Emelyn Baldera-Listin Diario
Hace 25 años, cuando un artista fuera firmado por una disquera era una noticia que ameritaba un buen espacio en los diarios. Los artistas celebraban este paso y esta unión se sentía en sus propuestas y carrera musical. Hoy la situación no es la misma y por los acontecimientos que han sucedido en los últimos años en la industria del disco, no parece que vayan a cambiar.
Una compañía discográfica es una empresa que se dedica a realizar grabaciones de música, así como su comercialización y distribución. Algunas de estas compañías tienen sus propios estudios de grabación y sus propios profesionales para buscar el mejor sonido en la grabación de un disco como productores discográficos. Dentro de su misión está el de encargarse de producir artistas de cualquier género musical, lanzar nuevos cantantes, proporcionar lo necesario como la producción de videoclips, CD, la promoción en la radio, realizar conciertos, entre otras cosas. Estas funciones han quedado relegadas debido a los cambios que ha dado la industria del disco y que estas disqueras han debido buscar nuevas fórmulas para poder seguir existiendo.
Hoy los acuerdos entre disquera y artista, a puertas cerradas, son otros, es por esta razón que muchos artistas del país y extranjeros han decidido seguir su camino sin la “ayuda” de las mismas.
Milly Quezada, la “reina del merengue”, firmó muy entusiasmada en el 2011 con Venemusic, pero unos años después los resultados no fueron los esperados.
“Nosotros los merengueros estábamos acostumbrados a que una disquera nos hiciera todo, el mercadeo, la producción de un disco; pero de repente desaparecen y nosotros nos quedamos como en el aire, contrario a los urbanos, que ellos mismos tuvieron que aprender a mercadearse y cómo llegar al público”, confesó la intérprete de “Mejor que a ti me va”.
Un mal necesario
“Son un mal necesario”, así lo define el empresario boricua y disquero Raúl López de la disquera independiente Luar Colletive.
“El firmar con una disquera hoy día es un arma de doble filo. La realidad es que el negocio ha cambiado y hay disqueras que hoy no están apostando a nuevos artistas, sino que prefieren invertir en otros que le aseguren su inversión más rápido”, sostiene el empresario boricua.
Considera que sí son necesarias, pero también deja claro que en algún momento pueden estancar la carrera de un artista.
Es justo eso lo que muchos entienden sucedió con El Poeta Callejero luego de la firma con Universal Music en 2013. Al intérprete urbano le ha costado retomar su carrera, pese a que su propuesta ha encontrado mucho apoyo en el público.
Son muchas las historias en torno a una firma con una casa discográfica. El grupo Toque Profundo ha evitado todos estos inconvenientes y ha decidido seguir gravitando sin la “ayuda” de estas fórmulas de negocio. “Me imagino que las cosas fueran diferentes a lo que está pasando ahora de tener una disquera, nosotros fuimos y hemos tocado muchas puertas, pero resulta que no es producto masivo y les cuesta aceptarlo a los disqueros”, dijo a LISTÍN DIARIO Tony Almont.
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