Picoteando el Espectáculo
Las redes sociales se han convertido en la mejor herramienta de promoción de los famosos. Un selfie en Instagram o un mensaje en Twitter son para los seguidores una ventana abierta a la vida de sus ídolos. Pero la sobrexposición es un arma de doble filo. Y en Internet queda la huella de todo, también de lo que algunos preferirían no compartir. Si en Instagram una foto vale más que mil palabras (y que mil me gustas), un unfollow entre una pareja suele ser sinónimo de ruptura.
El último en hacer uso de las redes para escenificar el fin de una relación ha sido Jesé Rodríguez. El futbolista del Stoke City publicó el domingo un comunicado en Twitter para “evitar especulaciones” y anunciar que se separaba de Aurah Ruiz, antigua participante del programa de televisión Mujeres, Hombres y Viceversa. Poco después su expareja respondía con otro mensaje en Instagram en el que le acusaba de “faltarle al respeto” a ella y al hijo que ambos tienen en común por “desentenderse” de ambos vía comunicado en redes sociales.
Mucho más discretos han sido los actores Blanca Suárez y Joel Bosqued. Tras tres años de relación, que apenas había dejado pistas en las redes sociales, el intérprete de Que baje Dios y lo vea dejaba de seguir a Suárez en Instagram. El gesto, que no pasó desapercibido para sus seguidores, se ha interpretado como el fin de la relación, aunque la protagonista de Las chicas del cable aún le tiene entre sus contactos.
A esa opción de dejar de seguir en Instagram también recurrió la semana pasada Graciela Álvarez, pareja del cantante Cepeda. La historia de la periodista, que presenta el programa 90 Minuti en Real Madrid TV, con el concursante de Operación Triunfo ha quedado entre interrogantes tras la salida del concurso, en el que llamó la atención la complicidad de Cepeda con su compañera Aitana.
Pero el unfollow entre parejas más sonado fue el que David Bustamante le dedicó el año pasado a Paula Echevarría. El cántabro decidió dejar de seguir a la actriz en Instagram en diciembre, ocho meses después de que saltara la noticia de su separación, que Echevarría acaba de confirmar como definitiva. Durante todo ese tiempo, la mediática pareja quiso mostrar una imagen cordial en sus redes sociales y Bustamante incluso publicó un vídeo para felicitar a la protagonista de Velvet por su 40 cumpleaños. Ese frente común estalló con la decisión de él de escenificar la ruptura en Instagram, donde la actriz —que todavía le sigue— hace las veces de prescriptora y cuenta con 2,1 millones de seguidores, mientras que Bustamante suma 1,1 millones de admiradores.
En Hollywood, la costumbre está más que asentada. La separación de Ashton Kutcher y Demi Moore en 2011 vino precedida por un unfollow del actor a su entonces esposa en Twitter unas semanas antes de que anunciaran la separación. La estrella del pop Katy Perry confirmó en 2012 su divorcio del actor Russell Brand al dejar de seguirle en Twitter, aunque él tardó cuatro meses en dar el paso. Y la relación de Taylor Swift con el dj Calvin Harris certificó su final públicamente cuando ambos se dejaron de seguir en las redes y borraron de sus perfiles todas las fotos que tenían juntos.
Las separaciones no son solo amorosas. Las listas de a quién sigue o deja de seguir un famoso son analizadas por sus seguidores como reflejo de sus amistades. Y hay quien hace limpieza a fondo. A principios de mes, Selena Gomez —precisamente la persona con más seguidores de Instagram, 133 millones— sorprendía eliminando casi 300 cuentas de su lista de seguidos en la red social. Entre los perjudicados, la cantante Demi Lovato, la modelo Gigi Hadid e incluso su actual pareja, Justin Bieber. Gomez retomó recientemente su relación con el ídolo adolescente tras romper con el también cantante The Weeknd… y sí, ambos se habían dejado de seguir en Instagram a modo de sutil confirmación de que habían terminado.
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