Picoteando el Espectáculo
Con un traje de chaqueta de Givenchy de corte masculino en tono lavanda y con camisa malva a juego. Así apareció Julia Roberts el pasado martes en la fiesta de los premios InStyle 2018 en Los
Ángeles, pero no fue la única. Su estilista, Elizabeth Stewart, lució exactamente igual. Las dos vistieron el mismo traje, los mismos zapatos blancos y el mismo modelo de bolso, aunque uno azul y el otro magenta. Incluso la intérprete de Pretty Woman posó con unas gafas de pasta idénticas a las de su consejera de moda. Todo fue producto de un reto que Roberts le propuso a Stewart. “Ya que dicen que nos parecemos tanto, vistamos igual”, explicó la actriz a la revista anfitriona del evento. Y así hicieron.
Stewart es una de las estilistas más codiciadas de Hollywood. Además de la intérprete de Novia a la fuga, entre sus clientas se encuentran las actrices Jessica Chastain, Cate Blanchett, Gal Gadot o Viola Davis. “Calista Flockhart fue la primera a la que vestí para un evento. En los Emmys de 1999. Llevaba una camisa blanca anudada a la cintura y una falda amarilla de Ralph Lauren”, dijo Stewart en una entrevista a este diario en 2014. Ese año fue nombrada la estilista más poderosa según la lista que elabora la revista The Hollywood Reporter y, desde entonces, su éxito no ha menguado. “Las mujeres deben pensar cuáles son sus necesidades cuando se visten”, asegura Stewart en una entrevista reciente a esa misma publicación.
Estudió periodismo y su primer trabajo fue en la revista de moda WWD. Su pasión por este sector y su buen gusto hicieron que esa destreza la acabara convirtiendo en la consejera estilística más preciada entre las famosas. La organización es la clave de su trabajo. Según le contó a la periodista Krissy Turner para The Telegraph, se pone en marcha a las siete de la mañana y, después de 20 minutos de ejercicio en la cinta elíptica y un completo desayuno en el que no falta el café, Stewart no se separa de su correo electrónico, desde donde pone orden a cada uno de sus eventos y clientes. Vive en Los Ángeles, pero sus constantes colaboraciones con múltiples casas en Europa hacen que la diferencia horaria la mantenga activa prácticamente las 24 horas al día.
Sus últimos trabajos han sido con Amanda Seyfried para la promoción de Mamma Mia! Una y otra vez y con Gal Gadot para Wonder Woman. Además, ha vestido a Julia Roberts para la portada de octubre de Harper’s Bazaar y para Lancôme y otra sesión con Amber Valleta. Cuando no está viajando acompañando a algunas de sus clientas a desfiles o campañas de moda, le gusta compartir momentos con su marido y su hija, de 19 años, quien la vuelve loca cada vez que descubre que le ha vuelto a coger alguna prenda de su armario.
Es consciente de que forma parte de una de las industrias más poderosas como es el cine, y aprovecha su influencia a la hora de vestir a las estrellas. En la pasada edición del Festival de Cannes fue la responsable de que Cate Blanchett repitiera un vestido que ya había lucido en los Globos de Oro de 2014. Es fiel a su estilo e insiste en que las reglas están destinadas a romperse. “Tenemos que alzar la voz para acabar con esa ridícula idea de no llevar la misma ropa dos veces. La ropa bonita debería durar para siempre”, dijo a The Hollywood Reporterel pasado abril.
Aunque no se ve, la ropa interior también es importante para ella y siempre intenta que esta sea bonita, pero si tiene que dar un consejo estilístico no lo duda: “Un gran bolso y zapato puede elevar cualquier atuendo”. Y eso, las estrellas, lo saben.El Pais
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