La de anoche en Cuenca, fue una noche triste para el merengue.
Lo digo porque la actuación de Héctor Acosta y Orquesta tenía una pauta de dos horas de actuación en tarima, pues el concierto incluía solo dos agrupaciones.
Luego de hora y media de interpretar bachata, al Torito se le ocurrió preguntarle al público que si quería escuchar algunos merengues, dada su condición de merenguero.
Pensaba que la gente aceptaría la propuesta y me llevé tremenda sorpresa cuando aquella multitud dijo que no. Le dijo a gritos que deseaba seguir escuchando bachata y no merengue.
Al Torito no le quedó más remedio que continuar haciendo bachata, repitiendo algunos de los temas que ya había hecho.
El público aplaudió delirante su decisión de no tocar merengue y continuar con bachata.
Sufrí mucho aquello, pues aunque acepto cualquier otro género, soy ”merenguero hasta la tambora”.
Solo hay que ver que mantengo el único programa totalmente de merengue que se hace en el país, el cual se transmite por Supercanal Caribe, y que pronto viene por una cadena internacional para otros mercados.
Pero, esa es la dura y triste realidad del merengue.
Luego de ello hice una consulta con gente de la radio, la televisión y con algunos promotores artísticos de Ecuador, y la respuesta que me dieron es que el público de allí es bachatero, no merenguero.
Duele enfrentar la realidad y ver como la bachata se ha impuesto y ha enviado al zafacón del olvido a nuestro merengue.
fuente: joseph caceres
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