al personaje para que tenga personalidad”, comenta Douglas.
Junto a estos, otros como Miguel Ángel Martínez, Pepe Sierra, Manny Pérez y Jalsen Santana, son algunos de los más importantes actores que han tenido en el auge de la producción de cine nacional, un espacio para mostrar su talento.
En lo de preparar un rol que se dedica a cosas que el actor desconoce, Johnnie Mercedes recuerda que cuando le tocó hacer de un beisbolista en “La tragedia de Río Verde” (Miguel Vásquez, 2018), tuvo que entrenar durante varias semanas en ese deporte.
Luego de esto hace un estudio intelectual del personaje. “Sus conflictos, lo que le preocupa, lo que le calma, lo que le apasiona y lo que le mueve, lo que le asusta, lo que le hace reír, llorar, lo que ama, lo que odia”, comenta Mercedes, quien ha actuado a las órdenes de José E. Pintor (“No hay más remedio”, 2014) y Ángel Muñiz (“¡Y a Dios que me perdone!”, 2017).
Mercedes explica que acumula la mayor cantidad de información posible para ponerlo al servicio de ese personaje con el objetivo claro de convertirlo en persona. “Y que sea él o ella quien cuente su historia y que tú te reflejes en ella”, dice.
Pepe Sierra trabaja de manera distinta un personaje si ha existido de uno ficticio. “Si es un personaje real, trato de investigar todas las fuentes de información que estén disponibles (videos, literatura, fotos, etc) y a partir de esa investigación creo el muñeco en base a las necesidades del director”, es lo que hizo para hacer de Relámpago Hernández, en “Veneno”.
Si es de ficción, explica que escucha música que esté a tono con la naturaleza del rol, camina mucho para hacer despegar su imaginación. “Experimento muchas opciones de fisicidad hasta llegar a estar seguro de la propuesta que haré al directo”, explica Sierra, quien ha trabajado en filmes como “Pueto pa mí” (Iván Herrera, 2015) y “Cocote” (Nelson Carlo de los Santos, 2018).
Miguel Ángel Martínez prefiere usar el método de Constantin Stanislavski, con las nueve preguntas. ¿Quién soy? ¿Qué tiempo es este? ¿En donde estoy? ¿Qué me rodea?¿Cuáles son las circunstancias dadas? ¿Cuál es mi relación? ¿Qué quiero? ¿Cual es mi camino? y ¿qué hago para conseguir lo que quiero?
“Con ese método es muy difícil que te repitas”, comenta el actor de “Ladrones a domicilio” (Ángel Muñiz, 2008), “Un lío en dólares” (Francis “El Indio” Disla, 2014).
Jalsen Santana habla con el director para saber la historia y la función y el objetivo del personaje y su historia desde niño hasta convertirse en adulto. “Sabiendo esto procedo a empezar a buscar prototipos en las calles que tengan una estructura física como la que entiendo se asemeje al tipo de emoción que exprese este personaje”, expresa Santana, actor de filmes como “Cuentas por cobrar” (Ronni Castillo, 2016).
CLAVES
No hay límites. “Un actor no debe tener límites a la hora de modificar su apariencia en favor de la apariencia del personaje”, considera Richard Douglas.
La voz del personaje. Johnnie Mercedes explica que acumula la mayor cantidad de información posible para ponerlo al servicio de ese personaje con el objetivo claro de convertirlo en persona. “Y que sea él o ella quien cuente su historia y que tú te reflejes en ella”, dice.
Fuente Pachico Tejada-listin diario
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