Sophia Loren llegó vestida de seda verde y lentes para sol a su cita con el fisco, Luciano Pavarotti prefirió un traje y zapatos tenis (antes de su muerte), y Diego Maradona tuvo que vender un arete de diamantes para saldar sus cuentas fiscales.
Algunos de los residentes más ricos de Italia han quedado bajo la mira de distintos gobiernos que le han declarado la guerra a la evasión fiscal, la cual sigue siendo un problema en el país abrumado por las deudas.
El miércoles le tocó el turno a los diseñadores de modas Domenico Dolce y Stefano Gabbana, que fueron declarados culpables por no declarar 200 millones de euros (268 millones de dólares) a las autoridades.
El ex primer ministro Silvio Berlusconi declaró una amnistía fiscal en 2009 y repatrió miles de millones con una multa diminuta de 5%.
Pero ahora él ha sido atrapado por la ley, el año pasado el también multimillonario empresario de medios fue sentenciado por fraude fiscal en sus negocios.
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